ARLINGTON, Texas – Cuando abrieron la puerta del vestidor de los Vigilantes de Texas, Rougned Odor estaba sentado en su silla, tranquilo frente a su casillero.
Sabía que una veintena de periodistas iban sobre él para comentar sobre la Serie Divisional de postemporada que los Vigilantes y los Azulejos de Toronto disputarán por segundo año consecutivo.
Peor aún, estaba consciente de que venía la avalancha de preguntas sobre el primer partido en el que tendrá otra vez, cara a cara, a José Bautista, el jardinero de los Azulejos al que golpeó en la mandíbula el 15 de mayo pasado.
El mismo Bautista que soltó un bate en la serie de postemporada pasada entre ambos equipos de una manera que la mayor parte de los aficionados de los Vigilantes comenzaron grotesca y burlona en su Globe Life Park.
Ese jonrón prácticamente representó el principio del fin, antes de que Texas fuera eliminado en cinco partidos, luego de que había ganado en Toronto los primeros dos encuentros.
“Se que todo es parte del proceso y del juego”, dijo Odor en referencia a la atención de los medios de comunicación a su pleito con Bautista. “No me gusta estar en medio de esto. Responder preguntas de esto. Pero sé que ahora es parte del juego”. “Sólo tengo que tratar de hacer lo que he venido haciendo y olvidarme de todo los demás”, agregó.
Odor, de 22 años, fue suspendido ocho partidos por el incidente con Bautista, que estuvo cerca de terminar en un pleito generalizado entre ambos conjuntos.
El segunda base venezolano tuvo una campaña tan espectacular, que ni el más optimista o sus amigos más cercanos pudieron imaginar. Fue el líder en cuadrangulares (33) de los Vigilantes y segundo en carreras producidas (88), además de jugar una defensa muy sobresaliente.
“Fueron duros esos juegos en los que estuve suspendido”, reconoció. “No quería que eso sucediera. Esos ocho partidos estuve en mi casa, viendo a mis compañeros por televisión y me ayudó a valorar”.
Los compañeros y amigos más cercanos de Odor en el club, como el lanzador Martin Perez, rechazaron que pueda distraer su juego por la atención y el problema con Bautista.
“Yo creo que no”, dijo Pérez. “Rougned es una persona a la que le gustan los retos. Es un muchacho que gusta de jugar con presión. Ha estado rodeado desde niños de una familia de peloteros profesionales. Esto no va a afectarle”.
“Al contrario, creo que esto va a ponerlo en otro nivel”, añadió. “Él tiene que mantenerse haciendo su trabajo porque nuestra misión es llegar a la Serie Mundial y lo necesitamos bien concentrado”.
Pérez dijo que en general los Rangers tienen que mantenerse pendientes de avanzar en la postemporada, sin importar el rival, como un conjunto experimentado en este tipo de fases.
Texas disputa playoffs por segundo año al hilo y por quinta ocasión en las últimas siete temporadas.
“Ya lo que pasó pasó”, dijo Pérez. “Sabemos que tenemos que jugar con mucha inteligencia. Ambos equipos vamos a trabajar duro para avanzar. Tenemos que tratar de hacer las cosas pensando y con nuestro máximo esfuerzo. Esa es la clave”.
Odor coincidió en que no habrán más problemas personales ni rencores con los Blue Jays, aunque le gusta enfrentarlos para tratar de conseguir revancha con respecto al año anterior.
“Es algo que queríamos hacer, enfrentarlos a ellos porque nos ganaron el año pasado y ahora queremos eliminarlos a ellos”, sentenció.