BLOOMINGTON, Minn. -- La semana de Super Bowl del esquinero Malcolm Butler tuvo un comienzo distinto al del resto de los New England Patriots: Se quedó en Massachusetts con una enfermedad, antes de llegar el martes, un día después que sus compañeros de equipo.
"Me dijeron que tenía síntomas de resfriado y que necesitaba descansar un poco más", dijo Buttler después de la primera práctica del equipo de la semana. "Estoy listo para jugar".
Butler, quien aún tuvo práctica limitada el miércoles, dijo que la enfermedad lo hizo acudir al hospital dos días distintos.
"No pasé la noche ahí, sólo fuo a asegurarme de estaba bien. El staff de trainers y los coaches se aseguraron de que estaba bien antes de hacel cualquier movimiento".
Butler ha jugado en cada partido de esta temporada para los Patriots. Tuvo porcentaje de 98.7 en jugadas defensivas, mientras su duración y disponibilidad se apoyaron en otros dos corners de primer nivel, Stephon Gilmore y Eric Rowe, perdiéndose múltiples juegos por lesiones.
Butler celebra una especie de aniversario el jueves. Su intercepción en el juego de Super Bowl XLIX contra los Seattle Seahawks se llevó a cabo el 1 de febrero de 2015. Ése fue el día en que el agente libre, egresado de West Alabama, pasó de ser un jugador relativamente desconocido al héroe de los Patriots.
Sobre su historia de no favorito, Butler dijo: "Ha pasado varias veces en mi vida... así que es sólo la voluntad de pelear. Vas a tener que pelear. Es la NFL. Sin ser drafteado, Division II (en la Universidad), fue un viaje largo para llegar aquí. Así que continúo peleando, estoy aquí ahora".