Dan Gilbert hizo un largo pase a media cancha en la tarde del jueves, llevando el balón lo más lejos que pudo, como si fuera uno de sus jugadores intentando superar al pitazo final. Sí, el dueño de los Cleveland Cavaliers quiso salvar su temporada y así darle un impulso a una franquicia que sufre de un fuerte letargo en el cual han perdido 13 de sus 19 últimos partidos.
Sin embargo, la avalancha en plena fecha límite que llevó a seis jugadores de los Cavaliers a otros destinos se trata de algo mucho mayor.
Despachar a Isaiah Thomas tras haber jugado solamente 15 compromisos con el uniforme de Cleveland y transformar su roster, agregando mayor juventud y menos rodillas en dolor, fue el último y definitivo intento de evitar que James lo abandone por segunda vez, un tiro estilo “Ave LBJ” el cual espera que alcance el aro y enceste.
De lo contrario, este verano comenzará una nueva Vida sin LeBron.
Larry Nance Jr. y Jordan Clarkson, quienes fueron adquiridos por los Cavaliers provenientes de Los Ángeles Lakers, y George Hill, proveniente de Utah, hacen a Cleveland un equipo más joven y mejor defensivamente. Al enviar a Derrick Rose al Utah Jazz y a Dwyane Wade (el mejor amigo de James en la NBA) de vuelta a Miami, los Cavaliers pisaron el freno de su “Gira de Leyendas” e instantáneamente se convirtieron en un roster con mayor energía y sentido de urgencia.
Los movimientos en Cleveland funcionan de manera inmediata en dos aspectos. Le dan a James una oportunidad legítima de darle un nuevo sentido a su temporada y e intentar regresar a las Finales de la NBA por octava ocasión al hilo (esta sería su cuarta oportunidad consecutiva con los Cavaliers). Igualmente, los Cavaliers se hicieron con un grupo lo suficientemente joven y talentoso que pueda proteger a la franquicia de salir completamente del mapa de la contención si James abandona Cleveland este verano.
Igualmente, sirve como un reconocimiento doloroso, aunque prematuro, que Thomas, el jugador clave en el cambio de Kyrie Irving a Boston el verano pasado, nunca iba a ser el hombre que complementara a James de la forma en la cual Irving lo hizo mientras estuvo con los Cavaliers. Y con el estatus contractual de Thomas en limbo luego de concluir esta temporada, era mejor mover a Thomas más temprano que tarde.
Finalmente, los movimientos del lunes son una muestra de la evolución de Gilbert, quien sigue creyendo que es el mejor gerente general del equipo, pero fue capaz de tener la flexibilidad suficiente para entender que los errores cometidos en la operación Irving debían ser corregidos ahora y no después. De lo contrario, los Cavaliers bien podrían dar a James como perdido.
Asombra entonces que Gilbert, quien fuera el ex más despreciado en la historia de la NBA hace apenas ocho años, cuando James dejó Cleveland y partió a Miami, se ha convertido en “Dan el Negociador”, dispuesto a cambiar la mitad de su roster para hacer que el hijo favorito de la región norte del estado de Ohio vea con agrado la posibilidad de quedarse en Cleveland más allá de este verano, cuando James se convierta en agente libre.
Aún falta por ver cómo encajarán estas nuevas piezas, si esta nueva infusión de condiciones atléticas y juventud se transforman en victorias al instante. Sin embargo, los Cavaliers que pisaron la cancha en la noche del viernes en Atlanta han sido súbitamente transformados alrededor de James, un hombre cuyo único propósito en los últimos años de su carrera es ganar campeonatos y reforzar su legado como uno de los jugadores más grandes de todos los tiempos, por no decir el más grande.
He allí el por qué James no firmará con un equipo en proceso de reconstrucción este verano o con una franquicia sin contar con un pasado con jerarquía de campeones. No desea cargar con la molestia de tener que atraer agentes libres cotizados a un nuevo equipo; o sea, tener que reclutar otro equipo de campeonato, al estilo del Heat entre 2010 y 2014. Necesita saber que las piezas necesarias están en su lugar, porque el hecho de llegar a la segunda ronda de los playoffs no tiene ya sentido para un jugador que ha jugado al baloncesto más allá del mes de junio durante casi una década.
Esta es la razón por la cual la mayor parte de los equipos de la Conferencia del Oeste son percibidos con pocas oportunidades de hacerse con los servicios de James. Si vas a caer derrotado por los Warriors, dice la teoría, es mejor que ocurra en el mayor escenario de este deporte en televisión a nivel mundial que en una final de conferencia que sólo se verá en cable.
Si la Conferencia del Este sigue siendo una mesa de apuestas, Gilbert puso todas sus fichas, esperando que los nuevos compañeros de James no solo salven una temporada al borde del naufragio, sino que también sean capaces de persuadir a la atracción número 1 del equipo de Gilbert para quedarse en Cleveland durante el resto de su carrera.
Fue un movimiento poderoso, costoso e impetuoso. Al igual que James. Si es lo que se necesita a fin de mantenerlo en el equipo, es un riesgo que vale la pena asumir.