BARCELONA -- Lionel Messi rompió en Londres el gafe del Chelsea, marcándole un gol después (Messi termina su maldición frente al Chelsea con ayuda de Iniesta) de nueve partidos, y a la segunda oportunidad anotó contra el Girona, al que no había batido en Montilivi. Pero Messi, este sábado, en el Camp Nou, regaló una exhibición excepcional, coincidiendo con su primer partido tras la muerte de su abuelo Antonio Cuccitini.
Este sábado se conoció el fallecimiento del abuelo materno del crack azulgrana, viudo de Doña Celia, quien acompañaba a Leo a entrenar y jugar en el Club Grandoli, el primer equipo en el que jugó el astro y a quien el futbolista dedica sus goles levantando los brazos al cielo…
Cuccitini, de 80 años, falleció en el hospital Sanatorio Laprida tras ser ingresado por una descompostura el martes, según las informaciones surgidas desde Argentina. No se conoció hasta este sábado el deceso… Y Leo, luciendo el brazalete de capitán por la suplencia de Iniesta, completó un partido soberbio.
Sin dar ni cuenta a la posibilidad de descansar, lo que se pudo sospechar el (Valverde estudia rotar a Messi o Suárez) viernes en la rueda de prensa de Ernesto Valverde, Messi convirtió la primera visita liguera del Girona al Camp Nou en una auténtica fiesta azulgrana.
Respondió de inmediato al 0-1 del Girona regalando una fantástica asistencia a Luis Suárez que sirvió para empatar antes de que el susto pudiera dar paso a la preocupación por la gran puesta en escena del equipo de Machín. Y a partir de ahí se las ingenió para solventar con grandeza el primer derbi liguero (Barcelona estrenó con trampa en el Camp Nou) entre ambos equipos en el Camp Nou.
A la media hora, después de un soberbio lanzamiento largo de Rakitic y a pase de Luis Suárez, marcó el 2-1 concretando una jugada personal fuera de cualquier lógica, aguantando el balón ante la presión por triplicado de los defensas del Girona hasta encontrar un resquicio, un hueco por el que disparar. Bestial…
Bestial hasta presenciar una bestialidad aún mayor al cabo de seis minutos. Suárez, su socio innegociable, sufrió una falta en la frontal del área, allá donde tanto le gustan a Messi. Y Leo la transformó con un disparo raso y suave que sorprendió a todo el mundo. Saltó la barrera del Girona (como se supone que habrían avisado antes del partido los técnicos azulgranas) y la pelota pasó por debajo sin que Bono tuviera tiempo de nada.
Antes del entretiempo aún hubo tiempo para el 4-1, marcado por Suárez a pase de Coutinho… En una jugada iniciada por Leo, que le regaló un pase interior magnífico al brasileño.
Una primera mitad de ensueño que ya había permitido a Messi entrar en los libros como máximo asistente de la historia de la Liga, sumando 148 pases de gol para superar los 147 que mantenía igualado con el ex madridista Michel.
Protagonista en los cuatro goles del líder, el argentino mantuvo el tono en una segunda mitad menos exigente pero en la que aún le dio para mostrar su calidad excepcional y rozar un hat-trick (que sí marcó Suárez), en un lanzamiento de falta que milagrosamente rechazó Bono.
¿Descanso? Messi descansa jugando, tal y como dijo en su día Pep Guardiola. Y este sábado cumplió su partido número 39 de la temporada. El que suma 14 de 15 jugados este 2018 (sólo descansó en la ida de octavos de final de Copa ante el Celta en Balaídos por acabar de regresar de las vacaciones de Navidad), para completar 1,171 minutos de los 1,350 jugados por el equipo azulgrana.
Si hay quienes parecen haber perdido toda su figura a ojos del entrenador (Los sentenciados de Valverde), en el caso del ‘10’ su presencia es innegociable.
No hay más. Y el día en que se conoció la muerte de su abuelo, ocurrida el miércoles, Messi, Leo Messi, volvió a ofrecer una exhibición majestuosa.