El neerlandés y el inglés luchaban por el triunfo en la 11ª fecha de la F1 y se tocaron. El piloto de McLaren abandonó y el tricampeón fue penalizado. Y a río revuelto, ganancia de George Russell.
Era cuestión de esperar. El toque en pista entre Max Verstappen y Lando Norris iba a llegar, no había otro camino. El neerlandés y el inglés son los grandes protagonistas de la 75ª temporada de Fórmula 1. La batalla en pista era cada vez más cercana. Ambos lo sabían, a pesar de que la amistad que forjaron fuera de la pista en los años de compartir autódromos servía como un bálsamo en algo que no tardaría en llegar. Y llegó. Fue en el GP de Austria, donde se desató una guerra que, ahora sí, nadie sabe hasta dónde puede escalar.
La declaración de guerra llegó en la 64ª vuelta de las 71 pactadas en el Red Bull Ring. Parecía que Verstappen se llevaría un triunfo tranquilo, uno más de esos tantos que acumula en su mochila. Porque esos siete segundos de brecha que tenía el neerlandés eran un colchón tranquilizador. Pero se rompió porque falló Red Bull. Sí, el team austríaco se mancó en la segunda parada en boxes de su piloto estrella en el giro 52, la cubierta trasera izquierda no quería salir y el gap se redujo a la nada, a una distancia que le permitía al inglés de McLaren atacar con DRS. Y se vivieron 12 vueltas sentados en la puntita de la silla.
Lando atacaba, agresivo, y Max se defendía, más agresivo aún. Realmente la defensa de Verstappen era férrea, más teniendo en cuenta que lograba retener al de McLaren, a pesar de que su rival tenía habilitado el DRS. El piloto de Red Bull apeló a todo, a su talento, a su agresividad y, también, a algunos movimientos en la zona de frenada que no están bien. Norris también se equivocó, porque se excedió de los límites de la pista. Es cierto, era un duelo muy al límite, pero ahí es donde todavía está verde Lando. Le falta pulir un pelín en esos momentos críticos para bajar a cero (o casi) su margen de equivocación.
El inglés se tiró a pasar al neerlandés y terminó en choque, retraso de Max y abandono de Lando.
Y hubo una primera superación de Norris, pero se pasó de largo en la frenada, ganó la posición por fuera de la pista y debió devolver el lugar. Y hubo otro intento, en esta ocasión trató de dejar sin pista a Max y el campeón recuperó la cima. Y la tercera fue la vencida: llegó el toque y se rompieron los dos. Lando trató de ir por afuera, Verstappen le cerró la puerta al moverse (otra vez) en la frenada y se tocaron los neumáticos traseros (el derecho del McLaren con el izquierdo del Red Bull). Los dos se tuvieron que ir a boxes, justo cuando anunciaban una penalización de cinco segundos a Norris. Si el aviso llegaba un par de curvas antes, Max lo hubiera dejado pasar y solo se hubiera dedicado a seguirlo a menos de ese gap hasta el final. Lando llegó a su pit y debió abandonar por las roturas. Max cambió el neumático y siguió, con diez segundos de penalización por la maniobra contra Norris y finalizó quinto, para sumar algunos puntos.
¿Seguirá la amistad después del GP de Austria? Muchas buenas relaciones quedaron rotas en la pista. Vale recordar a Lewis Hamilton y Nico Rosberg, quienes pasaron de ser muy cercanos a tener un trato gélido después de aquella temporada 2016. Se veía venir el toque, era inevitable.
“No sé qué decir, está claro en el video, se ve perfectamente. El auto quedó muy dañado para poder continuar. Hay que resetear y volver en Silverstone”, dijo un apesadumbrado Norris, quien buscará la revancha en su carrera de local.
Verstappen fue mesurado. “En este momento, es un poco difícil analizar el incidente, cada uno tendrá su mirada. Lamentablemente hubo un toque, algo que no queremos que pase, pero desafortunadamente pasó. De todas maneras, tenemos que ver por qué hubo tantos errores en la carrera, en la parada de boxes. Incluso personalmente podría haber hecho un trabajo mejor”, dijo el de Red Bull, quien a pesar de todo extendió su ventaja al frente del Mundial al cierre de la 11ª cita y llegará a Inglaterra con 81 puntos de ventaja sobre Norris.
A todo esto, hubo un ganador. El GP austríaco de 2024 será recordado por el toque entre Verstappen y Norris y no por George Russell, quien heredó un éxito impensado y llegó a su segunda victoria en la categoría. Para Mercedes, una confirmación del avance sostenido que mostró en las últimas citas. Pero el tema en Spielberg fue la guerra que comenzó.