Andy Reid, coach de los Chiefs, se ha ganado la reputación de creyente en el carácter de jugadores al darle segundas oportunidades a quienes han cometido graves errores en sus vidas.
“DEBERÍA ESTAR JUGANDO EL MALDITO SUPER BOWL”. Esa fue la frase que Kareem Hunt le dijo a un policía durante una parada de tráfico y con la que reveló haber tocado fondo el 21 de enero de 2020, sólo 12 días antes de que el equipo que lo llevó a la NFL, los Kansas City Chiefs, disputaran sin él y por primera vez en 50 años el título de la NFL.
Cinco años después, en su segunda etapa con los Chiefs, Hunt tiene la oportunidad de jugar en un Super Bowl, el primero de su carrera, por la segunda oportunidad que le dio el coach Andy Reid, reconocido como uno de los mejores entrenadores en jefe en la historia de la liga y también por tender una mano a quien se desvió del camino, no sin antes aseguarse que la merecen y el corredor No. 29 es el más reciente beneficiario de la cualidad de su coach.
La determinación de Reid por ayudar a jugadores cuyas vidas tocaron fondo tomó notoriedad en 2009, pero fue luego de la muerte de su hijo Garrett por una sobredosis en 2012, que tender una mano a quien lo merecerìa se convirtió en parte de su plan de trabajo y estilo de vida.
La lista de de figuras de peso en la historia de la NFL incluye como el de Michael Vick y el de Travis Kelce, uno de los pilares del éxito que disfrutan actualmente los Chiefs como la más reciente dinastía que ha visto la NFL.
Hunt, reclutado por Kansas City en la tercera ronda del draft de 2017, terminó esa temporada como el líder corredor de la NFL con 1,327 yardas que fueron acompañadas por ocho touchdowns y tres más por aire. En 2018, luego de 11 juegos, sumaba 824 yardas y ocho anotaciones, pero llegó la semana de descanso de los Chiefs y todo comenzó a derrumbarse.
El 30 de noviembre, los Chiefs cortaron a Hunt luego de que surgiera un video de febrero de 2018, en el que el corredor maltrata y patea a una mujer en el piso en un edificio de departamentos en Cleveland. Además, Hunt le había mentido al equipo sobre el incidente.
En febrero de 2019, John Dorsey, gerente general de los Cleveland Browns y quien había ocupado el mismo puesto en los Chiefs y reclutó a Hunt, firmó al corredor con un contrato por una temporada y en esa campaña, Kansas City ganó el Super Bowl LIV.
Los Browns decidieron retener al corredor luego de la parada de tráfico en la que Hunt fue multado por conducir a exceso de velocidad. La policía encontró mariguana en el vehículo, pero no arrestó al jugador porque la cantidad era menor a un gramo, la cantidad permitida legalmente en Ohio.
En cinco temporadas con los Browns, Hunt tuvo un éxito moderado al compartir labores de corredor con Nick Chubb y luego de no encontrar equipo en la pretemporada de 2024, los Chiefs lo firmaron luego de la Semana 2 del calendario regular para cubrir el hueco de Isiah Pacheco, quien se perdería varios meses por una lesión.
“Si das los pasos correctos para enmendar el error, entonces, me parece que mereces una oportunidad”, dijo Reid sobre su estrategia de segundas oportunidades, años antes de darle una a Hunt.
Camino al Super Bowl LIX, Hunt ha tenido un rol relevante en la ofensiva de los Chiefs al sumar 200 carreras para 728 yardas y siete touchdowns.
MICHAEL VICK, QUIEN DE 2002 A 2006 FUE UNO DE LOS JUGADORES MÁS VERSÁTILES Y ESPECTACULARES que la NFL había visto en su historia, fue el primer beneficiario, o al menos el más visible, de la política de segundas oportunidades de Reid.
En 2009, cuando era coach de los Philadelphia Eagles y la NFL buscaba evitar mencionar el nombre del pasador por su papel en la organización de peleas clandestinas de perros, Reid decidió investigar cómo conducía Vick su vida luego de pasar año y medio de una sentencia de dos en la cárcel.
Luego de preguntar a amigos, como el ahora ex coach Tony Dungy, mentor de Vick tras su salida de prisión, y otras personas cercanas si el jugador mostraba arrepentimiento por sus acciones, Reid decidió ofrecerle un contrato a Vick en 2009.
Vick jugó cinco años con los Eagles, uno más con los New York Jets y otro con los Pittsburgh Steelers y aunque su carrera no se acercó a lo que fueron sus primeros años en la NFL, logró quitarle varias manchas a su nombre.
LAS SEGUNDAS OPORTUNIDADES HAN SIDO UNA CONSTANTE en Kansas City desde 2013, cuando los Chiefs contrataron a Reid.
Casi un año después de haber perdido a su hijo Garrett, Travis Kelce fue el segundo jugador que Reid reclutó como entrenador en jefe de los Chiefs al tomarlo en la tercera ronda del draft pese a las dudas alrededor de la NFL, o al menos de equipos que necesitaran reforzar esa posición, por los problemas que había tenido el ala cerrado en la universidad, del esos que, por muy talentoso que sea el prospecto, provocan que caiga hasta las últimas rondas en el mejor de los casos.
En 2010, Kelce dio positivo por mariguana. La Universidad de Cincinnati le retiró la beca y lo suspendió ese año.
Además de estudiar, Kelce tuvo que conseguir trabajo para ayudar a cubrir muchos de los gastos de su educación en sus últimos tres años de universidad y eso fue suficiente para que Reid tomara lo que vio como un riesgo calculado.
“El coach Reid siempre ve la situación de todos y toma decisiones con base en lo que ve frente a él”, dijo Kelce al diario The Washington Post varios años después.
Un año antes de que Kelce llegara a los Chiefs, Reid vio algo en el carácter de otro jugador que lo llevó a arriesgarse por él pese a los problemas que tuvo en la universidad.
Demarcus Robinson fue reclutado por los Chiefs en la cuarta ronda del draft de 2016. El receptor llegó al reclutamiento como un buen prospecto, pero alrededor del cual había dudas por las cuatro suspensiones que tuvo en la Universidad de Florida, tres en sus primeros dos años como colegial por dar positivo por mariguana y una más en su tercero por violar políticas del equipo y de conducta de la NCAA.
Tres años más tarde, Robinson fue importante en la conquista del primer Super Bowl de los Chiefs en 50 años y ayudó al equipo a llegar al siguiente juego por el título de la NFL.
NO TODAS LAS EXPERIENCIAS HAN SIDO POSITIVAS cuando Reid ha decidido apostar al carácter de jugadores.
En 2015, el talentoso esquinero Marcus Peters llegó a la NFL con el estigma de haber sido expulsado de la Universidad de Washington por su explosivo temperamento, el cual lo hizo tener varias confrontaciones con coaches, pero Reid no quiso desperdiciar la oportunidad de tener un jugador de primera línea y lo tomó como la selección 18 global del draft de ese año.
Peters terminó su primera temporada en la NFL como líder en intercepciones y ganó el premio Novato Defensivo del Año.
Luego de un 2016 sin contratiempos, el carácter del esquinero se manifestó la siguiente campaña en multas por golpes con el casco, conductas antideportivas (tomar el pañuelo de un oficial y lanzarlo a las gradas en un juego contra los Jets) y suspensiones de los Chiefs por discusiones con miembros del staff de Reid.
Los Chiefs decidieron cambiar a Peters en marzo de 2018 a Los Angeles Rams por una selección de cuarta ronda en el draft de ese año y otra de segunda en el draft de 2019.