HOUSTON -- C.J. Stroud dista de ser un novato “normal“ y demuestra que está para hacer cosas importantes, trascendentes en la NFL. Y si se suma un receptor excepcional, la situación mejora aún más.
Nico Collins recibió 191 yardas para llevar a sus Houston Texans al triunfo sobre los Denver Broncos, que frenaron en cinco su racha de partidos ganados.
Los Broncos, al contrario, cometieron los errores que habían evitado en la que era su mejor racha desde 2015.
Russell Wilson lanzó tres intercepciones, incluida la última con nueve segundos en el reloj dentro de la zona de anotación de los Texans, que selló su derrota.
Las tres intercepciones fueron la mayor cantidad en un partido para Wilson, que llegó al juego con 20 pases de touchdown y sólo cuatro intercepciones combinadas en los 11 juegos anteriores.
Stroud tuvo otro día en la NFL… Lanzó para 274 yardas y un touchdown, aunque frenó su racha de cuatro partidos con al menos 300 yardas, a pesar de que desde el primer cuarto perdió por fractura de fíbula a su receptor estrella, el también novato Tank Dell, a quien van a extrañar el resto de la temporada.
“Cuando tienes ese equipo a tu alrededor, las cosas son menos complicadas“, dijo Stroud. “Hoy perdí a un hermano en el partido… Pero los demás tenemos que dar el paso enfrente. Seguimos partido a partido. Sólo se trata de ser mejor un día a la vez“.
Otro novato, el ala defensiva Will Anderson, tercera selección global en el pasado draft, también tuvo su día de carrera NFL. Golpeó cuatro veces a Russell Wilson, a quien capturó en dos ocasiones; bateó un pase que se convirtió en la segunda intercepción de su defensiva y rozó una patada de despeje, que casi bloquea.
“Semana a semana voy aprendiendo más“, dijo Anderson. “Los muchachos con más experiencia en este vestidor me están ayudando. Los coaches nos preparan para jugar y nos ponen en posición de ser exitosos“.
“Sé que aún hay mucho camino por recorrer“, agregó. “Este equipo ha sido resiliente toda la temporada, pero vamos a jugar hasta el final de todos los partidos“.
Los Texans pudieron solucionar o al menos evitar tantos riesgos en el marcador desde la primera mitad, que terminó apenas 13-3, a pesar de que Collins ya tenía 117 yardas en tres recepciones y de cuatro viajes a zona roja, sólo consiguieron esos 13 puntos.
Por supuesto que es Houston es un equipo joven, que va encontrando maneras de ganar. Seguirá igualado en victorias en el segundo lugar de la División Oeste de la Conferencia Americana, aunque por criterios de desempate técnicamente será tercero, atrás de los Indianapolis Colts, que este domingo vencieron a los Tennessee Titans.
Más importante para ellos, se ratificó como contendiente a la postemporada, al menos como uno de los equipos comodines, después de que sus aspiraciones al empezar la campaña era simplemente de desarrollo.
Houston (7-5) ya tiene siete victorias, que representan la misma cantidad sumada de sus dos años anteriores. Su quarterback novato ha sido más que de impacto inmediato. Su receptor debutante quedó fuera para el resto de la temporada en la que ya tenía números históricos y ya vieron la clase de partido que puede tener su ala defensiva, reclutado también en primera ronda.
Este equipo de los Texans además tiene profundidad y su calendario es mucho menos complicado que el de los demás contendientes a la postemporada como comodines. Así que Houston está en buena posición, con cinco partidos restantes, para volver a la postemporada, por vez primera desde el 2019.
Para los Broncos (6-6), será tratar de reagruparse, ofensiva y defensiva, intentar evitar los errores y seguir en competencia en el Oeste de la Americana, también por un boleto comodín.
“Estamos aprendiendo a cerrar partidos“, dijo el entrenador en jefe de Texans, DeMeco Ryans. “Anoche se los dije a los muchachos, tenemos que atacar la bola y evitar perderla. Hay que jugar con intensidad y concentrados. Esa es la fórmula ganadora“.