Nadie estaba preparado para tener que despedir a Diego Armando Maradona.
Absolutamente nadie, aunque su vida había dado señales de que en cualquier momento habría que enfrentarse a la realidad de tener que admitir que todos, en este mundo, estamos de paso. Sin embargo, dentro de ese paso, siempre se dejan huellas. Desde las más grandes hasta aquellas casi imperceptibles. Pero huellas al fin. Y Diego Armando Maradona las dejó, sin dudas, estampadas en el corazón de cada amante del fútbol y de manera muy especial, en cada argentino que fue testigo de su paso por las canchas de fútbol.
Esa despedida merecía, más que grandes homenajes, un respetuoso reconocimiento. Y el mismo quedó plasmado de manera fidedigna en la conversación a corazón abierto que mantuvieron en el podcast ‘Nos Ponemos las Pilas’, su conductor Fernando Palomo junto al dos veces ganador del Emmy a la personalidad deportiva, Andrés Cantor, para recordar al “barrilete cósmico”.
“Yo recuerdo que en mi casa recibíamos la revista El Gráfico y allí lo conocí por fotos”, recuerda Fernando Palomo. “Las mismas estaban inmóviles pero como el texto nos hablaba de la magia de Diego, su figura parecía salirse de la revista para cobrar vida en nuestras mentes. Lamentablemente, este 25 de noviembre del 2020, Diego no pudo gambetear lo inevitable”.
Conocedor de las muchas versiones que encargó Diego a lo largo de su vida, Andrés Cantor también lo recuerda con dolor. “Todavía no caemos quede ahora en más tendremos que cambiar el tiempo de los verbos cuando hablamos de Maradona. Son días muy tristes para los fanáticos del fútbol en todo el mundo, pero especialmente para nosotros los argentinos”.
“Todo el mundo lo recuerda en México '86 y, por lógica, se va a quedar con el segundo gol a los ingleses”, sostuvo Cantor antes de discrepar con ellos. “Yo me quedo con lo que hizo Diego en todo ese mundial. Con ese Diego al que los coreanos en el primer partido lo molieron a patadas, con ese Diego que hasta obligó a un rival como el inglés Gary Lineker, a reconocer que cuando vio el dominio del balón, la velocidad y el cambio de ritmo en el segundo gol que les anotó, le dieron ganas de aplaudir. Si no lo hizo fue porque tenía que volver a su país”.
La gente se agolpó en las calles para rendir homenaje a Maradona en el viaje hacia el cementerio.
Fernando Palomo llevo luego la charla hacia el impacto que generaba Maradona sobre sus pares. “Recuerdo cuando Platiní entró a la cancha de Boca en la despedida de Diego y lo veo entrando a la cancha con la expectativa de ir a ver a un grande con el que había jugado muchas veces. Todos los rivales que tuvo Maradona en un campo de juego, lo admiraban. Uno podía ver que los más grandes admiraban a alguien más grande que ellos mismos”.
Cantor también lo recuerda como “un hombre generoso y de bien”, aunque coincide que había un lado diferente en Maradona.“Su preparador físico personal por mucho tiempo, Fernando Signorini, lo definió perfecto: “Con Diego voy a la guerra sin un fusil, pero con Maradona no voy ni a la esquina”. Allí queda graficada perfectamente la diferencia entre la persona y el personaje”, reconoció.
Finalmente, tanto Palomo como Cantor coincidieron en mencionar que “Diego aglutinaba cada domingo a millones de personas frente a un televisor para verlo jugar. En Nápoli haciín guardia las 24 horas frente a su casa para verlo simplemente. No podía salir a la calle. Le invadían su intimidad sin pedirle permiso”.
Andrés Cantor remató la charla con una frase que sirve para explicar todo lo que dio Maradona a sus fanáticos cada vez que pisó una cancha de fútbol y todo lo que tuvo que recibir a cambio. “Vivió una vida pagando las consecuencias de haber sido el hombre más famoso del planeta”.
Así de cierto, así de simple y así de doloroso como la misma muerte que se lo acaba de llevar de este planeta.