Canelo Álvarez no debería retirarse a los 35 años, pero si debe repensar su futuro y perseguir la revancha.
"A veces, cuando crees que has sido enterrado, en realidad has sido plantado", Christine Caine, oradora, activista y escritora.
LAS VEGAS -- No voy a apalearte como otros. Trataré de ser constructivo con mis palabras. Detesto hacer leña del árbol caído. Como te escribí antes en dos cartas abiertas, una en 2016 y la otra en 2021, no eres santo de mi devoción, pero admiro lo que has logrado como boxeador y empresario.
No dedicaré mucho tiempo ni párrafos para ahondar en los maquillajes curriculares de Oscar de La Hoya y Televisa en tus inicios, ya eso es pasado. Simplemente te pediré que no te retires... y algo más. A los 35 años, en el mundo moderno, un atleta de alto rendimiento para nada está acabado.
Sé que es doloroso hurgar en la herida, pero tienes el ejemplo bien cercano de que viejos son los cerros.
Terence Crawford, un tipo más pequeño (subió de 154 a 168 libras), más viejo (cumplirá 38 el 28 de septiembre) y sin pelear en más de un año desnudó todas tus carencias. Te bajó a tierra, junto a los mortales, en un Allegiant Stadium repleto, donde la mayoría de los 70,482 aficionados (cifra récord para la instalación) asistieron para apoyarte y salieron aplaudiendo a tu oponente.
Interpreta el mensaje.
Ahora no parece oportunismo, exageración ni envidia de los que desde la tribuna del periodismo te alertamos que el camino que utilizó Floyd Mayweather Jr. no era el indicado para trascender; sobre todo, para enamorar sin peros a una de las mejores --también más exigentes y conocedoras-- aficiones boxísticas del mundo.
Ser el lado A del boxeo por tanto tiempo te generó ser el deportista mexicano mejor pagado probablemente de la historia, pero silenciosamente no te dejó evolucionar.
Desde septiembre de 2022 enfrentaste a puro contratista, como diría el colega y miembro del Salón de la Fama Bernardo Osuna.
¿Qué tuvieron en común Gennady Golovkin (en el cierre de la trilogía), John Ryder, Jermell Charlo, Jaime Munguía, Edgar Berlanga y William Scull? Todos fueron a facturar, no a pelear.
Te acomodaste, perdiste el hambre. Y te recuerdo, tú no eres Mayweather Jr. Unos cargan con el talento innato, otros necesitan del trabajo para moldearlo y pulirlo. No tengo que subrayarte que perteneces al segundo grupo.
El globo iba a explotar en algún momento. Así fue.
Pero seamos sensatos y justos, no se logra lo que has conseguido por puros tejes y manejes. Si fuera tan sencillo, nuestros rostros estarían junto al tuyo en las gigantescas vallas publicitarias de Las Vegas, algo que naturalmente no ocurre.
Tienes el talento y la edad para revertir esta situación. De ahí mi petición de que colgar los guantes no es la solución. Para llegar al nivel leyenda, ese en el que presumías estar y no es así, necesitas tomar riesgos. Y cuando hablo de riesgos, apunto a que seas audaz y te salgas de la burbuja que has construido.
Habla bien de ti la lealtad hacia Chepo Reynoso y su equipo. Ellos, que te han acompañado desde que eras un chavito en Guadalajara, merecen parte del mérito por el lugar que ahora ocupas. Pero la vida tiene etapas y tú, necesitas escuchar otra voz, probar otra escuela.
A los 35 años, y con la experiencia acumulada en 20 años de carrera, apropiarse de nuevas habilidades es posible. Solo es cuestión de deseo.
Podrás decir que tu cuerpo no te respondió ante Crawford, pero como dice un axioma de la sabiduría popular "la justificación no consiste en excusar nuestras faltas, sino en reconocerlas y corregirlas".
En el deporte se pierde y se gana, es su esencia. Crawford fue el mejor el 13 de septiembre, pero si quieres sentarte a la mesa con Julio César Chávez, Salvador Sánchez y Ricardo 'Finito' López debes asumir que necesitas reinventarte, aprender del fracaso, y sí, buscar una revancha.
