<
>

Gabriela Martínez: la mexicana que es árbitro en la NCAA

Gabriela Martínez es la primera mexicana que funge como árbitro de la División 1 de la NCAA en Estados Unidos. ESPN Deportes

Cuando se integró al mundo del futbol americano, Gabriela Martínez optó por seguir una ruta en la que no descansaría hasta alcanzar sus metas. Esa tenacidad le llevó a donde ningún hombre o mujer nacida en México había llegado: ser árbitro en la División I de la NCAA.

Martínez, nacida en Monterrey, Nuevo León, forma parte del Consorcio de Oficiales Colegiales (COC) compuesto por la Conferencia Big Ten, MAC Missouri Valley y Pioneer League. Gabriela colabora en la Conferencia Missouri Valley (MVFC), en la que ya ha actuado en tres partidos y le restan dos más en esta temporada.

La perseverancia de Martínez le ha ganado el apoyo y reconocimiento de personajes tan importantes como William "Bill" Carollo, un ex referí de la NFL con 19 años de trayectoria y que llegó a arbitrear dos Super Bowls; o el de Sarah Thomas, la primera mujer árbitro en la historia de la liga profesional de futbol americano más importante de la Unión Americana.

Gabriela también se da tiempo en México para formar parte del staff de entrenadores de Borregos Monterrey, siendo la primera mujer en la historia de la Liga Mayor con esa responsabilidad, en un caso muy parecido al de Andrea Martínez que esta temporada se convirtió en la primera jugadora inscrita en la ONEFA.

Hace unos días, la familia de Gabriela sufrió la perdida de su padre, Tomas Norberto Martínez, momento que pasó al lado de sus dos hermanos, Carlos y Tomás Jr., además de su madre, Juanita García.

De hecho, Carlos fue quien le contagió el amor por el futbol americano y la apoyó para entrar al arbitraje, pese a los obstáculos que encontró por parte de su misma familia y el entorno.

“Con Carlos me ponía a ver los juegos de la NFL, especialmente a los Oakland Raiders, que es el equipo que apoya, y fue él quien me invitó a ser árbitro y quien le pedía permiso a mis papás para que nos fuéramos a los estadios y los partidos”, narra Martínez.

Por si fuera poco, Martínez, de 42 años, posee un doctorado en Administración Deportiva por la St. Thomas University, en Florida, y es madre de Sarah, de 14, junto a la que vive actualmente en Monterrey.

Nada mal para Gabriela, quien de niña recolectaba corcholatas, las cuales, en sus sueños, eran las medallas olímpicas que un día ganaría.

La entrada a la NCAA

Bill Carollo fue referí de la NFL de 1989 a 2008. A su retiro, se convirtió en Director de Arbitraje de la Conferencia Big Ten. Su rol en la superación y crecimiento de Martínez ha sido fundamental.

“Tuve la oportunidad de conocer a Carollo en una clínica. Siempre se mostró abierto y amable. Seguí la conexión con él y me puse a enviarle correos, mensajes de texto, llamadas”, relata Gabriela. “Le preguntaba cosas técnicas y mostraba mi interés, eso sembró una semilla que me permitió convertirlo en unos de mis principales mentores y me abrió las puertas para integrarme a las clínicas del Big Ten”.

"Desde que conocí a Gabriela me llamó la atención el tipo de preguntas que realizaba y el interés que mostraba por el futbol americano. Lucía muy confiaba cuando hacía las preguntas en el salón y luego hizo lo mismo en las sesiones de video y en el campo. Me mostró que tenía un IQ muy elevado a la hora de entender el juego", comenta Carollo.

Dicha comunicación permitió que Carollo invitara a Gabriela en abril de este año a la Clínica de Diversidad e inclusión en Penn State.

“Estuvimos ahí, con los entrenadores del equipo de futbol americano y fungimos como árbitros del juego anual Azul contra Blanco del Spring Game de Penn State. Ahí me colocaron como juez de línea”.

El notable desempeño de Martínez le permitió ganarse la confianza de Carollo, quien le expuso la opción de unirse al grupo de árbitros de la NCAA.

“Bill me preguntó si no era mucho sacrificio económico, pero me dio el voto de confianza, porque le dije que eso no era importante para mí. Lo valioso era que me otorgaba la oportunidad”, relata Gabriela.

Carollo habló con el coordinador de la SIAC y le instruyó incluir a Martínez en cinco partidos de División I y la División II, todos ellos en Atlanta. Así, Gabriela debutó el pasado 3 de septiembre, mes en el que dirigió tres cotejos en total.

