Max Verstappen arrancó muy mal el GP de Mónaco, séptima fecha de Fórmula 1 que se vive por Star+ (no incluye México). Su fastidio con el andar de su Red Bull fue evidente durante el primer entrenamiento; lo hacía audible a través de la comunicación por radio con su ingeniero. El problema de balance que casi gritaba desde su RB19. “Si no se cambia la puesta a punto voy a chocar”, llegó a decir el bicampeón del mundo, mientras la transmisión oficial hacía un primer plano de Adrian Newey, el genio detrás del diseño del auto. El sexto puesto en la tanda, a 872 milésimas fue el colofón del ensayo fallido. Pero…
Una vez terminado el primer entrenamiento, la reunión de Verstappen con los ingenieros hizo mella en el rendimiento de la segunda salida. Y, sí, la casa quedó en orden: el neerlandés fue el más rápido de la sesión y del día, con 1m12s462, para aventajar a la dupla de Ferrari. Ya no se volvieron a escuchar las agrias quejas de Max por la radio.
Claramente el cambio en el Red Bull le cayó genial al manejo del neerlandés. Checo Pérez fue la cara opuesta en la misma escuadra: el mexicano no se mostró cómodo con el auto y terminó séptimo, a más de medio segundo. Un mundo de distancia para el tapatío, quien ya tuvo que escuchar Helmut Marko en la previa de la glamorosa carrera monegasca con una frase lapidaria para sus aspiraciones de luchar por la corona. “El coche está más o menos como a le gusta a Max. Y sí, también existe esta cooperación por parte de los ingenieros de carrera. Está funcionando cada vez mejor. Y si se hiciera un pequeño cambio en el RB19, también será en interés de Max”.
El bicampeón lideró el viernes monegasco con 65 milésimas sobre Charles Leclerc, quien otra vez mostró que su Ferrari es muy veloz a una vuelta y, para bien de sus acciones, esquivó todos los muros. Vale recordar que el subcampeón del 2022 les pegó a las paredes en Azerbaiyán y en Miami. Detrás del local apareció el otro piloto de Ferrari, Carlos Sainz. Pero el español no corrió la misma suerte que su compañero y terminó el día con su SF-23 con la suspensión rota después de estrellarse contra un muro. Fernando Alonso cerró el cuarteto de adelante y, hasta ahí, se mostraron los candidatos al triunfo para el domingo. El piloto de Aston Martin quedó a 220 milésimas y está a la caza de su 33ª victoria.
"La segunda práctica fue mucho mejor que la primera. El coche se trataba de algo completamente diferente. En comparación con Ferrari, perdemos al pasar sobre baches y bordillos. Tenemos que trabajar en eso antes de la clasificación, están muy cerca. Aston Martin también se ve muy fuerte, debemos trabajar para mantenerse por delante de ellos. Una vez que el auto se manejó mejor, pude conducir más cerca de las barreras. Tuvimos un comienzo difícil, pero el final del día fue positivo", dijo Verstappen.
De Nano, para atrás, un mundo. Porque Lando Norris fue quinto, a 444 milésimas y Lewis Hamilton, con el Mercedes nuevo que terminó con la era sin pontones y pasó a ser igual al resto, en el sexto puesto, a 498. Se espera una dura batalla por la pole position entre Verstappen, las Ferrari y Alonso. Se sabe que superar autos en condiciones normales es casi imposible en las calles de Mónaco. Por eso, partir primero será un envió gigante hacia el éxito para quien lo logre. Aunque… Hay anuncio de lluvia para el domingo. Y ahí sí, será barajar y dar de nuevo.