NUEVA YORK -- Luis Severino recompuso su maltrecha imagen de caballo monticular y los Yankees de Nueva York mostraron en el campo muchas de las razones por las que deberían ser considerados entre los genuinos aspirantes que tienen las Grandes Ligas al campeonato de esta temporada.
Severino lanzó cuatro entradas en blanco y ponchó a siete bateadores, Aaron Judge y Giancarlo Stanton batearon cuadrangulares y el bullpen se encargó del resto para que los Yankees derrotaran 7-2 a los Atléticos de Oakland en el Juego de Comodines de la Liga Americana en Yankee Stadium.
Los Yankees avanzaron a las Serie Divisional del joven circuito contra su gran rival, los Medias Rojas de Boston, a quienes enfrentarán por cuarta vez en postemporada, pero por primera vez en una instancia diferente a la final de la Liga Americana. El primer encuentro se jugará el viernes en la noche en el Fenway Park de Boston.
Los Yankees ganaron en 1999 y 2003, pero en 2004, los Medias Rojas se convirtieron en el primer equipo de Grandes Ligas que se recuperó de estar abajo 0-3 en una serie de siete juegos para avanzar a la Serie Mundial, donde atraparon su primer título en 86 años.
Desde entonces, Boston ganó el campeonato dos veces más (2007 y 2013), mientras que Nueva York lo hizo por última vez en 2009.
“Fue una noche asombrosa. Eléctrica. No encuentro palabras para decirlo”, dijo Severino. “Estamos muy felices, pero aún no hemos ganado nada. Vamos a disfrutar el momento y nos preocuparemos por los Medias Rojas en dos días”, agregó el lanzador, mientras era bañado con champagne en la celebración en el vestidor.
Por razones obvias, Severino era una incógnita, pese a que es, por mucho, el mejor lanzador en la rotación de Nueva York. El quisqueyano quedó tercero en la votación del Cy Young en 2017 y ganó 19 partidos en 2018, pero tuvo efectividad de 5.63 en cuatro aperturas en la postemporada del año pasado, cuando solamente hizo un out en el choque de comodines contra los Mellizos de Minnesota y su efectividad de 2.31 en la primera mitad se elevó a 5.57 después del Juego de Estrellas.
Su promedio de carreras limpias contra los Atléticos (5.23) tampoco ayudaba mucho para aumentar la confianza en los dubitativos aficionados de los Yankees. Pese a todos los signos contrarios y tener otras dos grandes opciones a mano –el zurdo JA Happ y el derecho Masahiro Tanaka—el manager Aaron Boone entregó la pelota a Severino en el juego más importante de los Yankees en su primera temporada como dirigente.
“Increíble. Le doy gracias a Dios al equipo y a Aaron Boone por dejarme abrir un juego como este. Estoy agradecido de que Boone y los Yankees no perdieron la confianza en mí. Sólo estaba pensando en hacer el trabajo desde el primer inning, tirar strikes y sacar bateadores del paso”, señaló Severino.
“En casa, la atmósfera es muy distinta. Es algo que no puedo explicar. Los fanáticos, el ambiente. Cuando vimos que el juego sería aquí, sentimos que teníamos un 90 por ciento de probabilidad de ganar”, dijo Severino, quien tuvo marca de 10-2 y efectividad de 2.74 en 15 salidas en Yankee Stadium.
El dominicano fue uno de siete pitchers que ganaron 10 partidos en su casa durante la temporada.
Severino comenzó el juego lanzando una recta de strike a Nick Martini y retiró a los tres bateadores que enfrentó con 10 lanzamientos (ocho strikes), ponchando a Martini y al poderoso Khris Davis. En la segunda entrada, el derecho comenzó a lanzar más su slider (tuvo uno en el primero) y logró los tres outs por la vía del ponche.
En el cierre de la primera entrada, Judge desapareció un pitcheo del abridor Liam Hendriks, después que Andrew McCutchen recibiera pasaporte. Fue el segundo jonrón para Judge desde que regresara juego de la lista de lesionados el 14 de septiembre por una lesión en la muñeca.
Hendriks (0-1), un relevista “iniciador”, necesitó 25 lanzamientos para completar el episodio y no regresó más en el juego. Lou Trivino lo sustituyó. Durante la temporada, Hendriks fue el “iniciador” de los Atléticos en ocho encuentros, tuvo efectividad de 2.08 (2 CL en 8.2 IL), pero nunca laboró más de dos entradas.
