Abróchense los cinturones, llegó el fascinante Juego 6 de la Serie Mundial, donde todo puede suceder. Repasa algunos de los más memorables aquí.
Por favor, abróchense los cinturones de seguridad, que llegó el fascinante, misterioso y mágico Juego 6 de la Serie Mundial, donde todo puede suceder.
Ese partido en el que salen leyendas y villanos, se escriben finales felices y también cuentos de terror tendrá una nueva versión este viernes en el Rogers Centre, de Toronto. El choque quedó debidamente asegurado con la victoria 6-1 de los Blue Jays sobre Los Angeles Dodgers que empató 2-2 la Serie Mundial 2025 el miércoles por la noche.
Carlton Fisk, Kirby Puckett, Mookie Wilson, Joe Carter y David Freese inscribieron sus nombres como héroes eternos después del Juego 6 de la Serie Mundial, mientras que Bill Buckner, Charlie Leibrandt, Neftalí Feliz y Robb Nen instalaron los suyos en la nefasta lista del Salón de la Infamia del Juego 6, en la que también brilla el árbitro Don Derkinger por su joya de 1985.
¿Qué podemos esperar esta noche? ¿Un jonrón decisivo en entradas extras? ¿Un salvado echado a perder de un gran relevista? ¿Un error clave para coronar una ofensiva de tres carreras en la novena? ¿Una atrapada monumental para la historia? Todo es posible en el diamante. El guión del béisbol se escribe sobre la marcha y no hay manera de saberlo. Lo que sí se puede contar es lo que ya sucedió.
En conmemoración del cincuentenario del jonrón de Fisk en 1975 y de los 30 de la joya de Tom Glavine en 1995, repasamos, con la ayuda del portal baseball-reference.com, los más memorables Juegos 6 de tiempos recientes.
Juego 6, 1975: Carlton Fisk, “!Quédate adentro, quédate adentro!”
La imagen de Carlton Fisk ‘empujando’ la bola para que no se fuera a zona de foul es la más memorable de las cuatro horas que duró el Juego 6 de la Serie Mundial de 1975. Pero este estuvo repleto de drama desde antes de comenzar.
En primer lugar, los equipos tuvieron que esperar cuatro días - el de descanso y tres adicionales - debido a tres suspensiones por las lluvias otoñales de Nueva Inglaterra. Con ese descanso, tanto Sparky Anderson, por Cincinnati, como Darrell Johnson, por Boston, reordenaron sus rotaciones y prepararon el escenario para un duelo adelantado de ases: Gary Nolan por los Rojos y Luis Tiant por los Medias Rojas. ‘El Tiante’ estuvo prácticamente intocable hasta la quinta, cuando Cincinnati empató a tres carreras, y salió en la octava luego de un jonrón de César Gerónimo, el noveno bate de la Gran Maquinaria Roja, que amplió la ventaja de Cincinnati a 6-3.
¿Quieren más drama? El emergente Bernie Carbo, en su tercer turno de la serie, disparó un jonrón de tres carreras en la novena para llevar el partido a entradas extras. Esto nos permitió ver la atrapada espectacular de Dwight Evans de un batazo de Joe Morgan que casi pone fin a las esperanzas de los Sox, pero terminó convirtiéndose en una loca doble jugada. Y naturalmente, el jonrón de Fisk al segundo lanzamiento del relevista Pat Darcy. Así terminó lo que Tany Perez describió una vez como “el mejor juego que jamás jugué”.
El éxtasis por el jonrón de Fisk y la alegría de los casi 35 mil fanáticos de Boston duró menos de 24 horas. El 22 de octubre de 1975, los Medias Rojas perdieron el Juego 7 y extendieron la ‘Maldición del Bambino’. Casi un mes después, el 18 de noviembre de 1975, nació David Américo Ortiz Arias, quien no solo se encargó casi personalmente de romperla, sino que creó la ‘Bendición de Big Papi’ que impulsó a Boston a ser el máximo ganador de este siglo. ¡Quién lo hubiese pensado!
Juego 6, 1986: Entre las piernas de Bill Buckner
Un out. Eso era todo lo que necesitaban los Boston Red Sox para ganar la Serie Mundial en el Juego 6 de 1986 sobre los New York Mets. El marcador estaba 5-3, el cerrador Calvin Schiraldi había retirado a los dos primeros bateadores con siete lanzamientos. Las rotativas de algunos periódicos ya tenían montadas las placas con la portada que leía 'Boston rompe el maleficio' y las cajas de champaña ya estaban en el camerino visitante. ¿Un sencillo de Gary Carter? No hay problema, sigue habiendo dos outs y dos carreras de diferencia en la parte baja de la décima.
Lo que sucedió después sí fue una tragedia griega para Boston, que a ese momento, llevaba 68 años sin ganar y David Ortiz solo tenía 11 años: El emergente Kevin Mitchell disparó sencillo al central, Ray Knight voló de la loma a un nervioso Schiraldi con otro sencillo impulsando a Carter, el relevista Bob Stanley regaló la del empate con un lanzamiento salvaje y Mookie Wilson pegó ese inofensivo rodado por primera base que Buckner mofó para quedar inscrito en la historia.
Juego 6, 1991: El jonrón mágico de Kirby Puckett
Hay que agradecerle a Kirby Puckett por el vuelacerca en la parte baja de la undécima entrada frente a Charlie Leibrandt que elevó un partido emocionante a la categoría de clásico. No solo por la memoria de verlo corriendo las bases como un chiquillo mientras el abridor convertido en relevista ocasional de los Atlanta Braves salía cabizbajo del diamante, sino porque preparó la escena para uno de los Juegos 7 más memorables de los últimos 30 años: el duelo 1-0 que Jack Morris le ganó a John Smoltz para guiar a los Minnesota Twins al título.
