"Íbamos a estirar el campo verticalmente, Cuando salíamos de la reunión previa a la jugada, no buscábamos el primer intento. No queríamos mover las cadenas. Queríamos touchdowns. Deseábamos la jugada grande, el golpe rápido", -- Al Davis, explicando su filosofía ofensiva a NFL Films.
ALAMEDA -- Sí, el desaparecido Al Davis estaba enamorado con la velocidad. Velocidad y poder. Habiendo crecido en Brooklyn, Davis se vio influenciado por la velocidad y coraje de los Brooklyn Dodgers de Jackie Robinson, el poder y la fortaleza de los New York Yankees de Mickey Mantle. Así que Davis infusionó a la plantilla de sus Raiders con tantas de esas cualidades como podía, tanto como podía.
Especialmente la parte de la velocidad para la ofensiva.
Desde Art Powell a Warren Wells a Cliff Branch, Davis tenía una fórmula y pasó el último cuarto de su vida intentando hallar al siguiente Branch. El lema de Davis de que "Speed kills" (La velocidad mata), era por partes iguales presunción como advertencia.
Sí, seleccionar al tipo más rápido del Combinado se convirtió en una tradición para Davis en sus años finales, incluso si chicos como Stanford Routt, Darrius Heyward-Bey, Jacoby Ford y DeMarcus Van Dyke no se convirtieron en lo que esperaban los Raiders.
No sorprende que el hijo de Davis, Mark, actual propietario de Las Vegas Raiders, hizo un guiño al gerente general Mike Mayock y al head coach Jon Gruden después de que se salieran con la suya durante el draft de la NFL del mes pasado. Porque con los tres mejores receptores abiertos disponibles, de acuerdo al consenso, cuando llegó la primera selección de los Raiders, ellos eligieron al más veloz. Henry Ruggs III marcó un destellante tiempo de 4.27 segundos en las 40 yardas en el Combinado de Indianapolis, el cuarto tiempo más rápido jamás registrado en el evento, y apenas a cinco centésima de segundo del récord absoluto.
Fue, Mark Davis dijo a Mayock y Gruden, como si "su padre estuviera mirando hacia abajo y sonriendo" a la atípica, pero a la vez tradicional, selección de los Raiders.
No hay presión, chico. Aparentemente, no se sintió.
"Brindo un jugador explosivo, un gran receptor abierto, un receptor muy completo [a los Raiders]", dijo Ruggs la noche del draft. "Un tipo que puede tener un impacto positivo... puedo ayudar a la ofensiva a estirar y hacer cosas diferentes".
Acredita sus buenos genes, y a su madre, Nataki, por su velocidad. Ella fue una atleta de pista de preparatoria en Junction City, Kansas, quien dice que alguna vez corrió un tiempo de 4.23 segundos en las 40 yardas.
"Ella era una pequeña estrella en la pista, también", dijo Ruggs de su madre. "Solíamos competir en la calle y los estacionamientos de las tiendas al auto, y supongo que simplemente obtuve mi velocidad de ella, construí sobre ello, y eventualmente me hice más rápido que ella".
"Es N° 1 decir que quieres eso. Es N° 2 decir que tienes los jugadores para hacerlo. Pero es N° 3 hacerlo", -- Al Davis, sobre ejecutar su visión del juego aéreo vertical.
Los Raiders nunca se sobrepusieron al fallido experimento Antonio Brown el año pasado. Se espera que Ruggs cubra ese hueco y le saque la tapa a las defensivas, así como operar en espacios abiertos, con 13 de sus 40 recepciones del año pasado llegando detrás de la línea de golpeo.
Consideremos que los Raiders tuvieron la menor cantidad de recepciones entre receptores abiertos (145) y la cuarta menor cantidad de yardas por recepción (1,858), como grupo en la NFL el año pasado. El quarterback Derek Carr promedió apenas 6.2 yardas aire por intento de pase, el total más bajo de la liga, y sus 275 pases tirados a corredores y alas cerradas el año pasado fueron la tercera mayor cantidad en la campaña.
Allí es donde entra el eficiente Ruggs, quien convirtió 24 de sus 98 atrapadas de por vida en touchdowns. Ese porcentaje de 24.5 de recepciones convertidas en touchdowns la marca de por vida más alta en la SEC a lo largo de las últimas 20 temporadas.
