Calvin Johnson está horrorizado cuando cuán poco éxito tuvieron los quarterbacks la temporada pasada lanzando la ruta 'fade' en línea de gol, un pase que amaba atrapar en sus días como jugador. A lo largo de nueve campañas con los Detroit Lions, el receptor abierto dominó el arte de quedarse con los suaves envíos hacia la esquina trasera de las diagonales, brazos estirados mientras saltaba sobre indefensos backs defensivos.
"Lo siento, ¿solamente se atraparon cinco?", preguntó el ahora ex jugador de 34 años de edad. "Quizás yo le sirva a alguien... solo mándenme allí".
Para los gerentes generales de la NFL, antes de que se emocionen demasiado: el hombre anteriormente conocido como Megatron solo bromea. Está perfectamente contento en su vida post-fútbol americano en Michigan, donde está lanzando un negocio de dispensario de mariguana médica este año. Pero sí, probablemente solo deberían mandarlo allí.
Sin embargo, en los años desde que Johnson colgó los tenis, la ruta de 'fade' en línea de gol sigue los mismos pasos que el disco de Blu-ray, con intentos cayendo a sus niveles más bajos, para beneplácito de los entusiastas del Valos sobre Promedio Ajustado a la Defensiva (DVOA, por sus siglas en inglés), y coordinadores de lunes por la mañana en todos lados. De acuerdo a datos de Sports Info Solutions, los quarterbacks intentaron apenas 37 'fades' de 5 yardas o menos la temporada pasada, una reducción desde las 42 del 2018 y 51 del 2017.
Parte del motiva estriba en la notable ineficiencia de la jugada. Apenas el 13.5 por ciento de esas 37 'fades' fueron atrapadas para touchdown en el 2019, comparado con 57 por ciento en rutas 'flat', 42 por ciento en rutas 'slants', y 42.5 por ciento en rutas 'out'. Aunque la temporada pasada fue históricamente terrible, la jugada siempre ha sido una opción dudosa. A lo largo de las últimas dos campañas, los quarterbacks conectaron en el 30 por ciento de rutas 'fade' cerca de la línea de gol, en comparación al 48 por ciento de las otras rutas.
Entonces, ¿por qué los coordinadores siguen mandando la 'fade', aunque sea con menor frecuencia que en el pasado?
"No confían en su quarterback", explicó un coach ofensivo. "La gente se pone conservadora porque ya tienen puntos. Piensan, 'Al menos sacamos un gol de campo'".
Dado que las defensivas están típicamente condensadas alrededor de la caja en la línea de gol, la ruta de 'fade' --que siempre se lanza rápidamente, tras un solo paso desde detrás del centro o de inmediato desde la formación escopeta-- tiene como objetivo evitar el tráfico, idealmente explotando un pareo favorable en el uno a uno, parando el reloj o quizás obteniendo un pañuelo amarillo. No es un pase eficiente, pero es uno seguro.
Y con todo y eso, la 'fade' resultó en dos intercepciones, o una tasa de intercepción de 5.4 por ciento, comparado contra el 2.7 por ciento para el resto de las rutas (La humilde 'flat', predeciblemente, fue mucho más segura). ¿Y qué hay con la noción de que el pase probablemente generará un nuevo primer intento? Las 'fades' lanzadas desde la yarda 5 o menos a la línea de gol provocaron una sola interferencia de pase defensiva, de acuerdo a Sports Info Solutions, mientras que las 'slants' provocaron seis.
A primer avista, la 'fade' parece ser una propuesta sencilla: si tu receptor abierto en la posición X es más grande y más fuerte que el back defensivo alineado frente a él, toma ese pareo y cuenta con que él gane. Pero el éxito de la jugada se predica en algo más que el tamaño.
"Muchos coaches dirán que es un simple balón de salto, como en el baloncesto, pero esa es una plegaria y una oración, no tener un plan", explicó el ex quarterback de NFL y actual analista para ESPN, Matt Hasselbeck.
'Fades' exitosas, aclara, son el producto de incontables repeticiones en la práctica, típicamente con la línea roja dibujada a 5 yardas de la línea lateral, para que el receptor genere suficiente espacio para que el quarterback coloque el ovoide adentro. La dupla debe dominar el tiempo, que varía dependiendo desde dónde se centra el balón.
