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Mavs: usarán el español como ventaja en NBA México Games

Cuando los Dallas Mavericks se bajen del avión en la Ciudad de México este miércoles, hablarán español dentro y fuera de la duela, como parte de su estilo, juego y de su “ventaja competitiva“.

Es que en una liga tan competitiva como la NBA, en especial en la presente temporada y sobremanera en la Conferencia Oeste, aprovechar el mínimo detalle para multiplicar victorias y minimizar derrotas puede ser una herramienta de valor incalculable.

Tres de los principales jugadores de los Mavericks hablan español de manera perfecta y no solo lo usan en su vida diaria, sino también en el plano profesional y personal, como ha sido la mayor parte de sus vidas.

Como todos saben en la NBA, el puertorriqueño J.J. Barea habla español como su primer idioma desde que nació.

Pero no es el único que lo hace en este equipo. Los recién llegados a Dallas, Kristaps Porzingis y Luka Doncic, lo aprendieron desde muy pequeños y casi lo hablan como si fuera su primer idioma. Su paso por el baloncesto de España, por el Sevilla y el Real Madrid de manera respectiva, les ayudó a mejorarlo.

¿Comunicarse dentro de la cancha en un idioma diferente al inglés puede significar una ventaja a la hora de ganar partidos? Quizás para mucho no lo sea, pero para estos tres hispano parlantes su percepción es distinta.

Hasta coinciden en que por momentos puede ser una ventaja competitiva, reconociendo además que han utilizado el idioma español para comunicarse sobre la duela, sin que los rivales puedan entender partes del plan de juego o los ajustes sobre la marcha.

“Nos comunicamos en español cuando no queremos que el otro equipo se entere de lo que estamos haciendo o hablando“, dijo con una gran sonrisa Porzingis. “Si es verdad que nos ayuda en algunas situaciones, aunque para ser sincero diría que la mayoría del tiempo hablamos en inglés”.

Y para ser más claros sobre si es o no una ventaja hablar en español, el gigante reconoció que hay veces que los jugadores del otro equipo no se enteran de lo que están hablando.

“Eso es una gran ventaja para nosotros”, agregó.

Sin embargo, despistar a sus rivales no es la única ventaja de hablar en español. Para J.J. Barea, la comunicación hace más fácil la convivencia y la química entre jugadores durante una temporada de 82 partidos, como sucedió desde el año pasado, cuando Doncic aterrizó en Dallas en vuelo directo del básquetbol español.

“Yo creo que sí, ayuda… bien mínimo, pero ayuda“, consideró. “Tenemos mejor comunicación en el vestidor. Nos sentimos más cómodos hablando español entre nosotros. Nos conocemos más rápido. Nos hacemos más amigos”.

Pero eso no es todo. Siguiendo con su relato se torna imposible no coincidir con el de Porzingis y agrega: “cuando no queremos que el otro equipo sepa lo que estamos diciendo, nos ponemos a hablar en español en la misma la cancha, pero si tengo que decir la verdad, no utilizamos demasiado este recurso”.

La comunicación entre jugadores y entrenador es vital para el éxito de un equipo. Rick Carlisle lo sabe perfectamente. Y aunque no domina el español como sus tres jugadores y el uso de este idioma con el trío Doncic-Porzingis-Barea nos es una posibilidad, reconoce que cuando los tres están los tres sobre la duela al mismo tiempo, puede convertirse en una ventaja competitiva contra el rival. Y también sobre él mismo.

“Claro, ellos hablan en español porque así no puedo entenderles nada“, bromeó en medio de una carcajada. “Es buenísimo que yo no pueda entenderles por si están diciendo algo en contra mío… Pero el problema es que los otros dos muchachos en la cancha no van a entender nada”.

Como puede verse, hay ventajas y desventajas.

Pero la curiosidad de Carlisle, lo ha llevado a tratar de aprender y entender algo de español, aunque por el momento lo consigue de manera limitada.

Desde hace años, gusta de saludar en ese idioma al reportero que sabe que su primer idioma es el castellano con frases como “hola, ¿cómo estás? Qué bueno. Me da gusto. Yo estoy muy bien…” pero por el momento, no puede pasar al próximo nivel.

Lo curioso es que el entrenador dirige un equipo al que llegó en el 2008 y desde entonces cuenta con presencia hispana en su vestidor con Barea y por el que también pasó bajo su mando el mexicano Eduardo Nájera y otros jugadores como Salah Mejri, quien también dominaba el idioma que aprendió durante su paso por el básquetbol español.

“La verdad aquí varios entendemos algo de español“, reconoció Carlisle. “Entonces debo decir que sí… hablarlo podría ser una ventaja”.

Luka Doncic se volvió bilingüe (esloveno y español) desde los 13 años, pensando en su futuro profesional como basquetbolista. Así fue que debutó a los 16 años en el Real Madrid, equipo con el que fue Jugador Más Valioso de la Euroliga antes de desembarcar en la NBA.

Por su parte, y con apenas 24 años de edad, Porzingis explica que habla español desde antes de cumplir los 15 años, cuando emigró de su país, Letonia, para tratar de forjarse una carrera profesional. Lo consiguió jugando en España.

“Me siento bastante cómodo en los dos idiomas“, menciona. “El problema es que cuanto más hablo inglés, muchas veces se me olvidan algunas palabras en español. Y al contrario, cuando hablo más en español, me falta algo en inglés. Por lo menos, mi primer idioma letón lo tengo bastante claro” admite con su sentido del humor.

Para el poste estelar de los Mavericks, el español también le ha servido en su proceso de adaptación a una ciudad como Dallas, después de se mudó en el 2015 a New York, cuando fue contratado por los Knicks, para jugar por vez primera en la NBA.

“Aquí en Dallas hay mucha gente latina que habla español. A mi encanta verle las caras cuando me escuchan hablar en español. No se lo esperan. La verdad es que siento mucho cariño y mucho apoyo aquí en Dallas”.

Los Mavericks ya están en Ciudad de México para enfrentar el jueves a los Detroit Pistons en partido de temporada regular que forma parte de los Global Games de la NBA. Sin duda, es otra oportunidad de oro para seguir comunicándose en español, no solo con sus compañeros sino también con los fanáticos. Es una experiencia que merece no ser desaprovechada.

“Teníamos muchas ganas de ir a esa ciudad, no solo para jugar y conseguir otro triunfo. También para enseñar nuestro español”. El desafío es grande: demostrarle a la gente local que hablan su misma lengua y que el idioma sirve para ser exitosos… dentro y fuera de la cancha.