Es tan imposible resumir los 125 años que cumple el Barcelona en un puñado de nombres como indiscutible apuntar los imprescindibles. El club no sería lo que es sin el impacto de Messi o la dirección de Guardiola... Pero hay más.
Es tan imposible resumir los 125 años que cumple el Barcelona en un puñado de nombres como indiscutible apuntar los imprescindibles. El Barça de hoy no sería lo que es, globalmente, sin el impacto de Leo Messi o la dirección de Pep Guardiola... Pero hay más.
Desde Gamper, fundador y salvador, y hasta Maradona, el genio roto, pasando por Di Stéfano, Núñez, Samitier o Kubala, claro. Estos pueden ser los 12+1 nombres imprescindibles de una historia única en el mundo del deporte.
Hans Gamper
El fundador, desconocedor en octubre de 1899, cuando publicó un primer anuncio en la prensa buscando colegas para crear un club y jugar al football, de lo que resultaría ser el Barcelona con el paso de los años.
Lo fundó, evitó su disolución y, mostrando una extraordinaria visión, lo unió con el catalanismo militante, algo que le provocó problemas políticos y personales... Pero que convirtió al Barcelona en un club singular con el paso de los años.
Suizo de nacimiento (en 1877), Gamper fue el primer gran goleador del club, anotando 121 goles en 51 partidos entre 1899 y 1903. Después, esporádicamente, marcó otros cinco goles en cuatro partidos más, el último de ellos en febrero de 1913.
Formó parte de las primeras directivas pero no presidió el Barcelona hasta diciembre de 1908, tomando las riendas del club tras una tumultuosa reunión de socios en que se discutía la disolución. "El Barcelona no puede ni debe morir. Si nadie lo intenta yo sumiré esa responsabilidad", proclamó... Y se pasó del drama a la excitación primero y renacimiento inmediato.
Un año después dimitió pero volvió al cabo de pocos meses y hasta 1925 fue presidente en otras cuatro ocasiones distintas. Su compromiso con el club fue tal que donó, en 1922, un millón de pesetas para la construcción del campo de Les Corts.
En 1925 tuvo que exiliarse tras la clausura del campo durante seis meses por el gobierno central por haber abucheado el himno español y solo se le permitió regresar a España sin tener ninguna vinculación con el club... La Gran Depresión de 1929 le arruinó y el 30 de julio de 1930 se suicidó.
Paulino Alcántara
Su nombre puede no decir mucho hoy en día, pero en su momento fue la primera gran figura del Barcelona. Natural de Filipinas, es el primer futbolista nacido en Asia del que se tiene constancia que jugase en un club europeo y es considerado, oficialmente, como el mejor jugador asiático de todos los tiempos por la FIFA.
Entre 1911 y 1916 primero y entre 1918 y 1927 después, jugó un total de 404 partidos (entre oficiales y amistosos) anotando 407 goles. Conocido como Romperredes fue el máximo goleador del club hasta ser superado por Leo Messi. Nacido en 1896, debutó con el primer equipo a los 15 años y tras regresar a Filipinas para estudiar medicina, regresó ya convirtiéndose en estrella rutilante al cabo de dos años.
Campeón de España en cinco ocasiones, tras su retirada fue Director del club entre 1931 y 1934, huyendo de España en 1936 al inicio de la Guerra Civil tras haberse significado abiertamente fascista. Se enroló en el ejercito franquista y entró en Barcelona en febrero de 1939, donde permaneció hasta su muerte en 1964.
Josep Samitier
Si Alcántara fue la primera gran figura, Samitier, nacido seis años después y que fue su compañero en el club, es considerado como el primer gran crack mediático. Conocido como El hombre langosta o El Mago, su popularidad fue de tal calibre que ni tan solo se le tuvo en cuenta su marcha al Real Madrid en 1932.
Fichó en 1919, a los 17 años, después de que el club aceptase darle un puesto de trabajo en una empresa del presidente Ricard Graells, le asegurase una plaza fija en el primer equipo... y le regalase un reloj de pulsera. Ahí ya quedó clara la fuerte personalidad de un Samitier que en los 13 años que jugó en el Barcelona (no se conoció como Barça hasta 1921) celebró cinco Campeonatos de España (la Copa del Rey), doce Campeonatos de Cataluña y la primera Liga disputada en 1929.
Marcó 184 goles en 232 partidos oficiales y otros 180 goles en 272 encuentros amistosos, con una técnica y brillantez fuera de lo común que provocó que Gamper decidiera la construcción del Camp de Les Corts en 1922 para dar cabida a los miles de seguidores que ya tenía el equipo.
Fue también entrenador (ganando una Liga) y secretario técnico, responsable del fichaje de Kubala y que también quiso incorporar a Di Stéfano.
