El tricampeón hizo un test secreto antes del GP de España, pidió más rendimiento al equipo y se llevó el éxito en la décima fecha. Lando Norris falló en la partida y fue segundo. Lewis Hamilton completó el podio.
No bien detuvo su RB20 en el lugar reservado para el ganador, Max Verstappen salió de su auto, apretó los puños y sacudió los brazos. Se dio vuelta, dejó colocado el volante como dice el reglamento y corrió cerca de 50 metros para lanzarse sobre sus mecánicos y desatar un festejo pocas veces visto en el tricampeón, tan acostumbrado a los éxitos que sus celebraciones suelen ser sobrias. Pero el presente es distinto y el neerlandés lo sabe más que nadie. Es cierto, gana él, como casi siempre. Porque en el circuito de Cataluña logró su séptimo éxito en las diez carreras disputadas de 2024. Pero ya no hay domino, Red Bull ya no es invencible y su piloto estrella no se calla puertas adentro.
"Llevo semanas diciendo que necesitamos aportar más rendimiento a nuestro coche y todo el mundo en el equipo también lo sabe", dijo Verstappen después de la clasificación catalana. Y agregó: “Hasta ahora, parece que todo el mundo a nuestro alrededor está trayendo más actualizaciones que nosotros. Por supuesto que tenemos que trabajar en ello, encontrar más rendimiento para nuestro propio coche también. Por el momento nos falta algo de velocidad. Desde hace unas semanas vengo compensando con manejo y eso está bien porque para eso me pagan. Porque si hay que ir al 101% cada vez, algún día saldrá mal”. Y en España debió dar todo para conseguir su triunfo 61 en la categoría.
Red Bull tampoco se queda quieto. Para tratar de entender bien al RB20, el equipo organizó un test privado y secreto en Imola en el arranque de la semana, antes de viajar a Barcelona. Fue el mismo Verstappen el que giró sobre un RB18, el modelo de 2022, el primero de la actual era del efecto suelo. La información se filtró en el paddock catalán y Paul Monaghan, ingeniero en jefe de Red Bull, explicó los motivos. “Cuando intentas evaluar los puntos fuertes y débiles de un coche actual, su referencia es el coche actual. Así que tratamos de dar a Max una referencia para juzgarlo, y él ha sido capaz de darnos feedback de eso y depende de nosotros qué hacemos con eso'", explicó.
Verstappen ajustó las clavijas, se arremangó y se puso el overol en el trabajo para recuperar esa confiabilidad y competitividad en el Red Bull. Y también batalló en la pista de Barcelona. Porque Lando Norris está en un nivel superlativo con su McLaren y tenía la pole. Pero el inglés falló en la partida. Se preocupó tanto por tapar a Verstappen (llegó a una maniobra excesiva y apretó tanto al Red Bull que el neerlandés terminó con dos ruedas en el pasto), que perdió velocidad, George Russell los pasó a los dos por afuera y, para colmo, perdió el lugar con Max. Ahí comenzó a definirse la carrera.
El neerlandés superó con total autoridad a George Russell para pasar a comandar la décima fecha de F1.
La otra clave fue superar rápidamente a Russell para liderar. A Norris le tomó un tiempo precioso poder sacarse de encima al Mercedes y ahí todo se terminó. Por eso la cara de pocos amigos de Lando, porque siente que se le escurrió otra chance de lograr un triunfo.
“Creo que la carrera la hicimos en el comienzo cuando tomé el liderazgo y pude hacer la diferencia porque Lando y McLaren eran muy muy rápidos. Tuvimos una estrategia agresiva y funcionó. Tuve que hacer un poco de rally en la largada y después fue clave superar a Russell rápido. Al principio no teníamos el ritmo de McLaren y tuvimos que tener una estrategia de paradas agresivas. Definitivamente perdimos performance, McLaren tiene el auto más fuerte, no solo en ritmo, también en degradación de neumáticos. Tenemos que tratar de ser mejores. El equipo hizo un gran trabajo”, dijo Verstappen.
El neerlandés no ocultó su alegría y celebró como pocas veces el éxito que consiguió en la décima fecha.
Norris no podía ocultar su fastidio. “Tuve una mala largada, el auto fue increíble hoy, pero la perdí al comienzo. Muchas cosas positivas y una negativa que puede arruinar todo. Igual, son buenos puntos. Perdí mucho tiempo detrás de George, me costó mucho superarlo. Max pudo superarlo bien, pero yo no”, contó.
Detrás, lejos de los pilotos que están en la pelea actual de la F1, llegó Lewis Hamilton, quien volvió al podio, lugar que no visitaba desde el GP de México de 2023. El heptacampeón acumula 198 ceremonias de premiación y podría llegar a 200 justo en Silverstone, dentro de dos semanas. Gran Bretaña cerrará el triplete consecutivo integrado por España, Austria e Inglaterra. Se vienen más batallas de Norris y Verstappen, el neerlandés estará preparado.