Néstor Cortés, de los Padres, no se amilanó ante su pasado reciente con Dodgers y los dominó a placer para impulsar a su equipo al liderato en el Oeste de la Liga Nacional.
SAN DIEGO -- Néstor Cortés tuvo uno de los momentos más bajos de su vida en el béisbol el pasado octubre, cuando permitió que Freddie Freeman le conectara el primer grand slam para dejar tendido a un rival en la historia de la Serie Mundial.
Con un uniforme nuevo y una nueva carrera por el banderín el sábado por la noche, Cortés enfrentó a sus demonios de Los Angeles Dodgers de frente, y salió sonriendo.
El veterano zurdo produjo seis entradas brillantes de un solo hit, mientras que sus San Diego Padres superaron a Los Ángeles para quedarse con el primer lugar en la División Oeste de la Liga Nacional con una victoria de 5-1.
Cortés mantuvo un juego perfecto hasta la sexta entrada, desconcertando a la costosa alineación de los Dodgers y combinándose con tres relevistas para un juego de dos hits. Pero no vio esta actuación estelar como una redención por su papel en el ahora icónico grand slam de Freeman en Chavez Ravine y la consiguiente victoria de los Dodgers en cinco juegos sobre sus New York Yankees.
"Obviamente, hay una historia", dijo Cortés. "Todo el mundo lo sabe. Es un fastidio para un jugador pasar por esos momentos, pero lo bueno del béisbol es que siempre tienes otra oportunidad. Cuando llega la oportunidad, intentas aprovecharla al máximo, y eso fue lo que hice hoy".
Con un estadio lleno en el Petco Park animándolo en apenas su cuarta apertura con los Padres, Cortés retiró con serenidad a los primeros 16 bateadores de los Dodgers. Ponchó a tres y no dio bases por bolas, mientras arrasaba con la colección de Jugadores Más Valiosos y jugadores de rol destacados de Los Ángeles con una astuta combinación de lanzamientos, y nada más rápido que 92.1 mph.
"Fue tremendo", dijo el mánager de los Padres, Mike Shildt. "Lo estamos conociendo, y parece que una vez que coge ritmo, es realmente bueno. Cogió ritmo desde el primer bateador y lo mantuvo hasta el final. Fue un esfuerzo fantástico durante seis innings".
Los Dodgers ni siquiera pudieron embasarse hasta que Miguel Rojas conectó un sencillo con un out en la sexta. Cortés se recompuso con calma, retirando a Shohei Ohtani por tercera vez con un elevado para cerrar la entrada y su noche.
La actuación fue aún más impresionante porque Cortés aún está conociendo a sus compañeros y entrenadores con los Padres, quienes lo adquirieron de Milwaukee en la fecha límite de cambios del 31 de julio, en una serie de movimientos que han mejorado significativamente una plantilla ya sólida.
Los Yankees intercambiaron a Cortés a los Cerveceros el invierno pasado a cambio del cerrador Devin Williams, pero Cortés solo hizo dos aperturas para Milwaukee antes de perderse cuatro meses por una lesión de codo.
Cortés puede que no haya tenido un rol con Milwaukee, el mejor equipo de la MLB, pero ha encajado perfectamente en un hueco en la rotación de los Padres. Permitió cuatro carreras en la primera entrada el lunes pasado contra San Francisco, pero Cortés solo ha permitido tres carreras limpias en sus otras 20 entradas con San Diego.
Cortés sabe que ha llegado a un equipo que podría darle la oportunidad de escribir una nueva historia en octubre, y está ansioso por ver hasta dónde pueden llegar los Padres.
"Estos chicos son resilientes", dijo Cortés. "No están en la cima de la clasificación sin razón. Incluso mucho antes de que yo llegara, viéndolos desde la Costa Este, era un equipo que lucha, un equipo que sale al campo y juega con intensidad. Ahora, siendo parte de ellos, se nota que todos están unidos. Hay camaradería, y todos buscan ganar".