Ladislao Kubala
Huído de Hungría en 1948, no es muy conocido que una casualidad salvó a Kubala de una muerte segura: la tragedia de Superga en que falleció toda la expedición del Torino, cuyo presidente le quería fichar y le había invitado al partido amistoso en Lisboa, previo al accidente. Ladislao Kubala no subió a aquel avión porque un día antes del viaje le notificaron que su esposa y su hijo habían huido de Checoslovaquia y le esperaban en Udine...
Kubala jugaba amistosos con un equipo llamado Hungaria y en junio de 1950 maravilló en Chamartín contra el Real Madrid... Que no se lo pensó a la hora de ficharle sin caer en la cuenta de la habilidad de Pepe Samitier, secretario técnico del Barça y que pocos días después le convenció en Barcelona con un pago en metálico de 300 mil pesetas, además de un contrato anual de otras 700 mil. Cuando el Madrid quiso reaccionar, Kubala ya había firmado por el Barça.
Su debut, por diversas trabas burocráticas, se retrasó hasta abril de 1951 pero su impacto en el club azulgrana, en plena felicidad de las Cinco Copas, fue tan inmediato como monumental. Fue definitivo en la decisión de construir el Camp Nou, en un momento, una época, en que el Barça creció exponencialmente.
Hasta 1961 jugó 256 partidos oficiales y marcó 194 goles, conquistando 4 títulos de Liga, 5 Copas de España, 2 Copas de Ferias, 1 Copa Latina y 2 Supercopas de España. Considerado el primer especialista en los disparos de falta, su potencia física y calidad futbolística era primorosa, convirtiéndose no solo en el mayor ídolo de la afición... Más aún acabó considerado como el mejor futbolista de la historia del Barça.
Posee el record de haber marcado siete goles en un mismo partido (al Sporting de Gijón) y tuvo un triste epílogo, con la derrota en la final de la Copa de Europa de 1961 en Berna. Entrenó brevemente al primer equipo en 1962 y tras ser destituido sorprendió fichando por el Espanyol al no dejarle el Barça volver a hacerlo en el equipo.
Se retiró definitivamente en 1967, en Toronto y tras dirigir a la selección española tuvo un nuevo paso, efímero, por el banquillo del Barça en 1980. Su muerte, en 2002, provocó un gran pesar entre el barcelonismo.
Alfredo Di Stéfano
¿Un tipo que no jugó en el Barça...en la lista de imprescindibles de la historia del Barça? ¿Se imaginan lo que hubiera sido el Barça con Kubala y Di Stéfano juntos? Bueno, pues eso es lo que pudo ser y no fue por una serie de catastróficas desdichas. Por decirlo de alguna manera.
En 1952 Josep Samitier comenzó a trabajar el fichaje con el propio Alfredo Di Stéfano y en el verano del año siguiente el Barça lo acordó con el River Plate, club que tenía sus derechos aunque el jugador estaba cedido en el Millonarios.
El traspaso estaba tan claro que el argentino llegó a jugar un amistoso, junto a Kubala, vestido de azulgrana y cuando semanas después el Madrid bloqueó el fichaje ante la Federación Española de Fútbol, argumentando que había una duplicidad de contratos y que el suyo era el válido firmado con el Millonarios, el propio Di Stéfano fue claro en una entrevista al diario Marca: "Yo he venido a España para jugar en el Barcelona".
Pero la Federación Española de Fútbol cedió a las presiones de Real Madrid y acabó negándole la inscripción al Barça, que por su parte, convencido de tener la razón, no quiso negociar nada con el Millonarios. Y entonces... la Federación decidió que el futbolista jugase dos años en cada club.
El Barça, desquiciado, renunció a los derechos de Di Stéfano como protesta por la resolución del caso... Y la Saeta Rubia acabó cambió, como futbolista del Real Madrid, la historia del fútbol español.
Emilio Guruceta
Cuando desde el Barça se tiene que apretar los dientes al escuchar, o leer, como se pretende manchar su historia con el nombre de Negreira, haciendo pensar que sus títulos fueron ganados de manera irregular y pasando por alto tanto lo que haya podido sufrir por los arbitrajes como los elogios que merecieron sus triunfos, el nombre de Guruceta acude al escenario.
Emilio Guruceta Muro fue un árbitro polémico en su tiempo, hace ya más de medio siglo, y que provocó un escándalo monumental durante un Clásico de Copa disputado en el Camp Nou en 1970, señalando como penalti una falta de Rifé a Velázquez dos metros fuera del área.
