Twitter: @IvisAburto
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Ver jugar a los Pittsburgh Steelers en 2019 es admirar el regreso de la mística que hizo de este equipo uno de los más exitosos en la historia de la NFL.
Si bien la defensiva de los Steelers nunca ha dejado de ser un pilar del equipo, en la actual temporada, haya sido por necesidad ante la ausencia de Ben Roethlisberger y por tener una ofensiva promedio o porque este grupo ya alcanzó su máximo potencial, la realidad es que la defensiva en Pittsburgh ha tomado el timón de un equipo que parecía destinado al fracaso luego de iniciar el calendario regular con tres derrotas.
Incluso, es válido calificar al grupo comandado por el coordinador defensivo Keith Butler como el “La Nueva Versión de la Cortina de Acero”.
La victoria del domingo sobre Los Angeles Rams refuerza esta idea. La defensiva de Pittsburgh limitó a un buen ataque a sólo una conversión de tercera oportunidad en 14 intentos para registrar la primera ocasión que permite sólo una conversión de este tipo desde la Semana 13 de 2008, cuando dejaron a los New England Patriots en 1 de 13 en conversiones de tercera, de acuerdo a ESPN Stats & Information.
Sin embargo, lo que realmente marca un antes y un después en la actuación de la Nueva Cortina de Acero es la llegada del safety Minkah Fitzpatrick, adquirido en septiembre en un cambio con los Miami Dolphins.
En los tres primeros duelos de la temporada, todas derrotas, la defensiva de los Steelers comenzó a demostrar su habilidad para robar balones tras sumar siete, dos de ellos intercepciones, las cuales lograron hasta la Semana 3.
A partir de ese duelo (ante San Francisco), primero de Fitzpatrick con Pittsburgh, los Steelers han interceptado al quarterback rival en todos sus juegos y en los últimos siete suman 24 robos de balón, 11 de ellos intercepciones, de las cuales cuatro son cortesía del safety.
La Nueva Cortina de Acero tiene al menos dos robos de balón en ocho juegos consecutivos, la racha más larga de la defensiva de Steelers desde 1989, cuando también ligaron ocho partidos con al menos dos robos.
No sólo el oportunismo es de lo que se alimenta esta defensiva, también ya de su eficiencia en momentos clave.
En los tres primeros juegos de la campaña, la defensiva permitió que sus rivales convirtieran el 46.1 por ciento de terceras oportunidades, cifra que disminuyó a 30.8 en los últimos seis partidos.
La defensiva ha devuelto la posesión del balón a su ofensiva con más frecuencia, aspecto que evidencia cómo carga ya con el peso del equipo.
Actualmente, la defensiva de Pittsburgh es la número 12 de la NFL en yardas totales, en gran medida, por la gran cantidad de yardas que permitieron al inicio de la temporada, pero su actual desempeño se asemeja más a lo que caracterizó a este grupo durante décadas y le hizo ser bautizado con uno de los mejores sobrenombres en la historia de la NFL: La Cortina de Acero.