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Marcelo Gallardo y su filosofía: "Me identifico con el verdadero protagonismo"

Marcelo Gallardo hizo historia en River Plate. Fotobaires.com

El entrenador argentino Marcelo Gallardo, sin club desde su salida de River Plate en noviembre del año pasado, aceptó que "hay diferentes formas de competir y todas son válidas", pero indicó que no le gusta "esperar", ya que "se identifica con el verdadero protagonismo" y prefiere "tener el control del juego".

En una extensa entrevista con el medio estadounidense The Athletic, propiedad del New York Times, el Muñeco se refirió a su idea futbolística como director técnico, la que lo llevó a ganar quince títulos en sus primeras nueve temporadas y media de competencia, uno con Nacional de Uruguay (en un año) y catorce con el Millonario (en ocho y medio).

“Hay diferentes formas de competir y todas son válidas. Algunos equipos prefieren sentarse y atacar el espacio porque tienen las herramientas para hacerlo. Hay equipos que buscan la iniciativa. Y luego hay muchos equipos que solo esperan”, comenzó.

Y ahondó: “No me gusta esperar, porque se convierte en algo que no puedo controlar. Hay una impaciencia asociada con esperar a ver qué va a hacer el oponente. Eso me exaspera. Voy con lo que conecto, que es tomar la iniciativa. Me siento más cómodo siendo el protagonista. Verdadero protagonismo: con eso me identifico".

Gallardo ejemplificó su filosofía, título de la nota realizada por los periodistas Jack Lang y Felipe Cárdenas, con la forma de jugar de 'su' River: “Podés tener una forma de jugar, una idea. Ejecutar esa idea es algo completamente diferente porque hay un oponente enfrente, tratando de obstaculizarte. Pero ese deseo de ser el protagonista es la base, y está muy relacionado con mi forma de sentir el juego. En River fluctuamos mucho a lo largo de los años: cambiamos y nos expresamos tácticamente de diferentes maneras. Pero la idea y esa determinación nunca cambiaron. La ejecución de la idea pudo haber sido mejor o peor, pero el objetivo seguía siendo el mismo”.

Además, el oriundo de Merlo le atribuyó una gran importancia a la habilidad de “gestionar momentos” y apuntó a "encontrar el equlibrio". “Mirá a Argentina en el Mundial. Entendieron cómo manejar las diferentes etapas de un juego. Por momentos, Argentina le dio el balón y la iniciativa a Australia. Argentina se sentó y esperó y luego mantuvo la posesión después de tomar la delantera. Gestionar esos momentos es una parte fundamental del juego. Cuanto mejor los gestiones, mejor equipo serás. Necesitás jugadores con la inteligencia para reconocer esos momentos y aprovecharlos al máximo. Esperar requiere altos niveles de concentración. Atacar implica creatividad. Se vuelve muy difícil si no tenés jugadores que entiendan cómo sentarse pero que también puedan ganar la pelota y hacer la transición al juego creativo para lastimar a un oponente. Es fundamental encontrar ese equilibrio”, indicó.

E hizo hincapié en dos aspectos clave de su 'doctrina': el respeto y la exigencia. “Si comenzás con respeto, podés desbloquear muchas cosas. Ponemos mucho énfasis en eso, tanto en la victoria como en la derrota. Estás eufórico cuando ganás. Y cuando perdés, tus miserias y malos comportamientos tienden a manifestarse. Ganamos y perdimos a lo largo de esos años pero lo hicimos con respeto. Eso fue fundamental. Luego, después de establecer ese respeto, hubo libertades. Exigía mucho a los jugadores pero también quería que se sintieran cómodos. Siempre funcionó así: ‘Te doy este escenario y creamos este espacio, pero te voy a exigir mucho’. Eso se volvió normal. Cuando eso se entiende, todo lo demás fluye naturalmente”, manifestó.

El entrenador de 44 años, que también se refirió a su (de momento) incierto próximo desafío y a su etapa en River Plate, señaló que "no se considera amigo de los jugadores, pero tampoco un técnico autoritario". Y añadió: "Hoy en día, un entrenador tiene que tener un poco de todo. Tenés que tener un poco de paternalismo, un poco de distancia, un poco de psicología. Después de eso, debés ser capaz de entrenar (tácticas y estrategias) y comunicar tu mensaje para que sea claro”.