El nombre de Guruceta pasó a ser maldito para el barcelonismo, que protestaba cualquier actuación arbitral gritando su nombre en el Camp Nou. Guruceta nunca, jamás, se disculpó por aquel error y siempre proclamó su limpieza... En 1997 Constant Vanden Stock, ex presidente del Anderlecht, confesó haber pagado a Guruceta en 1984 un millón de francos de la época para ayudar a su equipo a eliminar de la Copa de la UEFA al Nottingham Forest.
Aquel arbitraje fue tan escandaloso... que la figura del árbitro español, ya fallecido cuando se supo en 1997 lo sucedido, quedó por siempre manchada. Y su actuación en el Clásico den 1970, bajo la sospecha.
Johan Cruyff
Su impacto como futbolista fue tan enorme como mínimo (una Liga y una Copa en cinco años) su éxito en cuanto a títulos. A Johan Cruyff le quiso ya fichar el Barça en 1971 pero el Madrid supo jugar sus cartas en la federación para mantener cerradas las fronteras en cuanto al fichaje de futbolistas extranjeros, que se abrió finalmente en 1973.
Su excelencia e impacto futbolístico fue bestial, dejando para el recuerdo y la leyenda actuaciones sublimes pero quedando la sensación, cierta, de que bajo su liderazgo no se logró lo esperado.
En 1988 regresó como entrenador y dio paso a una época de auténtico esplendor (cuatro títulos de Liga consecutivos y la Copa de Europa en Wembley después de salvar los muebles con una Copa del Rey en cuya final se jugó Cruyff el puesto.
Las Ligas 'de Tenerife' y la de Djukic provocaron una leyenda alrededor del Dream Team, cuyo final en Atenas no pudo ser más triste, siendo el principio del fin para el técnico holandés.
Su nombre, Johan Cruyff, sin embargo, provoca siempre una sonrisa y un agradecimiento por el significado que tuvo en la historia moderna del Barça.
Josep Lluís Núñez
El presidente más longevo de la historia. Constructor de profesión y vasco de nacimiento, Josep Lluís Núñez no era nadie en el entorno del Barça cuando a finales de 1977 decidió presentarse a las elecciones presidenciales del club. Pero tenía dinero, mucho, contactos, muchos, y poca, la mínima, integridad moral para lograr sus objetivos.
Ganó las elecciones de 1978 y fue presidente del Barça hasta 2000, transformando al club en una entidad gigante. Siempre al lado de los socios, su trayectoria no estuvo exenta de polémicas varias (Maradona, Quini, Schuster, Cruyff, Figo...) pero el crecimiento del Barça bajo su mandato fue enorme.
Aprovechó el Mundial de 1982 para ampliar el Camp Nou hasta las 120.000 localidades y volvió a remodelarlo en 1994. En 1988, cuando su popularidad estaba bajo mínimos y la propia plantilla había pedido su dimisión jugó la carta Cruyff, reclutándolo como entrenador a la desesperada y saliéndole la jugada redonda... Aunque ocho años después le despidió de mala manera.
Su presidencia marca el paso a la modernidad del Barcelona y la pérdida de respeto/miedo hacia el Real Madrid. Que no es poco. Su final comenzó en 1997 con la aparición del Elefant Blau, una asociación liderada por Joan Laporta que le presentó, sin éxito, una moción de censura.
Diego Armando Maradona
La suya con el Barça es la historia de un sueño roto. Solo permaneció dos temporadas en el club (entre 1982 y 1984) y ambas estuvieron marcadas por el infortunio... Pero cuando jugó de azulgrana maravilló como no se recordaba en el Camp Nou.
Maradona conquistó una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa de la Liga de azulgrana, disputando 58 partidos y anotando 38 goles, dejando para la leyenda uno monumental en el Bernabéu o uno en Belgrado frente al Estrella Roja.
Más allá de eso, con el Pelusa se dio una circunstancia novedosa en el Camp Nou: Si habitualmente el aficionado del Barça llegaba a su localidad pocos minutos antes de comenzar el partido, Maradona provocó que las gradas se poblasen mucho antes solo por verle en el calentamiento previo, que solía ser un espectáculo.
El Barça pagó cerca de $8 millones de dólares por su fichaje en el verano de 1982 y en junio de 1984 lo traspasó al Napoli por $10.5 millones, un record mundial en aquella época y que no ocultó la sensación de fracaso por no haber disfrutado del que convertiría, si no lo era ya, en mejor futbolista de la historia.
Luis Figo
Su marcha al Real Madrid, concebida como una traición, superó todo lo imaginable en un barcelonismo que jamás le perdonó. Aquella salida de Figo en el verano de 2000 se produjo al cabo de cuatro días, cuatro, de afirmar él en primera persona que no iba a dejar el Barça...
