El ganador del GP de Mónaco analizó su triunfo, la regla de las dos paradas y habló sobe su confianza.
La imagen de la sala de conferencias es la misma del sábado. Lando Norris, feliz, sentado en el medio. Charles Leclerc, con cara un poco larga, a su derecha, y Oscar Piastri, impertérrito como siempre, a la izquierda. El inglés de McLaren acababa de lograr el triunfo en el GP de Mónaco, octava fecha del Mundial, después de haber logrado una memorable pole el sábado, que fue clave en el intrincado callejero.
“Hubo momentos tensos en la carrera en los que tuve que presionar y Charles nunca estuvo muy lejos. Sobre todo, al final, cuando Max iba delante. Hubo momentos de tensión, como no acercarme demasiado a Max, siempre ahí es donde Charles tuvo oportunidades, pero creo que manejamos bien la estrategia. Es difícil saber si podríamos haberlo hecho mejor, seguro que podemos revisarlo y luego mirar atrás”, dice Lando.
“Al final, el resultado fue perfecto. A veces fue complicado, así que superar la carrera sin cometer errores fue muy bueno. Me sentí bien, con la gestión de los neumáticos, los frenos y todo eso”, agrega. Uno de los puntos débiles de Lando en su carrera, pero tal vez más fuerte este año, fue su aparente falta de confianza, pero él tiene otra mirada. “Tuve confianza cada domingo de este año. Pero ayer (por el sábado) fue un día más importante para mí. Estoy orgulloso de ayer y también de hoy”.
Con respecto a la normativa que impuso la FIA de dos paradas, Norris asegura: “Hay reglas que no están hechas para mí. No están hechas para que las disfrutemos más los pilotos, ni nada por el estilo. Están hechas para los aficionados. Están hechas para que los espectadores se diviertan más. No sé si fue así”.
