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Para el recuerdo

Terrell Owens, Jimmy Johnson

AP Photo/Getty Images

Terrell Owens, con los 49ers, y Jimmy Johnson fueron protagonistas de la historia de Texas Stadium.

IRVING -- Texas Stadium ha completado su trigésimo séptima y última temporada regular como hogar de los Dallas Cowboys, y antes de que el hoyo en el techo sea convertido en un hoyo en el suelo, me tomo una pausa para recordar.

He visto prácticamente todos los juegos allí desde 1971, y reducido más de 300 de ellos a una lista de mis Top 10 más memorables. Para calificar, un juego tiene que haber producido una escena nunca antes vista y poco probable de repetirse.

Por ejemplo, descarté el partido del 27 de octubre del 2002 en que Emmitt Smith impuso la marca de yardas terrestres de la NFL. Aunque es un logro histórico, careció de suspenso. Que Smith superaría el total de 16,726 yardas de Walter Payton era una certeza, y en realidad sólo había que esperar a que el momento llegara.

Aquí están, en mi opinión, los 10 juegos más memorables celebrados en Texas Stadium:

1. Dallas 35, Washington 34 (Dic. 16, 1979)

Fue la última hazaña de Roger Staubach, su remontada de último cuarto N° 21 y una de 14 en los últimos dos minutos. Su segundo pase de touchdown en los últimos cuatro minutos --una conexión de 8 yardas a Tony Hill con 39 segundos-- proveyeron el clímax.

El partido tuvo varios destellos. Washington anotó los primeros 17 puntos, Dallas los siguientes 21, Washington 17 más, y Dallas los 14 finales. El partido incluyó la tacleada más famosa en la historia de Texas Stadium: el liniero defensivo Larry Cole detuvo en tercera oportunidad a John Riggins para impedir que los Redskins sellaran el juego con ventaja de 34-28.

Había mucho en juego con el resultado, otra de las razones por las que hasta Staubach lo describió como "absolutamente los 60 minutos más emocionantes que he vivido sobre un emparrillado''. Los archirivales Redskins se quedaron fuera de playoffs. Los Cowboys ganaron el título de la NFC Este, su último logro bajo el mando del capitán Staubach.

La carrera de Salón de la Fama de Staubach acabó una semana más tarde, durante una derrota de postemporada por 21-19 ante los Rams de Los Angeles. Completó su último pase de la NFL al guardia Herb Scott, un receptor inelegible.

[+] Ver foto grandeClint Longely

NFL

Longley sorprendió a los Redskins con una gran remontada

2. Dallas 24, Washington 23 (Nov. 28, 1974)

Nadie puede precisar con exactitud el momento en que la rivalidad entre los Cowboys-Redskins se tornó tan odiada, ni cuándo empeoró. Pero ya era suficiente amarga como para que Diron Talbert amenazara con sacar a Roger Staubach del juego.

"Si sacamos a Staubach, todo lo que tienen es a ese chico Clint Longley'', dijo el liniero defensivo de los Redskins, sin saber que hay que tener cuidado con lo que se desea.

Talbert lució como un vidente cuando los Redskins sacaron a Staubach con una concusión y entró el novato Longley. Apodado "El bombardero loco" por golpear con balonazos la torre de observación de Tom Landry en el campamento de entrenamiento, Longley heredó un déficit de 16-3 que parecía imposible de remontar en el tercer cuarto.

Terminó ganando el partido con un pase de anotación 50 yardas a Drew Pearson, con 35 segundos por jugar.

"Estaba en la reunión previa a lo que básicamente era la última jugada del encuentro, y todos sabíamos que no iba funcionar, así que fue como un: 'Bueno, terminemos con esto'", recuerda el fullback, Walt Garrison. "¿Quién va a lanzar una bomba de 50 yardas para touchdown? Tendrán a Drew cubierto como frazada. Probablemente lanzará de unas 5 yardas a Duane Thomas o a mí y esperará que podamos correr hasta las diagonales. Es más, nunca había corrido 40 yardas en mi vida. Creo que fue el único partido de Longley que valió para algo, ¿no?''

Fue cierto. En el verano del '76, Longley golpeó cobardemente a Staubach en el vestidor durante el campamento de entrenamiento, fue canjeado, y desapareció de la NFL. Sin embargo, su heroísmo permanece inmortalizado por el guardia Blaine Nye, quien lo analizó como "un triunfo de la mente clara''.