Pero de nuevo, decir que quieres ser explosivo y decir que tienes a los jugadores para ser explosivo no es lo mismo que, ya saben, ser explosivo.
Ruggs atrapó cuatro pases en rutas 'slant' para Alabama en el otoño pasado, con tres terminando en las diagonales y un promedio de 31.8 yardas después de la atrapada en esas jugadas. Sí, eso es explosivo, y Gruden necesita que eso se traslade a la NFL.
Porque, recuerden, las rutas cortas en diagonal son una estampa de la ofensiva de Gruden. Y ahora, visiones de Tim Brown y Jerry Rice cruzando el centro del campo al inicio del siglo empiezan a aparecen en sus cabezas. Esperen ver también más "jet sweeps" y pases pantalla.
"Hacerlo en primera oportunidad de cualquier partido, para esa defensiva que te enfrenta. Para esos esquineros que te enfrentan, saber que los Raiders vienen por ti. Van a atacarte en lo profundo, y tienen la velocidad para hacerlo. Es como tener una bomba y estar dispuesto a dejarla caer", -- Davis, sobre la amenaza de la velocidad en la posición de receptor abierto.
A Gruden le gusta recordar una historia de su primer paso con los Raiders. Fue durante una práctica, y el adecuadamente nombrado James Jett estaba ejecutando rutas rectas por la banca, frente a Gruden y el omnipresente Al Davis.
"¿Sentiste eso?", preguntó Davis a Gruden, en un pesado acento de Brooklyn, mientras volaba Jett. "¿Sentiste eso?".
No, "¿Viste eso?", o incluso, "¿Escuchaste eso?".
Fue un "¿Sentiste eso?"
Eso es lo que Ruggs debe aportar a los renovados Raiders, una respuesta Tyreek Hill, de los campeones del Super Bowl, Kansas City Chiefs, en lugar de un Jett o Carlos Francis o Heyward-Bey.
Ruggs tuvo seis recepciones en rutas rectas en el 2019; tres fueron para touchdown.
¿Dejar caer una bomba? La analítica de ESPN dio a Ruggs un 8 por ciento de probabilidad de ser un jugador de Pro Bowl, el porcentaje más alto para cualquier receptor en esta camada de receptores abiertos.
Ruggs ha trabajado con otro de los consentidos de Davis, Randy Moss, respecto a controlar la velocidad.
"Simplemente, siempre dar la impresión de que voy a 100 millas por hora", dijo Ruggs. "No es sencillo moverte a esa velocidad y cambiar de dirección, pero también es algo que da la ilusión de que te mueves a velocidad máxima".
"El lema que se repite en el fútbol americano profesional y escucho que todos dicen, 'Toma lo que te den'. Eso suena bien para todos, pero yo siempre fui al lado contrario. Vamos a tomar lo que queremos", -- Davis, sobre su equipo imponiendo su voluntad.
A los Raiders les encantaría que Ruggs, de 6 pies y 190 libras, fuera un Jett con mejores manos; o un Branch más grande, más físico.
Ruggs dejó caer solamente un pase en 55 envíos dirigidos (44 de ellos, atrapables) en el 2019 y su porcentaje de 1.8 de pases dejados caer empató la cuarta mejor marca de la SEC. Manos seguras son el modo de ganarse la confianza de Carr, quien ha soportado su cuota de pases dejados caer de tipos como Amari Cooper, Michael Crabtree, Seth Roberts y Tyrell Williams en años recientes. Ruggs acumuló apenas cuatro en tres años con Alabama.
Pero todo vuelve a la velocidad. Así debe ser para los Raiders y el legado al que se une Ruggs.
¿Recuerdan ese tiempo de 4.27 segundos que corrió en las 40 yardas Ruggs en febrero? Ruggs marcó 1.43 segundos en las 10 primeras yardas, la mejor aceleración de la clase. También alcanzó 23 millas por hora en Alabama de acuerdo al sistema de rastreo Catapult, más rápido que cualquier jugador profesional en cualquier momento de la campaña del 2019, según NFL Next Gen Stats.
"Por supuesto, mi velocidad habla por sí sola", señaló, "pero cuando salgo al emparrillado, puedo mostrar que puedo hacer más que solo correr".
Los Raiders esperan que sus oponentes sientan eso.