Todavía cuesta entender por qué Leibrandt, zurdo, estaba allí para enfrentarse a Puckett, uno de los mejores bateadores derechos de su tiempo. Pero fue un resultado justo para Puckett, quien unas horas antes evitó un posible jonrón de dos carreras y remolcó la de la ventaja momentánea en el quinto inning.
Juego 6, 1993: Joe Carter pone fin a la Serie Mundial
En un momento, Joe Carter lucía como un trotamundos en las Mayores. Los Cleveland Indians lo cambiaron en 1989 a los San Diego Padres, y en 1990, San Diego lo mandó a Toronto junto al entonces prometedor intermedista Roberto Alomar, la ficha clave del canje. Tres años más tarde, Carter se paraba en el plato y le daba a Toronto su segundo título consecutivo con el segundo jonrón para finalizar una Serie Mundial en la historia. El marcador estaba 6-5 a favor de los Philadelphia Phillies, que tenían al efectivamente descontrolado cerrador zurdo Mitch Williams (mejor conocido como 'Wild Thing', el mismo apodo que el personaje de Charlie Sheen en la película de los Indians 'Major League') en la loma para salvar el juego que los llevaría al decisivo.
Williams caminó con cuatro lanzamientos a Rickey Henderson y luego de un out, permitió un sencillo al central de Paul Molitor. Con la cuenta en 2-2, Carter la desapareció - literalmente - por el jardín izquierdo, provocando fuegos artificiales en el cerrado SkyDome y la primera celebración de Serie Mundial con un 'walk-off home run' desde Bill Mazeroski en 1960. Por cierto, San Diego todavía anda tras su primer título de Serie Mundial y Cleveland sigue sin ganar desde 1948.
Juego 6, 1995: Por fin, la joya de Tom Glavine
De los futuros miembros de la rotación de los Braves que llegó al Salón de la Fama, solo John Smoltz (15-4, 2.67, 4 salvados) fue un titán en la postemporada. Greg Maddux (11-14, 3.27 en octubre) y Tom Glavine (14-16, 3.30 en playoffs) dejaron a los fans de los Braves esperando por más, octubre tras octubre. Por eso, había ciertas dudas con Glavine para el Juego 6, aún cuando había ganado el Juego 2 con seis sólidas entradas. Pero sin alternativas y con cinco días de descanso, el zurdo trajo su mejor versión, engañando entrada tras entrada a los poderosos bateadores de los Indians, permitiendo un solitario hit (sencillo de Tony Peña en la quinta), tres bases por bolas, y abanicando a ocho en ocho entradas.
Fue necesario, porque los bates de los Bravos no aparecieron y un solitario jonrón de David Justice abriendo la sexta fue todo lo que necesitó Atlanta para ganar el primer y único título de Serie Mundial en la era de Bobby Cox.
Juego 6, 2002: Gracias, 'Rally Monkey'
Si no crees en las supersticiones en el béisbol, una mirada al Juego 6 de la Serie Mundial de 2002 te puede hacer cambiar de opinión. Los Angels perdían 5-0 en la parte baja de la séptima ante unos San Francisco Giants liderados por Barry Bonds y parecían tener asegurado su primer título de Serie Mundial desde que Willie Mays atrapaba lineazos de espaldas al plato. Los aficionados comenzaron a agitar con más entusiasmo (o ansiedad) el monito mágico de peluche que llevaban al parque, más por diversión que por esperanzas de que fuera a darle la victoria.
Si fue inefectividad de los relevistas de los Gigantes, o que el amuleto surtió efecto, está por verse. Lo cierto es que los Angelinos, con jonrón de tres carreras de Scott Spiezio, jonrón solitario de Darrin Erstad y doblete de dos carreras de Troy Glaus ante el cerrador Robb Nen, sumaron seis carreras en la séptima y octava entrada para ganar un improbable sexto partido, en camino a su victoria decisiva en el Juego 7 de la Serie Mundial.
Juego 6, 2011: Todo David Freese
Más que un out... un strike. Eso era todo lo que necesitaba el relevista Neftalí Feliz para darle a los Texas Rangers el primer título en su historia. Cierto que había hombre en primera y segunda para los St. Louis Cardinals, pero con dos outs y la cuenta en 1-2... puede suceder cualquier cosa. Como un triple de David Freese por encima de Nelson Cruz para empatar el partido 7-7 y provocar otro sexto partido de tragicomedia en entradas extras. Bueno, Josh Hamilton le devolvió la delantera de dos carreras a los Vigilantes, por lo que con ventaja de 9-7 el rayo no caería dos veces en el mismo sitio, ¿cierto? Falso. Con tres hits y dos carreras, los Cardenales se negaban a entregar la serie. Después de todo, en un sexto partido cualquier cosa puede suceder. Y sucedió.
Sin outs en la parte baja del undécimo, con la cuenta en 3-2, David Freese (sí, el mismo David Freese, el del triple en la novena) envió una recta de Mark Lowe sobre la verja del jardín central para enviar la serie directamente a un séptimo partido, quitándole años de vida al presidente de los Vigilantes, Nolan Ryan. Los Rangers anotaron dos carreras en la primera entrada del Juego 7, pero San Luis empató en la parte baja con un doblete de - sí, de nuevo - David Freese, en camino a una victoria 6-2.