[+] Ver foto grandeLeon Lett

AFP/Getty Images

Nadie supo en qué estaba pensando Lett contra los Dolphins

3. Miami 16, Dallas 14 (Nov. 25, 1993)

Una bizarra tormenta de nieve y hielo dejó cubierta la superficie de Texas Stadium en el Día de Acción de Gracias, una jornada que quedará por siempre congelada en la infamia gracias a la confusión de Leon Lett.

Jimmie Jones bloqueó un intento de gol de campo de 47 yardas de Pete Stoyanovich, para aparentemente preservar una victoria de Dallas por 14-13, con sólo segundos por jugar. Mientras el balón rodaba hacia las diagonales de los Cowboys, los jugadores de Dallas gesticulaban con los brazos un claro mensaje: "Nadie lo toque".

Lett nunca recibió el mensaje. El liniero defensivo corrió entre tres jugadores de los Dolphins, entre las señales de parada de sus amigos, y entre hielo que cubría los tobillos, por razones aún desconocidas. Cualquiera que haya sido su intención, pateó el ovoide hasta la yarda 1 de los Cowboys, donde Miami recuperó. Stoyanovich convirtió un gol de campo de 19 yardas con 3 segundos por jugar, para entregar a los incrédulos Cowboys su derrota en casa más extraña.

"Había 11 jugadores sobre el campo, y 10 de ellos sabían qué hacer'', se lamentó el entrenador de equipos especiales, Joe Avezzano.

4. Dallas 42, Green Bay 31 (Nov. 24, 1994)

Troy Aikman y Rodney Peete estaban lastimados. Ninguno jugaría. Eso dejaba al mariscal de campo N° 3, Jason Garrett, superado ante el as de los Packers, Brett Favre.

O por lo menos así parecía cuando Green Bay interceptó el primer pase de Garrett. Más evidencia de que Garrett se había metido en problemas llegó en el entretiempo, cuando los Packers estaban arriba 17-6. ¿Qué más se podría esperar? Era el primer inicio de NFL de Garrett en su segundo año en la liga; había estado inactivo por los primeros 10 partidos de la temporada, y no había estado muy activo en los subsecuentes.

Lo que siguió nunca ha podido ser explicado, excepto con argumentos sobrenaturales. Garrett produjo cinco touchdowns en menos de 19 minutos de la segunda mitad. Se trata de su rúbrica en lo que constituyó una marca de franquicia, con 36 puntos anotados en la segunda mitad. Finalizó con 311 yardas aéreas, dos touchdowns y aquella intercepción en la primera jugada del encuentro.

Garrett también finalizó algo confundido por lo que había logrado.

"Si se trata de un cuento de hadas, que así sea'', declaró.

5. Philadelphia 27, Dallas 0 (Nov. 23, 1989)

Ahhh, el Tazón de las Recompensas, cuando el entrenador en jefe de los Eagles, Buddy Ryan, supuestamente ofreció 200 dólares por sacar del partido al pateador Luis Zendejas, y 500 por un nocaut a Troy Aikman.

[+] Ver foto grandeBuddy Ryan

Getty Images

Las cosas realmente se pusieron tensas entre Ryan y Johnson

Todo inició con Zendejas, quien argumentaba que había grabado las amenazas mediante una conversación telefónica con una fuente de Philadelphia, pero nunca nadie las escuchó. No importaba, ya que era sencillo colocar el rol de villano sobre Ryan, quien ya había mandado a anotar un TD irrelevante para abultar el marcador ante Tom Landry, y quien había calificado al sucesor de Landry, Jimmy Johnson, como un candidato dudoso para ser entrenador en jefe de la NFL.

"Díganle a Jimmy que no habrán East Carolinas o Cincinnatis en su calendario'', dijo Ryan, cuando Johnson reemplazó a Landry.

Aún antes de que Ryan sacara a sus titulares hacia el final del partido, Johnson estaba furioso. Corrió al medio campo buscando a Ryan, prolongando así la falta de énfasis sobre la pésima temporada que se desarrollaba en Dallas.

"Quería decirle algo a Buddy'', reveló Johnson, "pero no se quedó en el campo el tiempo suficiente. Metió su enorme trasero a los vestidores".

La investigación del entonces comisionado de la NFL, Paul Tagliabue, predeciblemente arrojó un veredicto de inocente para los Eagles en contra de los Cowboys. La amarga secuela originó muchas teorías sobre lo que podría suceder en un reencuentro Buddy-Jimmy más tarde en Philly.