Lo fundamental es entender a la gente. Hay que entender a la persona para sacar lo mejor de ella como futbolista. Quiero que la gente también me entienda. De lo contrario, es muy difícil. El fútbol se juega en la cancha, pero no se puede ignorar lo que siente una persona. Ese aspecto y sus aplicaciones es lo que me interesaba en el entrenamiento, más allá de las estrategias y tácticas que son parte del deporte. Se trata del proceso humano”, agregó.

El Muñeco, quien se consideraba "un jugador talentoso con defectos físicos", contó que "quería ver si podía superar esas limitaciones adquiriendo conocimiento, escuchando, observando”, por lo que empezó a hacer una pregunta simple y compleja a la vez: ¿por qué?

"Es similar a lo que hacen los niños. ‘¿Pero por qué? ¿Por qué? ¿Por qué estamos haciendo esto?’. Quería entender las cosas desde otro punto de vista, más allá de la inocencia que yo tenía como futbolista. Eso pasó cuando yo tenía 27, 28 años. Solo quería aprender. Pero sentí que algunos de mis gerentes lo vieron con malos ojos. Era como una especie de amenaza”, admitió.

Y se adentró en su pensamiento, pero ahora de la línea de cal para afuera: “Me encanta cuando un jugador me pregunta por qué hacemos algo. Me encantan los ‘¿por qué?’ porque muestra que el individuo quiere entender. No hay nada mejor para un entrenador que poder tener ese tipo de diálogo, ese compromiso positivo con una comprensión más profunda. También se convierte en una tremenda herramienta. Es un placer absoluto para mí cuando se despierta ese interés en un jugador. No tengo que ir a buscarlo”.

En otra línea, Gallardo expresó que "después de ganar, hay una desaceleración natural": "Cuando todos se empujan unos a otros, se requiere mucha preparación mental, física y técnica. Siempre habrá una tendencia a reducir la velocidad después de eso. Es normal. Nos pasa a todos, en todos los aspectos de la vida. Lo que necesitás es esa dinámica continua de la cultura, cuando todos entiendan que si nos relajamos aunque sea un poco, la estructura comenzará a tambalearse. Hay que cuidarlo en todo momento”.

Además, marcó a Marcelo Bielsa como un referente en su carrera, a pesar de que "al principio era muy difícil entenderlo", aun estando muy bien preparado y siendo muy capaz, ya que era un mensaje bastante complejo de entender en los (pocos) días que tenés con una Selección”. Y completó: “Con el tiempo me di cuenta de que había pocas particularidades en el mensaje, en la forma en que trataba de captar tu interés para ayudarte a mejorar. Marcelo creó esta apertura para que yo aprendiera y entendiera por qué suceden ciertas cosas en el juego. Podés estar de acuerdo o en desacuerdo con la forma en que juegan ciertos equipos, pero ese es otro asunto. Estoy hablando de la forma en que alguien abre tu mente o enciende algo en ti. Fue magnífico, espectacular. Siempre digo que él me eligió a mí”.

Finalmente, el Muñeco se refirió a las diferencias que hay entre el fútbol de Sudamérica y el de Europa: “El cambio es parte de nuestra cultura futbolística. Nuestros clubes producen talento para el mundo. Así ha sido siempre y seguirá siendo así. Entendemos que no tendremos a nuestros mejores futbolistas por mucho tiempo. Debido a que nuestros jugadores más talentosos tienden a irse rápidamente, debés encontrar reemplazos constantemente.

Y cerró: “No podemos hacer lo que hacen los grandes clubes de Europa. Pueden mantener el núcleo de un equipo durante cuatro, cinco años. No podemos hacer eso. Tenemos que rearmarnos, o reinventarnos, en todo momento. La pasión por el fútbol en Sudamérica es muy efímera. La hinchada quiere ganar el domingo. Eso es lo único que les importa. Y esa forma de pensar se transmite”.