<
>

El receptor abierto Gabriel Davis fue el Coloso de la Ronda Divisional

play
¿La rivalidad Mahomes vs Allen puede superar a la de Manning vs Brady? (2:05)

Para Ramiro Pruneda, esta nueva rivalidad puede superar la que existió entre los veteranos QB e incluso ve a Mahomes como el heredero de Brady. (2:05)

El receptor abierto de los Bills cumplió con una jornada histórica, no obstante sus Bills sucumbieron en Arrowhead Stadium

La Ronda Divisional perteneció a los receptores abiertos.

Sí, un par de quarterbacks ofrecieron desempeños que rayaron en la perfección en el cuarto de los partidos de la jornada, y casi parece una injusticia no tenerlos en el sitio de honor, pero fue un receptor el que impuso una nueva marca de la NFL para postemporada en ese mismo juego, como parte de una Ronda Divisional donde los grandes números individuales llegaron atrapando pases.

Gabriel Davis, receptor abierto, Buffalo Bills

Los cuatro pases de anotación en contra de los Chiefs son un nuevo récord de playoffs en la NFL, uno firmado por Davis.

Seguro, Kansas City logró limitar el accionar de Stefon Diggs, el arma más peligrosa de los Bills, Cole Beasley no fue gran factor, y Emmanuel Sanders pasó prácticamente inadvertido. En cambio, Davis quemó una y otra vez a los Chiefs, en cuatro ocasiones encontrando las diagonales.

En total, fueron ocho recepciones para 201 yardas y los cuatro pases de touchdown del brazo de Josh Allen, quien se anotó uno de sus mejores partidos como profesional.

La única mala noticia acá es que la defensiva de Buffalo no logró igualar el desempeño ofensivo, y los Bills nuevamente quedaron en el camino al no poder superar la aduana de Arrowhead.

Menciones honoríficas

Josh Allen, quarterback, Bills. Frente a frente, lo de Allen fue posiblemente mejor que lo de su contraparte, Mahomes. Fueron 27 de 37 completos para 329 yardas con cuatro pases de anotación, todos para Davis. Además, Allen lideró a los Bills por tierra con 11 acarreos para 68 yardas, incluyendo seis primeros intentos. En general, un partido casi perfecto al cual le faltó el resultado. No llegó, pero Allen es al último al que se puede culpar.

A.J. Brown, receptor abierto, Tennessee Titans. Como sucedió con un número extraordinario de nombres en nuestra lista, Brown también quedó del bando perdedor, a pesar de una gran jornada en lo individual. Atrapó cinco pases para 142 yardas y un touchdown absolutamente bello a una mano, para darle a los Titans una buena posibilidad para ganar que, sin embargo, no fue aprovechada.

Mike Evans, receptor abierto, Tampa Bay Buccaneers. No le alcanzó a los Bucs esta tarde para seguir en la defensa de su título de Super Bowl, pero al menos dieron una valiente pelea en un partido en el que, parecía, iban a ser borrados. Evans participó con una actuación de ocho atrapadas y 119 yardas con un touchdown en el que dejó en el retrovisor al mejor esquinero de la NFL, Jalen Ramsey, brindándole oxígeno a las aspiraciones de Tampa Bay. Los Bucs sucumbieron al final, pero Evans no se fue sin dar digna batalla.

Tyreek Hill, receptor abierto, Kansas City Chiefs. En este momento, me cuesta trabajo pensar en un jugador más resbaloso para derribar en toda la NFL. Jugadores veloces, hay muchos, pero con la elusividad de Hill, se cuentan con los dedos de una mano, y sobran dedos. Hill atrapó 11 envíos para 150 yardas con un touchdown, y fue eléctrico con una devolución de patada de despeje de 45 yardas, también. Sin embargo, su aporte fue clave en el cierre del partido, dejando a los Chiefs en posición para ganar el juego en el alargue con un pase clave en la última posesión del tiempo reglamentario, y luego una más en la prórroga.

Cooper Kupp, receptor abierto, Los Angeles Rams. Hablando de jugadas clave en los instantes finales, cómo podemos obviar al ganador de la triple corona de la campaña. Kupp acabó su día de trabajo este domingo con nueve recepciones para 183 yardas y una anotación, pero cuán valioso resulto en el cierre del juego, con dos recepciones que totalizaron 64 yardas en la posesión final de los Rams, dejando a Matt Gay en posición de convertir el gol de campo de la victoria.

Patrick Mahomes, quarterback, Chiefs. Como con Allen, cuesta trabajo no colocarle en la posición de honor para la jornada. El quarterback de los Chiefs se despachó con 33 completos de 44 intentos para 378 yardas con tres touchdowns, y lideró a Kansas City por tierra con siete acarreos para 69 yardas y otra anotación. Con la sangre helada, condujo a los Chiefs al gol de campo del empate con 13 segundos por jugar, y tardó poco más en guardar el partido en la prórroga, encontrando a Travis Kelce en las diagonales. Somos afortunados por verlo operar cuando está enchufado así.

Evan McPherson, pateador de lugar, Cincinnati Bengals. ¿Un pateador? Sí, un pateador. El novato de los Bengals fue otro de los jugadores que mostró nervios de acero en la Ronda Divisional, conectando sus cuatro goles de campo y su único punto extra. La última de las patadas llegó sin tiempo, desde 52 yardas, para enviar a Cincy a su primera victoria en playoffs como visitante en la historia de la franquicia. Fue su segundo gol de campo de más de 50 yardas en el día, luego de acertar en uno de 54 previamente.

Deebo Samuel, receptor abierto, San Francisco 49ers. El versátil Samuel no anotó touchdown, pero su aporte fue crítico en la victoria de los Niners. Acarreó el balón 10 veces para 39 yardas, atrapó tres pases para 44 yardas, y devolvió dos patadas de salida para 59 yardas. El momento cumbre de su jornada llegó cuando convirtió, prácticamente en una pierna, una larga tercera oportunidad por tierra en la serie final del partido, que a la postre sería la del triunfo gracias al gol de campo de Robbie Gould.

Jeffery Simmons, tackle defensivo, Titans. Simmons lideró el asedio sobre el quarterback Joe Burrow con tres de las nueve capturas que se anotaron los Titans contra el pasador de los Bengals. Fue, en una palabra, incontenible, humillando en reiteradas ocasiones los intentos de protección de pase de Cincinnati. Además, también tuvo ocho derribos, siete de ellos en solitario, tres tacleadas para pérdida de yardaje, y tres golpes sobre el quarterback. Los números no cuentan la historia completa, y de algún modo, pese a esa actuación defensiva, Tennessee se quedó en el camino.