Severino tuvo su verdadera prueba de fuego en la cuarta entrada, cuando los Atléticos llenaron las bases con dos outs. El as de los Yankees, quien comenzó el episodio con 56 lanzamientos, dominó al intermedista Jed Lowrie, pero un error del antesalista dominicano Miguel Andújar permitió que Davis anclara en la primera base y Matt Olson recibió boleto.
Después de que Severino dominara a Stephen Piscotty con línea al jardín derecho, el novato dominicano Ramón Laureano negoció boleto, tras ponerse en 0-2 comenzando el turno, con cuatro pitcheos que estuvieron bastante cerca de la zona de strike. Entonces Severino ponchó a Marcus Siemen con cuatro envíos, el último a 100 millas por hora.
“Seve estableció el tono y vino como si estuviera en una misión. Pienso que lanzó realmente bien. Crédito a los Atléticos que lo hicieron trabajar y batallaron, pero él fue capaz de hacer grandes lanzamientos cuando lo necesitó”, dijo Boone.
Después de que los Atléticos pegaron sus primeros dos hits del encuentro abriendo el quinto acto, el manager Aaron Boone apeló a su bullpen, uno de los más poderosos del beisbol, y llamó al dominicano Dellin Betances para que rescatara a su compatriota.
Betances (1-0) retiró a los tres bateadores que enfrentó en esa y la próxima entrada para mantener la ventaja 2-0 de los Bombarderos del Bronx.
“Le dije a Severino que si entraba en una situación difícil, lo iba a rescatar. Para mí es algo dulce porque no terminé bien el año pasado y necesitaba ese tipo de confianza”, dijo Betances, quien no lanzaba dos entradas en una aparición desde agosto del año pasado contra los Tigres de Detroit.
Cuando los Yankees anotaron cuatro carreras contra Fernando Rodney y Blake Treinen en el cierre del sexto, los aficionados apiñados en La Catedral del Bronx comenzaron a gritar, “¡Queremos a Boston!”.
Dobletes consecutivos de Judge y Aaron Hicks y un triple de dos carreras del inicialista Luke Voit produjeron las anotaciones que sentenciaron el encuentro.
Un cuadrangular de dos carreras del bateador designado Khris Davis, el líder jonronero de Grandes Ligas en la temporada regular, con 48, produjo las carreras de Oakland en la octava entrada contra el zurdo Zach Britton.
Nueva York aumentó su ventaja con jonrón solitario de Stanton ante Trainen en el cierre del octavo. Para Stanton, quien llegó desde los Marlins de Miami en el invierno, fue su debut en postemporada después de 1,144 partidos de serie regular, la segunda mayor cantidad entre los peloteros activos. Kyle Seager, de los Marineros de Seattle, ha jugado 1,155 choques y no tiene experiencia de postemporada.
Los jonrones de Stanton y Judge salieron a 117.4 y 116.1 millas por hora, los dos batazos más fuertes de postemporada desde que se comenzó a usar el sistema de medición Statcast en el 2015.
Los Yankees han ganado 10 de sus últimos 14 juegos y han anotado 88 carreras en ese tramo. El miércoles, su pitcheo ponchó 13 bateadores y permitió cinco hits y dos carreras, y su ofensiva conectó cinco extrabases.
“Peligrosos”, dijo sobre los Yankees el manager de Oakland, Bob Melvin. “Ellos rompieron toda clase de récords ofensivos. Es realmente un gran equipo y en la última serie contra Boston hicieron buenos swings a la pelota”.
Ahora Nueva York ha vencido a Oakland en las cuatro ocasiones en que se han enfrentado en postemporada (3-0 en la Serie de Campeonato de 1981, 3-2 en las Series Divisionales de 2000 y 2001 y el miércoles). Los Yankees, que suman su aparición 54 en postemporada en sus 116 años de existencia, han salido airosos en el Juego de Comodines en años seguidos, tras caer en su primero en el 2016.
Oakland, que llegó a 27 apariciones en Playoffs, ha superado la serie regular en cuatro de los últimos siete años y en nueve de 16, pero no ha podido ganar una serie o Juego de Comodines desde 2006.