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Pablo Prigioni, un maestro del básquetbol

Prigioni le enseña un movimiento a Russell: el exbase argentino es un asistente especial para los jóvenes en formación. Getty Images

Desde adentro, veía la cancha como pocos. Conocía los detalles del juego como pocos. Sabía que para que el equipo funcionara, todos debían estar contentos. Y nadie más contento que el que recibe una asistencia. En realidad sí, él estaba más contento porque sabía eso de que una asistencia alegra a dos: a quien pasa la pelota y a quien convierte. Él sabía mucho. Pablo Prigioni, adentro de la cancha, sabía mucho.

Tanto sabía Pablo que los New York Knicks no miraron la fecha de nacimiento en 2012 cuando lo incorporaron a su equipo y lo convirtieron, a los 35 años, en el rookie más veterano de la historia de la NBA. Su carrera en Europa había sido superlativa. Su ascendencia en un seleccionado argentino repleto de estrellas, también.

Luego de cuatro temporadas en tres equipos diferentes de la NBA -Knicks, Rockets y Clippers-, Prigioni volvió a Europa para jugar una campaña más en Baskonia, el club en donde había alcanzado su pico de rendimiento. El trayecto fue más corto de lo esperado. Con solo seis partidos entre ACB y Euroliga se dio cuenta que era el momento para decir basta. Le puso, así, punto final a su carrera.

Del retiro como jugador en enero de 2017 a la asunción como entrenador en junio del mismo año, todo en Baskonia. La transición fue corta, pero la estadía al mando del equipo de sus amores mucho más. Ocho partidos en el cargo le alcanzaron para entender que el equipo no jugaba como pretendía, que entre su idea y la realidad había una gran diferencia. Los resultados no acompañaban y Prigioni no quiso que le tuvieran paciencia por ser un ídolo en Vitoria. "Me siento frustrado por no cumplir las expectativas. Pido perdón a todo el mundo, no quiero perjudicar más”, dijo en conferencia de prensa al anunciar en público su renuncia sin siquiera habérselas comunicado a los directivos. "Soy exigente y no me conformaba con competir o hacer un buen año. Quería que el equipo jugara el mejor baloncesto de Europa y buscara ganarle a todos los rivales. Podía ser iluso, pero era la manera de tomarme el desafío", explicó Prigioni días después.

Había que barajar y dar de nuevo. Previo a comenzar su camino como entrenador principal, Prigioni había recibido propuestas para ser asistente en la NBA, donde había dejado una excelente imagen como jugador. Entonces, tras la experiencia en Baskonia resurgieron las ofertas. La que más lo sedujo fue la de Brooklyn Nets y allí inició su trabajo como asistente en la mejor liga del mundo. Era, así, el primer argentino en formar parte de un staff técnico de la NBA.

Su tarea en los Nets fue tan buena que Minnesota Timberwolves lo fue a buscar. Le ofrecieron un cargo de mayor relevancia dentro del cuerpo ténico y Pablo se mudó de Brooklyn a Minneapolis. Y en los Wolves fue creciendo su ascendencia en el equipo. Todo lo que sabía como jugador puede transmitirlo desde afuera de la cancha.

Prigioni no solo aconseja a los jugadores de los Wolves. También es generoso con algunos rivales muy especiales. En el inicio de la temporada 2020-21, Facundo Campazzo, recién llegado a la NBA, jugaba muy poco. Menos de 7 minutos de promedio para partido en los primeros 5 juegos. Apenas 8 puntos en total. Hasta que Denver Nuggets viajó a Minneapolis para enfrentar a Minnesota Timberwolves. Allí, Facu se encontró con Prigioni y conversaron en la previa del encuentro. 'La temporada es larguísima, las oportunidades van a aparecer, vos tenés que prepararte para eso. Cuando te toque, tenés que estar listo', le dijo Prigioni a Campazzo, Los consejos del entrenador le sirvieron al rookie esa misma noche: aprovechó los más de 21 minutos de acción con 5 triples convertidos, 3 robos y 2 asistencias. Fue un momento bisagra para él en la temporada.

Luego de la pasada temporada en la NBA, Prigioni tuvo su primera participación como parte del cuerpo técnico del seleccionado argentino. Invitado por Sergio Hernández, colaboró en la preparación para los Juegos Olímpicos de Tokio. Se reencontró con excompañeros y brindó sus enseñanzas y experiencias. Néstor García, flamante coach de Argentina, ya lo mencionó como un posible asistente. Es fácil imaginar que Prigioni estará algún día al frente de la selección.

El rol actual de Prigioni en el staff de Minnesota es el de coordinador de ataque y es una de las caras visibles en el banquillo del equipo. Su capacidad para enseñar y transmitir conocimientos es fundamental para los jugadores. Es por eso que se ganó el respeto de todos. Pablo, en definitiva, es un maestro del básquetbol. Lo era desde adentro de la cancha y también lo es desde afuera. Sabía mucho. Y sabe mucho.