El Barcelona no pudo derrotar como local al Granada, pese a un buen partido y doblete de Lamine Yamal.

El Barcelona no sale del laberinto. De un laberinto de mediocridad que le condena a deambular por LaLiga como un fantasma y entregar el título sin ánimo para disputársela a un Real Madrid que cabalga se diría ya que casi sin oposición. Un día después de que los merengues derrumbasen las ilusiones del Girona con una goleada sin discusión, los azulgrana volvieron a tropezar. Y de manera lamentable.

No pasó del empate ante un Granada que por quinto partido consecutivo le sacó los colores y sin que ni la nueva exhibición del joven Lamine Yamal fuera suficiente para sumar una victoria que se entendía tan lógica como, por encima de todo, trascendental, vital para seguir soñando con una remontada en la clasificación que se entiende más imposible y quimérica a cada partido que pasa.

Si un gol de Vitor Roque le salvó ante Osasuna, después del ridículo protagonizado contra el Villarreal, el Granada, que apenas había sumado un empate como visitante en once partidos, estuvo más cerca de ganar que de perder en un estadio de Montjuïc en el que la hinchada ya no sabe a qué atenerse.

El campeón, a diez puntos del líder Real Madrid y cinco por detrás del Girona, aún tuvo la fortuna de que el Atlético perdiera en Sevilla, pero el lunes podría volver a verse amenazado por el Athletic de Bilbao. Si pudiera pensar en una remontada milagrosa para pelear el título, a cada semana que pasa la realidad le golpea para trasladarlo a otro escenario: la lucha por mantenerse entre los cuatro primeros. Y pareciendo una broma macabra, no se contempla un futuro.

Esos diez puntos es la máxima diferencia que le saca el Madrid, a 14 jornadas para acabar el campeonato. No parece, viendo el juego descabezado, sin personalidad ni lógica, que este Barça sea capaz de soñar con acercarse, ni eso, a la primera posición.

Lleva encajados el equipo de Xavi 33 goles. Solo cuatro equipos en toda la Primera División (Osasuna, Villarreal, Sevilla y Celta) han encajado más goles que el Barça, al que el regreso de Ter Stegen no evitó una nueva debacle defensiva.

El discurso llevará a hablar del Napoli y de esa eliminatoria mayúscula en la Champions League sin atender a que si hasta hoy equipos como Granada, Villarreal, Athletic, Girona, Rayo Vallecano, Mallorca o Getafe le han sacado los colores, lo que falta hasta el final de LaLiga puede ser dramático.

Porque al Barça el anuncio famoso de Xavi no le ha liberado futbolísticamente. Se diría que no ha hecho otra cosa que hundirle un poco más.