"Me preguntó si se darán la mano... o se pondrán a pelear'', dijo Dave Widell de los Cowboys. Nada ocurrió de ahí en adelante entre Johnson y Ryan, pero fue el partido en que los aficionados de los Eagles lanzaron bolas de nieve a Johnson.

6. Dallas 38, Cincinnati 10 (Nov. 4, 1973)

El más grande espectáculo ofrecido por un apoyador medio, ¿y nadie más lo recuerda? Vaya. ¿Cómo se puede olvidar?

Lee Roy Jordan interceptó tres pases de Ken Anderson y devolvió uno de ellos 31 yardas para un TD. Eso sólo alcanza para calificar como una hazaña sobresaliente para cualquier apoyador, y algo de qué presumir para un back defensivo. Pero esperen, aún hay más.

Jordan interceptó tres pases, ¡en el primer cuarto! Pero esperen, aún hay más. ¡Jordan realizó todas esas intercepciones dentro de un lapso de cinco minutos! Sabía que Jordan había robado tres pases, pero no fue hasta que investigué diarios viejos que me dí cuenta de que todo ocurrió en un periodo de cinco minutos.

Insisto que se trata de una marca por la mayor cantidad de intercepciones en la menor cantidad de tiempo en la historia de la NFL, y espero evidencia que me refute. Las 32 intercepciones de Jordan de por vida me llevaron al Elias Sports Bureau para revisar cómo Jordan, quien jugó de 1962 a 1976, ranqueaba en la lista de más intercepciones de todos los tiempos por apoyadores en la NFL.

Como se esperaba, ranqueó alto, empatado en tercero con Nick Buoniconti de Miami (1969-76) y Jack Ham (1971-82) de Pittsburgh. ¿Quiénes el líder? Es Don Shinnick (Baltimore, 1957-68) con 37, seguido por Stan White (Baltimore, 1972-79; Detroit 1980-82) con 34. (Elias y yo aceptamos sus agradecimientos por esta valiosa información).

Aquí hay un último pedazo de información sobre Jordan, quien jugó por última vez hace 31 años. Sigue ranqueando N° 7 en la lista de intercepciones todos los tiempo de de los Cowboys, adelante de un par de backs defensivos de nombres Cliff Harris (29) y Darren Woodson (23).

7. Dallas 38, San Francisco 21 (Ene. 23, 1994)

El juego en sí mismo, un duelo por el Campeonato de la NFC, palideció respecto de lo que ocurrió antes del partido.

Se trataba del último paso antes del Super Bowl, cuando los nervios por el conteo regresivo son controlados y nadie habla porque el pez muere por su propia boca.

Por lo tanto, todo estaba callado en ambos frentes. Hasta que...

Jimmy Johnson hizo algo que ningún entrenador en jefe en la historia de la NFL jamás hizo, o pensó en hacer. Primero, llamó a una estación local de radio. Johnson anunció entonces que los Cowboys derrotarían a los 49ers. Jugadores han garantizado victorias antes y después de que Joe Namath lo convirtiera en un gesto popular, pero yo nunca había escuchado a un entrenador en jefe con el suficiente coraje o estupidez para hacerlo públicamente.

"Ganaremos el partido'', predijo Johnson. "Y eso lo pueden imprimir en titulares de tres pulgadas''.

¿Que ocasionó el anuncio de Johnson? Bueno, estaba lleno de confianza en sí mismo y era presumido. Como cuando se le preguntó si los Cowboys habrían tenido el mismo éxito sin Troy Aikman.

"Aún me tenían a mí'', bromeó Johnson.

Otros dijeron que Johnson estaba tan entusiasmado por el juego, que no se pudo contener. Otro reportero sugirió que parte de la valentía del entrenador podría haber sido inducida por unas Heineken.

El entonces entrenador en jefe de San Francisco, George Seifert, consideró los comentarios de Johnson con admiración.

"Bueno, el tipo tiene bolas. Lo acepto'', dijo Seifert. "No sé si son de bronce o de papel. Ya lo averiguaremos''.

Eran de bronce.

8. San Francisco 41, Dallas 24 (Sept. 24, 2000)

George Teague se convirtió en el capitán de mi equipo ideal de héroes, por su golpe sobre el pavo real que estaba de visita. Teague puso a Terrell Owens sobre su trasero.

Bueno, dirán, es lo que suponía debía pasar cuando Teague jugaba como profundo y Owens como receptor abierto de los 49ers. Sí, pero esta vez fue diferente.

