El piloto de McLaren salió indembne de una tanda llena de accidentes y banderas rojas. Max Verstappen, penalizado, partirá 17°.
San Pablo (Enviado Especial) Franco Colapinto es el primer eslabón de una cadena de accidentes que se produjeron en la complicada clasificación del GP de San Pablo, 21ª fecha a de Fórmula 1. La lluvia que obligó a postergar la clasificación del sábado para el domingo a las 7.30, continúa. No es el diluvio tremendo del día anterior, pero cae agua sobre el flamante asfalto de Interlagos que tiene una particularidad: tiene una capa de betún en la superficie que no se gastó y las piedras están muy unidas, así, el agua no corre, se forma charco y hay aquaplaning. La S de Senna, la emblemática curva del circuito paulista, se convierte en una trampa para muchos. Ahí quedaron las esperanzas de Colapinto, que hizo parar la Q1 con bandera roja. Pero los accidentes continúan.
Carlos Sainz destruye la parte trasera de su Ferrari en… sí, la S de Senna. El español, quien viene de ganar en México, en apenas una semana siente cómo la taba se da vuelta. Afuera en Q1 y a prender velas para que los mecánicos de la Scuderia puedan reparar su SF-24 en tiempo récord.
Finaliza el eterno primer segmento de clasificación, con dos rojas y el trabajo de los auxiliares de pista para recuperar las barreras de contención. En la parte externa de la S de Senna quedan los autos de Colapinto y Sainz en planchas, esperando que se termine todo para llevarlos a boxes. Arranque la Q2 y… Roja. Cerca del final, Lance Stroll, quien suele destacarse en condiciones de piso mojado, se golpes con su Aston Martin en… Sí, la S de Senna. Tal vez un designio del gran Ayrton, ofendido de que en su tierra hayan cometido el sacrilegio de no correr el sábado por la lluvia. Justo en la casa de Senna. El auto del canadiense ameritaba una bandera roja inmediata, sin embargo, el tiempo pasa y solo hay amarilla. Max Vesrtappen viene en vuelta lanzada para tratar de meterse entre los diez, después de haber liderado la Q1, y meterse en la pelea por la pole. Cuando ya estaba a punto de entrar al tercer sector con su Red Bull, roja. Al reloj le quedaba poquito más de un minuto. Resultado: roja y final.
¡Para qué! Ardió Troya. Jos Verstappen le pega un golpe a una mesa que vaya a saber si resistió. Max gesticula, muy enojado. Cuando enfrenta los micrófonos, dispara con veneno: “Parece que los comisarios de la FIA están tomando un café y 30 o 40 segundos después dicen 'ah, bandera roja' cuando el auto está claramente roto”. El tricampeón tiene atragantados a los comisarios, quienes vienen de sancionarlo con 20 segundos en México (dos de diez por una maniobra con Lando Norris) y con cinco en el sprint de San Pablo por no respetar el régimen de auto de seguridad virtual. El neerlandés estaba esperando el momento para la descarga y le llegó rápido. Y, más allá de si estaban con un café (tal vez es el mismo que James Vowles le convidó a Christian Horner…), la queja del piloto de Red Bull tiene sustento.
El argentino no pudo controlar el agua y provocó la bandera roja en la primera tanda de clasificación.
Arranca la Q3 de la clasificación más larga de la historia. Ya lleva 17 horas, si se cuenta el horario original y la suspensión. Ya todos en el autódromo quieren que se termine. Especialmente Colapinto, Sainz y Stroll, que tienen a sus autos tirados en la S de Senna. Ahora sí, los diez que van por la pole. Y, roja. Fernando Alonso se golpea, no en la S de Senna, y su Aston Martin queda dañado. El equipo del millonario Lawrence Stroll tiene sus dos autos averiados. Es increíble, el público sigue entrando a Interlagos, tarde porque las puertas se abrieron una hora antes del comienzo de la actividad.
Se reanuda la Q3. Bueno, ahora sí, a prepararse que se viene la pelea por la pole. Amarilla, Tusnoda se salva de milagro en la S de Senna. Todo sigue. Roja, sí, ¡otra vez roja! Alex Albon se golpea en la 1, que desemboca en la S de Senna. Directamente se llevaron su FW46 en una bolsa. Pero literalmente, porque los auxiliares barrían los pedazos del Williams y los tiraban en una bolsa negra. El tailandés se quejaba de dolor en la muñeca. “Mi fin de semana está terminado”, dijo. Su auto no podrá ser reparado y así enhebrará su tercera carrera en fila sin poder terminar. En San Pablo, sin largarla siquiera.
Se reanuda la clasificación. Trompo de Oscar Piastri. Pero sigue. Finalmente, Lando Norris se quedó con la pole position (octava en su campaña). Fue el superviviente que pudo contra todo y todos. “Cualquier error se pagaba caro hoy con las condiciones de pista”, dice el inglés. Colapinto, Sainz, Stroll, Alonso y Albon pueden dar fe. Norris tiene una gran chance de arrimarse en su sueño de ser campeón. Está a 44 puntos de Verstappen, quien caerá de 12 a 17 en la grilla por la penalización de cinco puestos por cambio del motor de combustión de su RB20. En el medio de todo el berenjenal, un dato no menor: la lluvia sigue siendo una amenaza y se espera una tormenta como la del sábado para las 14. Todo puede pasar en San Pablo.
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