El inglés, quien largó desde la pole, mantuvo su posición, a pesar de la normativa especial que impuso la FIA, y festejó en el callejero monegasco. Charles Leclerc y Oscar Piastri completaron el podio.
¿Cuándo ganó Lando Norris el GP de Mónaco de 2025? El sábado. ¿Cuándo perdió Charles Leclerc el GP de Mónaco de 2025? El sábado. Una vez más, como casi siempre, la clasificación le pone el candado a la competencia en el urbano monegasco. No por nada Zak Brown, el CEO de McLaren, gritó y festejó como un desaforado después de que el inglés lograra la pole position. El estadounidense estuvo más mesurado después de que se completaron las 78 vueltas que cuando se cerraron los 12 minutos de Q3. Así es la competencia en el urbano monegasco. Suele regalar qualys apasionantes y carreras soporíferas. Después del tedio de 2024, la FIA buscó una vuelta de tuerca al obligar a todos a realizar, de mínima, dos paradas en boxes, como para tratar de entregar algún resquicio de duda. Pero nada de eso pasó. Tal como largaron los cuatro primeros, así llegaron. Claro, todo eso poco le importa a Norris, quien se quedó con un triunfo que le significa un necesario desahogo.
El inglés de McLaren arrancó el año como el gran candidato al título. Por primera vez en su carrera logró tener un auto superior al resto y desde el comienzo de la temporada. Porque en 2024, esa gran actualización que puso a los chasis papaya adelante llegó tarde, cuando Max Verstappen tenía una ventaja indescontable, sumado a los errores de Norris y malos manejos en situaciones puntuales desde el paredón de boxes. Y el británico arrancó con todo: pole y victoria en Australia, dominando el MCL39 bajo la lluvia. Parecía que los tiempos de yerros habían quedado en el olvido, pero a partir de la segunda cita empezó el declive.
Y emergió la figura de Oscar Piastri. El australiano es veloz y no le regala nada a nadie. Clave para un piloto. Y algo más: psicológicamente granítico. Norris, en tanto, hace berrinches por la radio, se insulta a sí mismo, se sincera con la prensa sobre las presiones… Piastri crecía al mismo tiempo que Lando se caía. Necesitaba un fuerte sacudón que modificara la tendencia. Y llegó nada menos que en Mónaco.
Ya había dado una señal en Imola, cuando superó a su compañero para ser segundo, detrás de Verstappen. Pero, claro, el australiano tenía neumáticos mucho más viejos. Pero en Mónaco fue casi sensacional. Esa partecita que falta para completarlo fue el error de la partida, cuando bloqueó en la primera curva y puso en riesgo todo lo bueno que había construido el sábado. Pero contuvo su McLaren, aguantó el embate de Leclerc y se quedó con su sexta victoria en F1 y, además, recortó a solo tres puntos la brecha con Piastri. El triplete Emilia-Romagna, Mónaco y España (la semana que viene) lo comenzó a 16 y podría dejar Barcelona como puntero.
La carrera, por más paradas que impongan, fue aburrida. Solo un error podía cambiar el resultado que estaba cantado desde el sábado, como pasa casi siempre en el callejero del principado. Leclerc presionó, pero su carrera estaba perdida desde la clasificación. Piastri se conformó con el podio. Max Verstappen intentó algo diferente, estirando la segunda detención hasta el final, pero nada lo ayudó, ni auto de seguridad ni nada.
Norris se desahogó y logró vencer en uno de los clásicos de la F1 y su ilusión de ser campeón está de vuelta. Solo dependerá de él: no debe volver a entrar en el camino de los errores.