"Hay tantos detalles en la jugada", señaló Hasselbeck. "El receptor abierto y el quarterback deben estar en la misma página".
De acuerdo a Pro Football Focus, Johnson es el único jugador que jamás haya atrapado por arriba del 50 por ciento de sus rutas 'fade'. Amaba atrapar el ovoide en esa jugada, porque sentía que el éxito del pase descansaba sobre sus hombros, removiendo otro tipo de variables. "Cualquier ruta cruzada, pensaba, '¿Por qué mandar eso?'. Hay mucho tráfico, está realmente condensado ahí abajo", expresó Johnson, riendo.
Johnson admite que su estatura de 6 pies con 5 pulgadas desempeñó un rol en su éxito con las 'fades', pero insiste en que el trabajo de pies del receptor abierto sobre la línea de golpeo es típicamente más importante que la estatura. "Un tipo pequeño puede ganar una 'fade' si posee buena técnica y buen arranque", explicó, notando que deben venderle a los defensivos la noción de una ruta de 'slant' para ganar la ventaja por afuera.
Y sí, solamente dos de los cinco pases en ruta 'fade' exitosos del año pasado, fueron para receptores abiertos con una estatura de 6 pies o más: un envío de Philip Rivers a Mike Williams y un lanzamiento de Jameis Winston a Mike Evans. Los otros tres pases que resultaron en touchdown en ruta de 'fade' fueron para James Washington, T.Y. Hilton y Odell Beckham Jr. --el quarterback de los Cleveland Browns, Baker Mayfield, intentó cuatro pases 'fade' a la línea de golpeo, más que cualquier otro pasador en el 2019--, receptores abiertos relativamente pequeños. Aun así, cuando se le preguntó por qué la 'fade' podría estar quedando fuera de moda, uno coach de backs defensivos sugirió que hay menos receptores abiertos enormes en la posición de X, que dominen a la liga ahora.
Hasselbeck, mientras tanto, apunta al surgimiento de la analítica como principal razón por la que se desvanece. Dado lo que nos dicen los números en torno a la eficacia de la ruta, parece plausible que empleados conscientes de las estadísticas, cuyo número aumenta a lo largo de la liga, podrían estar convenciendo a los coordinadores ofensivos de sacarla del repertorio.
Pero la siempre cambiante posición de quarterback también desempeña un rol en la desaparición lenta de la ruta. El ex coach de NFL, Todd Haley, quien dirigió por última vez como coordinador ofensivo de los Browns en el 2018, piensa que tiene mucho que ver el surgimiento de quarterbacks atléticos.
"Si tienes a un tipo que puede correr y mantener viva la jugada, ¿para qué dar un pase y flotarlo [el ovoide] a la esquina?", expresó. "Cuando tuve a Kurt Warner y Larry Fitzgerald [como coordinador ofensivo de los Arizona Cardinals en el 2007 y '08], no teníamos esa opción. [Warner] no era un tipo móvil, pero era un pasador de precisión. Y contábamos con un receptor abierto de manos grandes".
Haley dijo creer que hay modos de mejorar la 'fade' en línea de gol. Como coach de receptores con los Chicago Bears, inventó la una ruta que le fascina y que llamó "fall asleep fade", en la que el receptor abierto Marty Booker fintaba con bloquear antes de dirigirse a la esquina trasera. Pero también cree que es óptimo contar con jugadores de habilidad corriendo de este a oeste, estirando el campo, y presentando a un quarterback múltiples opciones.
"Su tuviera a Pat Mahomes, no creo que jamás mandaría una 'fade'", confesó. De hecho, los Kansas City Chiefs no mandaron una sola 'fade' desde la yarda 5 o más cerca de la línea de gol el año pasado.
Johnson, por su lado, piensa que son los coordinadores quienes depositan más fe en el esquema que en el talento. "Son menos [proclives] a decir, 'Este es tu hombre, ve y haz una jugada'", dijo. "No hay nada de malo en ello".
Pero, por supuesto, acota que esa no era su preferencia cuando jugaba.
"¿En mi experiencia?", sentenció, "Ponlo sobre mí".