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México merece más...

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¿Qué sucederá con Jaime Lozano? (3:53)

La mesa de Futbol Picante debate sobre el futuro del DT mexicano. (3:53)

Se han normalizado los fracasos de la Selección Mexicana y que no existan consecuencias por los mismos; los directivos prometen cambios que nunca se producen y la afición vuelve a tener fe sólo para decepcionarse nuevamente


Las declaraciones de Duilio Davino e Ivar Sisniega —directivos del futbol mexicano— luego de la eliminación de la Selección Nacional en la Copa América son un insulto a la inteligencia.

“Se cumplieron otros objetivos”, “hay cosas valiosas que rescatar, tengámosle fe a este grupo de mexicanos porque aman a su país”, dijeron uno y otro al ser abordados por los reporteros.

¿Por qué toman por tonta a la afición, por qué tratan de minimizar un ridículo y fracaso gigantescos, por qué este par de personajes ocupan cargos de peso en el balompié nacional?

México merece más, su futbol merece más… Tristemente se han normalizado esta clase de discursos y ya a nadie o a muy pocas personas les indignan. Pero no, no hay que dar por hecho que la mediocridad debe ser nuestra bandera, en todo caso es la de ellos.

México merece más que un representativo nacional vergonzoso; merece más que directivos impresentables cuya ignorancia asusta; merece más que futbolistas con una mentalidad minúscula, conformistas y carentes de talento; merece más que una afición complaciente y poco conocedora; más que un periodismo lleno de improvisados y de fans disfrazados de especialistas.

Hay un enojo generalizado por el nuevo fracaso Tricolor, que sucede a lo ocurrido en el Mundial de 2022 en donde se pensó que se había tocado fondo, pero ¡oh, sorpresa, claro que se puede caer más bajo!

Y cómo no si el tipo nombrado por Emilio Azcárraga para tomar las decisiones de peso en la Selección Mexicana (Juan Carlos Rodríguez) es un exdirectivo de televisión que de futbol sabe poco y nada.

Y cómo no si está rodeado de un expentatleta (Ivar Sisniega), un priista exdirector del IMSS (Mikel Arriola), y de todos sus chalanes de Univisión (Édgar Martínez, a la cabeza) a los que empoderó para que desde las redes sociales del Tricolor generen una narrativa que nada tiene que ver con el lastimoso presente del equipo.

¿Qué se puede esperar de la Selección si el organigrama de la estructura que debería sostenerla es un desastre?

Se pensó que contratando a especialistas en ciencias del deporte, nutriólogos, psicólogos, 40 asesores de Jaime Lozano, preparadores físicos y hasta un “experto” en táctica fija, el rumbo del conjunto azteca podía cambiar.

Estos tipos, ‘La Bomba’ y sus secuaces, llegaron con la etiqueta de “salvadores” luego del fiasco en Qatar y de inmediato limpiaron la FMF, despidieron a decenas de trabajadores de Selecciones Nacionales y hasta a Diego Cocca que era herencia de la administración pasada.

¿Y qué pasó? Que de entrada en la decisión más importante que era elegir al técnico ideal para sacar del fango al Tricolor, se equivocaron.

Con Guillermo Almada y Nacho Ambriz a la mano, Rodríguez optó por el más débil de los perfiles: un muchacho con breves y negativas experiencias en Querétaro y Necaxa, y con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como su mejor carta de presentación.

Lozano fue prácticamente impuesto por los futbolistas y avalado por ‘La Bomba’, total, ¿qué podía salir mal?

Bueno, ni más ni menos que Estados Unidos acrecentó su paternidad sobre México y que en el torneo más importante antes del Mundial, la Copa América, se hizo un papelón pese a estar en un grupo sumamente accesible con Jamaica, Venezuela y Ecuador.

México merece más, el balompié nacional que tanta ilusión genera entre millones de personas alrededor del país merece más. Sin embargo, valga la reflexión para señalar que existe la complicidad de una fanaticada que por un lado condena y señala a futbolistas y directivos, y por el otro olvida y perdona prácticamente de inmediato las decepciones. Se quejan, pero son parte del problema.

Si México fuera un país normal, si su futbol fuera normal, hoy no existiría debate ni análisis, mucho menos la ocurrencia de contratarle un auxiliar o asesor a Jaime Lozano. El técnico tendría que irse y ni qué decir de Davino, Sisniega, Rodríguez y todos los ‘genios’ que sólo hunden más a la Selección Nacional.

¿Quieren traer a Javier Aguirre? Perfecto, que sea el nuevo comisionado del futbol mexicano, que trabaje de la mano con Guillermo Almada —es el ideal para el Tricolor— y que se trace un verdadero proyecto —la continuidad de Lozano no lo es— no para el 2026, para el 2030.

¿Mucho pedir? Sí, sí. Pero México merece más, su futbol merece más.