INDIANAPOLIS -- El nuevo quarterback titular de los Indianapolis Colts, Philip Rivers, supo sobre las críticas por momentos durante su difícil temporada del 2019 con Los Angeles Chargers. No salió a buscar todo lo que se dijo de él, porque sabe que la negatividad viene con el puesto, en ocasiones.
Pero como apuntó, "al mismo tiempo, todos somos humanos".
"Por momentos, lo que me molestó un poco el año pasado fue [a los críticos diciendo] que ya no podía jugar más", dijo Rivers el miércoles. "Cuando escuchas eso, me molestó quería responder, 'Vamos, pongan la cinta y veamos las cosas buenas'. Hubo algunas jugadas malas. Ciertamente algunos pases que quisiera de regreso, y ciertamente algunos errores costosos. Me responsabilizo de esos. Hubo tantas cosas buenas e hice algunos lanzamientos buenos el año pasado que probablemente fueron tan buenos como cualquiera otro en mi carrera. Lo sabía. Así que no sentí que debía venderle eso a nadie. Pero al mismo tiempo, sí me molestó un poco. Creo que está bien estar consciente. Soy uno de esos tipos que le gusta estar consciente".
Parte de la razón por la que los Chargers decidieron partir caminos en el invierno pasado con Rivers después de 16 temporadas, fue porque entregó el ovoide en 23 ocasiones, incluyendo 20 intercepciones, la tercera mayor cantidad en la NFL durante el 2019.
Los Colts, no obstante, no ven a un quarterback de 38 años de edad que va en retroceso. Ven a uno que todavía puede completar los envíos necesarios y que puede ayudarles a regresar a los playoffs por apenas la segunda ocasión desde el 2014. Esa es la razón por la que los Colts dieron a Rivers un contrato de un año y 25 millones de dólares para reemplazar a Jacoby Brissett como su quarterback titular en marzo. Rivers, quien ha iniciado 224 partidos al hilo, ha lanzado para 59,271 yardas y 397 touchdowns, obteniendo ocho invitaciones de Pro Bowl a lo largo de su carrera.
"Simplemente puedo decirles esto, y sé que todavía tenemos que disputar los partidos y esas cosas, y eso es lo emocionante, pero entre más lejos llegamos en este proceso con Philip, más estoy convencido de que el movimiento correcto para nosotros", dijo el head coach Frank Reich durante esta primavera. "El tipo es un quarterback de élite y creo que a él le va esta plantilla. Debemos mantenernos sanos y tener algo de fortuna. Sabemos eso. Es difícil".
Los Colts regresan a la única línea ofensiva que inició los 16 partidos de la temporada pasada, así como a su mejor receptor abierto, T.Y. Hilton, y al ala cerrada Jack Doyle junto al corredor Marlon Mack. El equipo empleó sus dos primeras selecciones del draft en el receptor abierto Michael Pittman Jr. de USC y el corredor Jonathan Taylor de Wisconsin para ayudar a una ofensiva que finalizó N° 30 en la liga en yardas aéreas el año pasado.
"Algo que puedo confirmar es que los tipos al frente y el modo en que corremos el balón es bastante grandioso", explicó Rivers. "Estoy bastante prendido por eso. Allí es donde comienza y usualmente vienen cosas buenas de eso. Será muy múltiple y muy dinámico".
Rivers, como casi todos los demás jugadores que cambiaron de equipo durante el receso de temporada, estará tratando de ponerse al día en con sus compañeros. Las instalaciones de los equipos fueron cerradas debido a la pandemia de coronavirus. Los equipos pasaron la primavera con reuniones virtuales, en lugar de entrenamientos sobre el campo de prácticas.
Lo que esperan los Colts y Rivers ayude al quarterback es que ha estado ejecutando el sistema ofensivo de Reich desde el 2013. Rivers llegó a las reuniones de primavera conociendo más del 85 por ciento del sistema de su coach. Reich y Rivers estuvieron juntos por tres campañas con los Chargers. El coordinador ofensivo de los Colts, Nick Sirianni, y el coach de alas cerrada, Jason Michael, también fueron asistentes con los Chargers.
"Sí conozco el esquema, pero siempre hay alteraciones cuando no has estado con los chicos", señaló Rivers. "Ha sido más tiempo con Frank que con Nick. Diferente terminología. Yo recuerdo haber mandado esto, ahora le llamamos así. Siento que ha sido bueno para mí. Por lo que respecta a estudiar el libro de jugadas, no he hecho en mucho, mucho tiempo. Ha sido divertido. Una especie de reto".
Estar en el "aula de clases" y hacer el trabajo sobre el campo son dos cosas diferentes, no obstante. Rivers ha trabajado en su cadencia con el centro Ryan Kelly, y repasado el recorrido de rutas con sus compañeros en posiciones de habilidad, pero no fue sino hasta esta semana, que Rivers tuvo dos sesiones de pases con algunos de sus compañeros, incluyendo a Doyle y al receptor abierto Parris Campbell.
Rivers recientemente mudó a su familia, incluyendo a sus nueve hijos, a Indianapolis. Permanecerá allí hasta el inicio del campamento de entrenamiento, que está programado para el 28 de julio, descontando contratiempos por el coronavirus, donde seguirá trabajando con compañeros.
"Ciertamente es importante para todos nosotros, todos los chicos, que nos juntemos y hagamos algo de trabajo", confesó Rivers. "No he conocido a muchos de estos chicos en persona, mucho menos lanzarles un pase o tener una conversación de persona a persona".