BARCELONA -- Gerard Deulofeu tiene prisa y después de pasarse cinco meses prácticamente invisible en Liverpool recupera el tiempo perdido a toda velocidad en Milán. Hasta tal punto está renaciendo el futbolista catalán que su nombre empieza a aparecer en las quinielas del Camp Nou, donde el Barcelona mantiene hasta final de temporada una opción por recuperarle.
“Es agradable escuchar estas cosas”, refirió cuando, concentrado con la selección española, se le inquirió acerca de esta posibilidad. Fichado por el Everton en el verano de 2015 al Barça por 6 millones de euros, la pasada temporada totalizó 33 partidos oficiales con los toffees, 21 de ellos como titular, y ofreció destellos de una calidad que este curso, sin explicación, desapareció.
Titular en las dos primeras jornadas de Premier League, Koeman no volvió a contar con él hasta el 15 de octubre para el equipo inicial y en Navidad, habiendo jugado solo 12 partidos oficiales, ninguno de ellos completo, comenzó a buscarse una salida… Que encontró en la Serie A, apadrinado por un Adriano Galliani que llevaba años conociéndole y acogido por Vincenzo Montella.
“Tiene un talento descomunal. Es un jugador diferente”, asintió el entrenador italiano después de su debut, once minutos frente a la Juventus el 25 de enero en que su electricidad comenzó a ganarse a la hinchada rossonera.
Con el Milan suma ya diez partidos, ocho como titular y siete completos, convertido en una de las revelaciones del equipo. Y en San Siro empiezan a contemplar la posibilidad de negociar con el Everton su fichaje definitivo…
EN MANOS DEL BARÇA
Pero el futuro de Gerard Deulofeu se mantiene, hasta final de curso, en manos del Barcelona. En su traspaso al Everton el club azulgrana incluyó una cláusula por la cual mantenía un derecho de recompra por 12 millones de euros hasta el 30 de junio de 2017.
Y alrededor del Camp Nou crecen las voces favorables a darle otra oportunidad, la última, al eléctrico, y díscolo, delantero catalán.
“Es de los mejores futbolistas que han pasado por la Masia”, reconocen en el futbol base azulgrana, donde se explica que en su contra jugó un carácter futbolístico “demasiado sobrado” cuando llegó el momento de la verdad, el del salto al primer equipo.
Guardiola le había dado la alternativa en octubre de 2011, cuando solo contaba con 17 años, y Tito Vilanova le dio cuerda en la pretemporada siguiente, aunque al cabo del curso su presencia se limitó a 65 minutos divididos en dos partidos de Champions, uno de Copa y otro de Liga.
Ya estaba instalada la duda, a pesar de las grandes expectativas que habían creadas, cuando Roberto Martínez acordó su cesión con el Barcelona.
Brilló en esa primera etapa con el club inglés y volvió dispuesto a explotar con el Barça… Pero en apenas dos semanas del verano de 2014 Luis Enrique se lo sacó de encima de mala manera y fue a parar a Sevilla, donde acabaría completando con Unai Emery una temporada irregular, de más a menos para que los críticos aplaudieran la decisión del entrenador asturiano.
Precisamente la salida del aún técnico del Barça y la necesidad que se sostiene tiene el equipo azulgrana en sumar un jugador de sus características, con desborde, velocidad y descaro, le ofrecen ahora, cumplidos los 23 años, una posibilidad de reabrir la puerta del Camp Nou.
“No pienso en más allá del próximo partido. El futuro ya llegará y solo quiero pensar en el presente”, aseveró Deulofeu a la vez que se mostró agradecido con Montella.
“Si él, yo no estaría aquí”, confirmó el exterior, quien aseguró que todo lo que le echó en cara en su día Luis Enrique lo ha mejorado. “Soy más maduro, he mejorado en el aspecto defensivo y eso me hace estar más enchufado en los partidos” resume.
MESSI
“Fue un perjuicio”, admite ahora cuando recuerda que la prensa llegó a catalogarlo como el nuevo Messi. “Messi solo hay uno y aquello provocó demasiadas expectativas… Y me perjudicó”, explicó en una entrevista a los medios del Milan.
Y es que cuando todo aquello ocurrió, hay quien recuerda que al joven Deulofeu se le fue la cabeza. Y nadie le frenó con una mano izquierda y cariño que habría resultado fantástico.
Su carácter desenfadado, díscolo para algunos, le provocó más frenos que apoyos en el Barcelona del pasado. Òscar García, hoy entrenador del Salzburgo, le mimó y sacó lo mejor de él en un juvenil del Barça que conquistó el triplete en la temporada 2010-11, pero ni Guardiola primero, ni Vilanova después ni Luis Enrique más tarde casaron con su forma de ser y su estrella se apagó en un Camp Nou que ni tuvo la ocasión de descubrirle.
Ahora, en pleno debate sobre el futuro entrenador y cuando se multiplican especulaciones y listas de altas y bajas en la plantilla del próximo ejercicio, el nombre de Gerard Deulofeu regresa al primer plano.
“Si fuera extranjero dirían que vale 60 millones y no se hablaría de su carácter… Pero es catalán, es canterano y todo eso ha jugado en su contra”, solventó un ex técnico de ese mismo futbol base en el que su nombre sigue siendo venerado.
Porque futbolísticamente Deulofeu “es un superdotado, un prodigio”. El Barcelona tiene la última palabra. Y si apuesta por él será él quien tenga, seguro, la última oportunidad.