En octubre le restan dos fechas más: el 22, en el partido de Benedict College frente a Morehouse College; y el 29, en el duelo de Fort Valley State University contra Savannah State University en Macon, Georgia.

"Le había pedido que trabajara muy duro en los partidos de preparatoria y que se siguiera trabajando. Por fortuna, siguió haciéndolo muy bien los siguientes tres o cuatro años, y fue por eso que decidí darle la oportunidadde unirse al grupo de árbitros de Missouri Valley y afortunadamente ha tenido un gran desempeño", comenta Carollo.

“Desde 2016 me dije que si me la creía, podría llegar a este nivel. Fue entonces que empecé a ahorrar dinero y eso es lo que en el presente me está ayudando, mi inversión. Yo no lo veo como un gasto, sino como un medio para llegar a lo que más me gusta”, resalta Martínez

Otro de los momentos clave para el ascenso de Gabriela lo fue obtener una beca para asistir a una de las clínicas para árbitros de más prestigio en Estados Unidos: la Tom Beard, que se realiza en Baltimore.

“Le escribí al Comité para preguntar si daban becas y me ayudaron con todo, yo sólo pagué mi boleto de avión y me apoyaron con el hotel y la comida. En esa clínica también estaba Carollo, quien me dijo ‘haz lo tuyo`. Lo hice bien y uno de los supervisores del Big Ten se acercó para elogiar mi trabajo”.

Aunque el desempeño en el emparrillado es un referente, Martínez sabe que el carácter y el estilo personal también marcan diferencia.

“Para subir el nivel en Estados Unidos tienes que ser directo y auténtico, eso es lo que tiene el grupo de árbitros del Big Ten. Buscan gente que tiene objetivos claros y que no lo hace sólo por fama. Hasta ahora he logrado una labor tan buena, que la mayoría de los árbitros ya me reconocen y ubican. Eso me lo he ganado con base a mi trabajo. Nada de que por ser amiga o quedar bien”.

Gabriela agrega: “Le he escrito a Carollo cuando estoy en mis momentos más complicados y me ha dicho que el camino al éxito no es fácil, pero me pide lo mismo: que siga haciendo lo mío. Hoy vivo un sueño, pero no se sobrepone a otra meta más alta, que es llegar a las planillas de la División I de las conferencias más grandes de la NCAA”.

Por su parte, Carollo confirma que lo mostrado por Gabriela ha fortalecido los valores de equidad de género y diversidad étnica en el grupo de árbitros a su cargo: "Yo creo que la diversidad hace nuestro trabajo mejor. Para mi no importa si eres hombre o mujer, blanco o negro, hispano o europeo. Lo primero que busco son personas que muestren la capacidad para estar en mi grupo y que sepan responder ante la presión".

"Además, Gabriela le ha traido al grupo una perspectiva distinta, a veces tiene la sensibilidad para ciertos detalles que los árbitros hombres no poseen. Por si fuera poco, ella no ha parado de prepararse, lo cual para mi es otra condición imporante", completa Carollo.

La reunión con Sarah Thomas

Uno de los momentos que más aprecia y le motivaron a Gabriela se dio en 2019, cuando se reunió con Sarah Thomas, quien fue la primera mujer árbitro de la NFL.

“Nos conocimos durante una clínica del Big Ten. Era un taller sólo para mujeres árbitros. Todas compartimos la misma historia: el camino para que la gente que está involucrada te deje de ver como mujer y como la novedad, sino como un elemento más de la planilla que vas a aportar lo que todos hacen”.

“Platicamos un buen rato, y le gustaron mis puntos de vista, ella es otra de las personas que ya también me tienen muy bien ubicada”.

"Será muy imporante que Gabriela sepa que las cosas llegarán a su tiempo. Que siga aprendiendo porque todos aprendemos más de los errores. Tiene mucho potencial por las habilidades y la disciplina, pero es importante que no se apresure o caiga en la tentación de la fama, pero nos hará sentir muy orgullosos en el futuro", vaticina Carollo.

Así como pasó con las corcholatas que en su niñez imaginaba eran sus medallas olímpicas, Gabriela recuerda que cuando empezaba su carrera en el arbitraje, en una entrevista declaró que su anhelo era llegar a ser árbitro en el futbol americano profesional estadunidense.

¿También se cumplirá la meta de llegar a la NFL? El tiempo lo dirá.