El Tri utilizó este sábado el hogar de Cowboys en día de juego; el vestidor que muy rara vez dejan que se utilice cuando no están los dueños del AT&T Stadium en casa.
ARLINGTON – Faltaba hora y media para el partido cuando el autobús de la Selección Mexicana de futbol se estacionó exacto frente a la puerta del vestidor de los Dallas Cowboys.
Sí, los Tricolores utilizaron este sábado el hogar de los Cowboys en día de juego; el vestidor que muy rara vez dejan que se utilice cuando no están los dueños del AT&T Stadium en casa.
Así la importancia de la Selección Mexicana en la historia de uno de los estadios más imponentes del mundo y el que marcó a la nueva generación.
Uno a uno bajaron los miembros del equipo, encabezados por el cuerpo técnico de Jaime Lozano; mientras utileros, asistentes y algunos directivos bajaban parte de la utilería y mochilas de la cajuela del autobús.
Se pudo observar poco porque de la puerta del autobús a la del vestidor eran unos cuantos pasos y prácticamente todos caminaron directo. Algunos sólo se referían con un buen saludo de 'buenas tardes', 'buenas noches', a las pocas personas alrededor de la entrada a los casilleros, casi todas de la televisora que tiene los derechos de transmisión.
Cerca de 10 minutos después aparecieron los utileros y ciertos miembros del cuerpo técnico para comenzar a marcar la cancha con conos y balones para el calentamiento.
Como es costumbre, los primeros que salieron fueron los porteros. En la gigantezca pantalla del medio campo la figura de Guillermo Ochoa provocando el delirio de los aficionados que ya estaban en sus butacas; otra buena parte seguía en el estacionamiento y algunos otros iban en camino por los pasillos hacia sus lugares.
Los australianos, con sus colores amarillo y verde, ya calentaba en grupo, cuando muchos se sorprendieron porque comenzó a sonar el Himno de Estados Unidos con la bandera en la pantalla principal 52 minutos antes de que comenzara el partido; muy temprano para la tradicional ceremonia con respecto a la mayoría de los eventos deportivos y del futbol en particular.
Por fin, a las 8:20 p.m., es decir 40 minutos antes de la programación del partido apareció el resto del equipo ataviados de verde por completo, para empezar el calentamiento formal antes de enfrentar a los australianos y de arrancar oficialmente el nuevo proceso que esperan culmine de manera exitosa en la próxima Copa del Mundo.
Las horas, los minutos, los segundos… todo transcurrió demasiado rápido hasta que la ya tradicional fiesta Tricolor en la casa de los Cowboys terminó, con la esperanza de que pase aún más rápido el tiempo para que regrese la selección mexicana a su casa fuera de México.
El contrato para que disputen al menos un partido amistoso o de preparación al año en Dallas culminará en el 2026.