La herida que provocó sigue abierta al cabo de 24 años y si el aficionado del Barça supo perdonar a Schuster o Laudrup, nunca lo hizo, ni parece que vaya a hacerlo, con el portugués, que en sus cinco temporadas de azulgrana marcó 45 goles en 249 partidos, conquistando dos títulos de Liga, dos de Copa y una Supercopa de España.
Figo, convertido en su momento en el trasvase más alto de la historia del fútbol, se marchó atado a un contrato que su representante había firmado con Florentino Pérez antes de las elecciones a la presidencia del Real Madrid y que le obligaba a fichar por el club merengue si este ganaba los comicios, bajo penalización de 30 millones de euros.
El futbolista le pidió a Gaspart, ganador de las elecciones en el Barça, que se hiciera cargo de dicho pago pero Gaspart se negó... Y Figo se presentó, el 23 de julio de 2000 en el Bernabéu.
Ronaldinho
Joan Laporta ganó las elecciones de 2003, entre otras cosas, gracias a la carta Beckham... que ocultaba el fichaje, cerrado por su entonces amigo Sandro Rosell, de Ronaldinho. La sonrisa del surfero, 25 millones de euros mediante, devolvió al Barça la alegría perdida desde la marcha de Figo al Real Madrid y los años de penuria.
El brasileño tenía algo de Rivaldo y de Ronaldo, también de Romario... Una mezcla perfecta, una sonrisa enorme y un fútbol entre mágico y monumental que se ganó desde el primer día al barcelonismo. Entre 2003 y 2008 jugó 210 partidos oficiales y anotó 95 goles, conquistando 2 títulos de Liga y una Champions.
Si su impacto fe tan inmediato como mayúsculo, llegando a ser ovacionado por la afición del Bernabéu tras un 0-3 espectacular, el descenso de su rendimiento, a partir de 2006, fue continuado, triste y decepcionante, hasta que la llegada de Pep Guardiola al banquillo provocó su traspaso al Milan.
Pep Guardiola
Pep Guardiola, el mejor entrenador de la actualidad y del fútbol moderno sin discusión, acaso incluso mejor entrenador de la historia del fútbol, sí puede ser considerado, sin discusión, el mejor entrenador de la historia del Barça, cargo que ocupó entre 2008 y 2012.
Conquistó 14 trofeos, con un sextete en 2009 (hito igualado una década después por el Bayern) como mayor éxito en cuanto a títulos... pero dejó una impronta espectacular, siendo el equipo que dirigió el considerado mejor de todos los tiempos.
Apadrinado por Johan Cruyff, como jugador en 1991, tras pasar por todas las categorías inferiores del club y como entrenador al cabo de 17 años, Guardiola es un personaje indiscutible en la historia moderna del Barça. Su inteligencia futbolística le convirtió en jugador de referencia, aprendiz en el Dream Team y líder en los años posteriores, jugando 389 partidos oficiales entre 1990 y 2001 en los que conquistó seis títulos de Liga, una Copa de Europa, dos Copas del Rey, cuatro Supercopas de España, una Recopa de Europa y dos Supercopas de Europa.
"No te atreverás", le dijo a Laporta cuando en la primavera de 2008, siendo entrenador del filial, el presidente le comunicó que era el elegido para suceder a Rijkaard en el primer equipo. En aquel momento Jose Mourinho era el favorito en las apuestas... Y la elección de Guardiola provocó tanta sorpresa como estupor.
En el banquillo permaneció cuatro temporadas en que dirigió 247 partidos y ganó todos los títulos dirigiendo a un equipo de leyenda del que se despidió de manera tan abrupta que sigue provocando nostalgia alrededor del club.
Leo Messi
El último... que podría, o debería, ser el primero. Leo Messi es considerado por muchos el mejor jugador de la historia del fútbol pero nadie se atrevería a dudar de él como el número uno en la historia del Barça. Su marcha del club en el verano de 2021 no pudo ser más triste, pero ese indigno final no borra, es imposible, la excelencia de su carrera en azulgrana.
Es bien sabida la historia de Messi en el Barça. La servilleta que le firmó Rexach en presencia de Minguella cuando era un niño, su ascenso por el fútbol base, su debut en Porto en 2003, su estreno oficial ante el Espanyol en 2004...
Y su ascenso a la cumbre del fútbol mundial. Coleccionista de Balones de Oro, disfrutó con Guardiola de ese camino que mantuvo con Vilanova, el Tata y Luis Enrique, con Valverde y hasta con Ronald Koeman después de aquellos meses para olvidar con Quique Setién.
No todo fueron alegrías porque, como bien dijo una vez Guardiola, en el fútbol se pierde más de lo que se gana y es tan duro como lógico recordar Anfield, París, Roma o Lisboa, pero la leyenda de Leo Messi en el Barça, con sus exhibiciones en el Bernabéu al frente, permanecerá por siempre en el escenario.