Los 76ers de Filadelfia comenzaron la temporada de la NBA como uno de los equipos a vencer en la Conferencia del Este y uno de los favoritos para competir por el título debido al talento de sus principales estrellas y la llegada de nuevas piezas que estaban llamadas a elevar la calidad del club.
Joel Embiid y Ben Simmons, estelares del conjunto de Filadelfia, conforman una de las parejas jóvenes de mayor calidad en toda la NBA. Son jugadores de gran talento físico, que pueden dominar la cancha a la ofensiva y defensivamente. Solamente el tiro de larga distancia de Simmons puede considerarse como una debilidad para esos dos jugadores.
Pero algo pasó en Filadelfia esta temporada que el equipo no pudo dominar a los equipos contrarios como se había pensado antes de que comenzara el año. Ben Simmons tuvo problemas en la espalda baja que en un momento se pensó no le permitirían jugar en la postemporada.
Reportes recientes indican que Simmons sí jugará en la postemporada luego de la pausa involuntaria de más de tres meses que tendrá la campaña de la NBA cuando se reanude la acción. Embiid también tuvo molestias físicas, pero menores que las de Simmons, pero se supone que ha trabajado durante estos meses para superar estas dificultados y regresar en forma para los playoffs.
Entonces está el caso de los jugadores que llegaron para esta temporada. Josh Richardson, un versátil delantero que fue adquirido por los 76ers por su habilidad para tirar de larga distancia y jugar una defensa sólida, ha tenido varios problemas que lo limitaron a sólo 48 partidos, entre ellos una contusión cerebral y una lesión de su pierna derecha.
Mientras que Al Horford no lució como un complemento perfecto para Embiid en la línea frontal de Filadelfia en la serie regular y en marzo llegó a ser enviado a la banca. El éxito del dominicano en los playoffs de los últimos años, especialmente en la parte defensiva, podría cambiar la historia a favor de Filadeflia una vez comience la postemporada.
Pero al equipo le ha hecho falta la ofensiva de tres puntos de JJ Reddick, el especialista de larga distancia que firmó en la temporada muerta con los Pelicans y, por alguna razón, el equipo no ha podido ganar fuera de su casa.
Filadelfia tiene récord de 10 victorias y 24 derrotas en la ruta, una marca similar a la de los peores equipos de la liga, pero son los mejores jugando en su casa, con una marca de 29-2 en su estadio.
Con una mejoría en la salud de sus jugadores, los 76ers deben poner una mejor resistencia en los últimos partidos de la serie regular y una vez comiencen los playoffs. Pero su mayor reto será tratar de ganar en sus partidos como visitantes, especialmente con la alta posibilidad que existe de que comiencen jugando fuera de casa desde la primera ronda de los playoffs.