Ocurrió después de que Owens atrapó un pase de touchdown y, por segunda vez, corrió a celebrar a medio campo, donde pisó el emblema de la estrella y levantó los brazos. Un objeto azul fuera de foco interrumpió la escena y derribó a Owens. Era Teague, el único jugador de los Cowboys con suficiente vello en el pecho como para responder físicamente ante un insulto de esa magnitud, con los 49ers arriba por 41-17.

Emmitt Smith había ofrecido una aproximación psicológica después del primer TD de Owens. Corrió hasta la yarda 50 y azotó el ovoide en el mismo lugar en que Owens le había faltado el respeto al estadio, después de una anotación propia. Pero fue necesario que Teague respondiera apropiadamente.

"La primera vez fue: 'Bueno, nos venciste. Obtuviste tus aplausos'," dijo Teague. "Pero al volver fue donde cruzó la línea. Ahí se convierte en una falta de respeto.

"Estábamos perdiendo por tres touchdowns, quizás cuatro. Hacía un calor infernal y nada nos salía. Tuve la intuición de que si Owens volvía a anotar, haría algo alocado. Me mentalice en que si volvía a hacer algo así, habría una pelea. Antes de que me diera cuenta, golpee a Owens. Lo que realmente me gustó fue que tuve la rapidez para esquivar al enorme liniero que me persiguió''.

Como Owens firmaría más tarde con los Cowboys, casi nunca se habla de este incidente.

9. Dallas 44, New England 21 (Oct. 24, 1971)

Texas Stadium, con su peculiar hueco en el techo y el apodo de "Medio Astrodome", abrió para deleite de todos excepto de los jugadores.

[+] Ver foto grandeTexas Stadium

NFL/Getty Images

No a todos les gustó el diseño de Texas Stadium

Tres quejas se levantaron en contra del nuevo juguete de 65,000 asientos del dueño Clint Murchison Jr., construido en los suburbios de Irving.

Primero, la superficie era demasiado dura.

"No sé qué tipo de pasto artificial se usaba, pero si te deslizabas terminabas todo cortado. Era más duro que la piedra", dijo Walt Garrison.

Segundo, los fanáticos en esas suites de 50,000 dólares eran demasiado aristócratas. Su presencia cerrada y de alto perfil evocaba imágenes del Coliseo Romano.

"Tengo que aceptar que los jugadores de la vieja escuela odiaban el estadio'', dijo Larry Cole. "Solíamos hablar de los cristianos, leones y gladiadores en el contexto de todas esas personas sentadas en los palcos bebiendo, mientras nosotros éramos peones quienes recibíamos muy poco por entretenerlos.

"Nuestro concepto del fútbol americano se asemejaba más al Cotton Bowl, con los aficionados afuera e involucrados en el juego. No se observaba un partido portando un traje y corbata''.

Tercero, los fanáticos quedaban protegidos de los elementos, pero los jugadores en el campo no.

"Vaya, si Clint deseaba que lucháramos en contra de los elementos, ¿por qué no cerró el maldito techo e instaló rociadores?'', dijo Charlie Waters.

Sin embargo, las opiniones negativas se suavizaron más tarde.

"Conforme pasó el tiempo, la gente empezó a decir: 'Es un lugar bastante agradable''', admitió Cole. "Lo que realmente fue agradable fue cuando empezamos a jugar partidos allí en diciembre. El viento helado no entraba por el hueco del techo. Amaba jugar allí durante los playoffs''.

El precio original de 50,000 dólares por las suites de Murchison, que fuera considerado absurdamente sobrevaluado en su momento, terminó siendo la mejor inversión en bienes raíces en el norte de Texas. Algunas se revendieron por 500,000 dólares y hasta más.

10. Green Bay 20, Dallas 10 (Dic. 24, 1989)

Seguramente nadie más se acordará del juego que puntualizó la primera temporada de la era Jones-Johnson. El resultado culminó una temporada de 1-15, montado sobre una racha de siete derrotas al hilo, en una gélida tarde.

¿Por qué recordaría aquel partido? Recuerden que mi criterio para incluir un juego en este Top 10 es que debe contener algo inesperado o sin precedentes. Este partido califica porque fue la única vez en la historia de Texas Stadium que hacía tanto frío que...

Los inodoros se congelaron.

Pensé en cómo hacer para combinar la escena frígida con la marca de 1-15 en mi usual prosa vibrante. Me sigo congratulando por haber escrito lo siguiente:

"La temporada de 1989 fue tan mala, que ni siquiera se fue por el retrete''.