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Karla Martínez, el ejemplo del nuevo proceso del basquetbol mexicano

Karla Martínez es parte del nuevo proceso del baloncesto mexicano que está en marcha con la Academia Conade y complementado con la NBA Academy, que es apoyada por el órgano gubernamental y por la Asociación Deportiva Mexicana de Baloncesto (Ademeba). El próximo año comenzará sus estudios en la Universidad de San Diego, en la División I de la NCAA, así como con su meta de llegar a la selección femenil mayor, pues el representativo U-18 no logró clasificar al Mundial U-19.

Cumplir su sueño le trajo un giro de 180 grados a su vida. El anuncio se dio cuando estaba en puerta el Premundial U18 Femenil de FIBA Américas. Los reflectores se voltearon hacia ella; fue de las chicas más ovacionadas durante el certamen que concluye el martes 7 de agosto en la Ciudad de México y la exigencia fue mayor.

Su papá jugó basquetbol y desde los cinco años comenzó a tirar en los medios tiempos de los juegos. A los siete comenzó a ver los partidos de NCAA y de la NBA. Se dio cuenta que ese era su sueño. “Mi máximo era estar en la NBA, todavía no sabía que había de mujeres, pero yo quería estar en la NBA y después me di cuenta que había NCAA, luego selección de México. Quise ir escalando paso por paso para llegar”, recuerda la oriunda de Zacatecas.

El proceso inició desde que era niña. Enrique Zúñiga e Israel Zermeño, coaches mexicanos quienes se han dedicado al baloncesto femenil, la guiaron y cumplió con los procesos de selecciones menores. Ambos, ya encargados de la Academia Conade, invitaron a Karla a este proyecto en la Ciudad de México a mediados del 2017. Beca escolar, alimenticia, deportiva y hospedaje es lo que provee dicha entidad de gobierno a los jóvenes deportistas en el Centro de Alto Rendimiento, aunque lejos de su familia en Zacatecas.

“Entrenábamos de cinco a seis horas diarias y eso impulsó mi confianza. Todos los consejos de los entrenadores que pasaron por mí, todas sus experiencias, como Enrique Zúñiga, el propio Israel Zermeño. Nos impulsaron como equipo y hasta ahorita hemos podido llegar hasta donde estamos”, contó.

“Principalmente mi familia”, mencionó sobre el mayor sacrificio que tuvo que hacer. “Fue una de las cosas más difíciles que tuve que aprender a hacer desde chiquita, como a los 15 años”. “Ellos siempre han estado apoyándome en todo momento: en las derrotas, con la selección, en mi club, con la escuela… siempre han estado ahí; hacen que no me raje”.

Durante su proceso también participó en programas de la NBA. Primero en Basketball Without Borders en Bahamas en el 2016 y después fue invitada a ser parte del staff para limpiar la duela en los partidos de la NBA en la Ciudad de México. Posteriormente, fue de las jugadoras que se probaron en la NBA Academy, lo que la impulsó a lograr su beca en los EE.UU.

En todo el mundo existen siete Academias de la NBA: tres en China, una en Australia, India, Senegal y, la más reciente, en México -esta última alberga a jugadoras y jugadores centroamericanos y sudamericanos. De ahí fue impulsada para conseguir una beca para estudiar Ingeniería Biomédica en San Diego. Con esto, se convirtió en la primera mujer de todas las academias en dar ese salto.

“Fue mucha felicidad. Una noticia que ni yo me esperaba. Cambió mi vida por completo. Estoy muy consciente que tengo que aprovechar para dar mi máximo tanto lo académico como en lo deportivo”.

La NBA eligió a México para este proyecto por ser un país estratégico: cerca de los Estados Unidos y de Sudamérica. Lo que los reclutadores buscan son jugadores versátiles, con buen tiro, que defiendan y que acaten órdenes dentro y fuera de la cancha.

“Es un orgullo”, respondió Hernán Olaya, director de desarrollo de jugadores de la NBA Academy en México, sobre la firma de Martínez en San Diego. “NBA lo que está buscando es desarrollar talentos. Este es un caso específico. Tenemos varios jugadores que son vistos por universidades de Estados Unidos y queremos que esto se repita”.

Durante el Premundial Femenil, la presión creció en busca del boleto a la Copa del Mundo de la categoría. En la duela es una de las líderes, pide concentración y corazón a sus compañeras; cuando la pelota está detenida las reúne y habla con ellas; cuando está en la banca, grita y alienta, y en los tiempos muertos se acerca con ellas para animarlas.

Sin embargo, digerir la presión de los aficionados no ha sido fácil para ella como la referente. “Tú eres la líder, tienes que tomar los tiros importantes. Debes tener más de 30 puntos”, le dijo un señor después de la derrota contra Colombia a la escolta número 7, quien no guardó lágrimas ni escondió su frustración. Ese día hizo 13 unidades.

“No, no es fácil, no estaba acostumbrada a este tipo de presión. Pero por algo me la están poniendo. Estoy tratando de dar lo mejor de mí y en algún momento tiene que salir algo bueno”, apuntó con los ojos vidriosos.

Hacia los vestidores, a sus 18 años, se detuvo a hablar con los medios. Posteriormente, una niña de menos de cinco se le acercó con una pelota y una pluma para pedirle su autógrafo. Karla firmó, pero no su autógrafo, nada más le escribió su nombre.

“Es una motivación muy grande, no me lo esperaba y cambió mucho mi ánimo cuando la vi, porque me vi en ella. De chiquita también andaba como ella y sé que ella también tiene sueños. Algo ve en nosotros que de grande le va a ayudar mucho”.