Esta semana se cierra el mercado de fichajes en Europa y no hay ofertas concretas por James Rodríguez. Ya tiene el alta médica con Al Rayyan, pero el equipo catarí no muestra intenciones de una salida fácil.
Ya lo vivió el año pasado. Sin lugar en Everton por la tensión con el técnico Rafa Benítez, el colombiano se aferraba con angustia a las gestiones sobre la hora de su agente para seguir su carrera en el fútbol europeo. No se logró ninguna y en cambio llegó como rockstar a la liga de Qatar en la que ahora lo miran con sospecha.
Entre la adaptación y lesiones, el mediapunta jugo 14 partidos, marcó cuatro goles. Un aporte mínimo para salvarse del descenso en un torneo menor que además lo castigó con juego brusco e imprudente. En la balanza de seis millones de euros que cobra, frente al rendimiento, quedó en deuda.
La opción de salida más clara la propuso Botafogo de Brasil. Lo consideró prioridad y el dueño del club carioca John Textor, lo mimo al límite para tenerlo en junio. "Es una realidad que lo queremos y un sueño si lo contratamos. Hasta que decida, es solo un sueño", declaró.
James agradeció, pero insistió en que su prioridad es regresar a Europa. Su salario es una de las trabas para volver. Con 31 años resulta alto para clubes con ambición de meterse en UEFA Europa League.
Sin jugar desde finales de marzo con la Selección Colombia por Eliminatoria, tuvo un cruce de declaraciones con Al Rayyan por los motivos de ausencia tras la pretemporada. Los dirigentes reportaron una lesión compleja. El jugador lo desmintió y prometió pronto regreso.
El próximo 31 de agosto se cierra el mercado de la Premier League, la Liga de España y la Bundesliga. Un día después lo harán la Serie A y la Liga de Francia. Las ligas menores Portugal, Países Bajos, lo harán hasta el viernes 2 de septiembre, pero no hay noticias de un interés.
James ya entrena con sus compañeros y una vez más se encomienda a las gestiones de su representante para cumplir su deseo de volver al fútbol competitivo. Tiene contrato con su club por dos años más, colero de Qatar con cuatro derrotas consecutivas. Desolador.
Además, busca su regreso a la Selección Colombia con un técnico que lo conoce a fondo, aunque prioriza que tenga minutos en la cancha. Son horas definitivas. El futuro del crack está en juego.