James Rodríguez justificó su regreso a la tricolor con la levantada que había mostrado en Olympiakos.
El nuevo técnico Néstor Lorenzo celebró su regreso al fútbol europeo y lo tuvo en cuenta para su primera convocatoria con su firma en el contrato aún fresca.
"Contento por el cambio porque sé que va a estar feliz. Renunció a muchas cosas para cambiar de club y jugar en un fútbol más competitivo. Contento por él para que compita a un buen nivel. Ya está recuperado de su lesión y está en condiciones”, explicó el DT en septiembre del año anterior.
Acertó en esa predicción. James recuperó nivel en el campeón de Grecia. Con Míchel a cargo sumó continuidad, se afianzó en la titular y su participación con Colombia se hizo lógica.
Jugó 207 minutos en cuatro amistosos del nuevo proceso. 64' con Guatemala, 46' frente a México, 27' ante Paraguay y 70' en el más reciente contra Corea del Sur en Ulsan.
Hizo dos goles: en el primero a los centroamericanos y a los asiáticos en la fecha FIFA de marzo. Con ese tanto se convirtió en el segundo artillero histórico del conjunto nacional con 26, a 10 del líder Falcao García.
Ese fue su mejor partido con mejor rendimiento. Aportó técnica y coraje con el marcador 0-2 abajo. Jugó de mediapunta con Jorge Carrascal y Diego Valoyes de extremos. Condujo al lado de Daniel Muñoz la reacción futbolística para el empate 2-2. Molestias físicas lo dejaron afuera del partido contra Japón.
Lo que viene es incierto. Deja al campeón griego tras siete meses, a un mes del final de la temporada y en la cuarta de las 10 fechas del hexagonal. Mientras resuelve su futuro perderá ritmo de competencia, padecerá de nuevo el desgaste de un mercado de pases indiferente.
Demasiadas ventajas a seis meses de la Eliminatoria con la propuesta más física e intensa que empieza a delinear Lorenzo en Selección. Deberá correr de atrás para ganarse un lugar.