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A nadie le importa el futbol femenil en México y es una verdadera lástima

“¡A nadie le importa el futbol de mujeres!” Me lo dijo retador y seguro de que me echaba en cara una gran verdad y no le importaba decirlo en voz alta.

Fue hace seis años, pero pudo haber sido este miércoles que la selección mexicana de futbol fue goleada por Francia y de paso eliminada del Mundial de Canadá.

Estas misóginas palabras podrían haber sido proferidas por un macho mexicano cualquiera, pero me las dijo en una plática-discusión Justino Compeán, todavía presidente de la Federación Mexicana de Futbol, pero les contaré el contexto para que no parezca que sólo tomé una frase porque sí.

Eran mis tiempos como coordinador de futbol en un diario en la Ciudad de México y asistí a una convivencia en el Centro de Alto Rendimiento, allá por el rumbo de la salida a la carretera a Cuernavaca.

En el evento que hacía la Femexfut para “agasajar” a los medios hubo una cascarita de prensa contra directivos y cuerpo técnico, asado y hasta rifa de computadoras para los “amigos de la prensa”, no sobra decir que no participé de tal insaculación por principios personales y profesionales, en fin no se trata de ventanear a los que estrenaron laptop.

Ahí, en un momento el reportero de futbol del diario Récord y yo nos cruzamos en el camino con don Justino y me lo presentó. Le dijo algo así como: “mi jefe”, muy solícito. El diminuto señor de blanca y abundante cabellera ni tardo ni perezoso me echó el guante y del brazo me jaló a dos pasos de las mesas.

El diablo estaba dentro del que fue coorganizador del festival rocanrolero de Avándaro y de su boca empezaron a salir víboras, ajos y cebollas, que un carretonero o un buen albañil se habrían sonrojado al escuchar.

Compeán estaba muy enojado, porque semanas antes se había publicado en el periódico un análisis de su administración hasta esos días, basado en logros deportivos exclusivamente y, pues, de una docena de seleccionados nacionales (varonil mayor, Sub20, Sub 17, Olímpica, playa, sala, femeniles, etc) más de la mitad no habían clasificado a sus torneos o habían fracasado en primera ronda, algo así como un 4-8.

Además la era Hugo Sánchez había sido interrumpida, no se diga la de Sven Goran Eriksson, y apenas Javier Aguirre había sacado al buey de la barranca.

El balance, simplista si se quiere, era negativo y el editor encargado de esas páginas lo tituló “FRACASO”. Quizás un encabezado un poco fuerte y en mayúsculas a doble plana, haya sido el motivo de la cólera de Justino, me imagino.

Ciertamente Récord es un diario incómodo, muy crítico, hasta amarillo dirían los que no lo quieren, pero ese trabajo estaba basado sólo en hechos y números. En fin, se ve que el presidente de la FMF no había tenido la oportunidad de encontrarse al director o subdirector para sacar su ira y ¿por qué no? La sacó conmigo y no tuve problema en ser receptáculo de su airado reclamo, que al fin y al cabo es también trabajo del editor, recibir la retoralimentación de las fuentes y lectores, por violenta que sea.

Empezó , palabras más palabras menos, (cada vez que ponga puntos suspensivos será porque omitiré una palabrota de Justino) con una diatriba así:

- ¿Ustedes quién ch... se creen para decirme fracasado.

- No, señor Compeán, no le dijimos fracasado, dijimos que en general las selecciones eran un fracaso.

- ¿Fracaso? Fracasado mis h... Yo no tengo que darle cuentas a ustedes p... , mis jefes son los dueños de los equipos y ellos están contentos con mi trabajo, nunca la Federación ha ingresado tanto p... dinero ni ha tenido tantos patrocinadores.

- Cierto es un gran logro suyo, pero el análisis fue deportivo-, le dije al tiempo que trataba de que no se alterara, las venas del cuello ya se le botaban y los ojos salían de sus órbitas.

- ¿Y eso qué c...?

- Pues, si lo revisa, muchas selecciones no clasificaron a sus mundiales y los DT’s del Tri mayor no han funcionado. Por ejemplo no se fue los olímpicos y la Femenil tampoco.

- ¿Y quién le importan las mujeres (casi estoy seguro que usó otra palabra pero lo dejaremos así)? ¡A nadie le importan! ¡A los dueños no les importa el futbol femenil, no pasa nada si no van! ¡Lo que importa es el Mundial de hombres y ya clasificamos!

- Pues sí, ya clasificaron don Justino, pero no lo tome así, para nuestro análisis contaba igual una femenil, una juvenil que una infantil o una mayor, era por torneos.

- Me vale m... su análisis y dígale a su director que me vale m... y que m... (en fin algo que un loro de Alvarado, Veracruz no repetiría por puro pudor y así se siguió por minutos).

En defensa del furibundo señor Compeán diré que nos dimos la mano, le di mi tarjeta, me puse a sus órdenes para cuando quisiera de nuevo vaciar su bilis, porque al finnalmente podía tener un poco de razón en que el encabezado lo golpeaba muy fuerte, pero también le dejé claro que el periodismo que no critica, analiza o denuncia son puras relaciones públicas y que si le iba bien al futbol mexicano también haríamos notas que lo reflejaran con la misma vehemencia pero en sentido contrario.

De ahi no pasó y no hubo más charlas en ese tono en adelante, claro tampoco platico mucho con él, pero lo saludé de mano en un par de eventos más, y siempre muy caballeroso, sólo que ese día se le soltó la cadena feo y dijo muchas cosas.

El tema que ahora me interesa de aquella anécdota es que la sinceridad de Compeán me dejó claro que el Futbol Femenil no le interesa ni le ha interesado mucho más a la Femexfut desde entonces y la prueba es el estado actual de sus selecciones.

Para la Federación, equipos profesionales y también muchos medios, el futbol de mujeres es sólo anécdota y es una tristeza que así sea.

Apenas se anunció que habrá una Liga profesional pero hay estructura ni nada que la sustente todavía. Puros castillos en el aire.

Leonardo Cuéllar está al frente de un proyecto sin apoyos reales, donde a las seleccionadas les arrebatan los uniformes en el aeropuerto cuando llegan a México, sin desarrollo de talentos ni semilleros.

Se realizan visorías sí, se atraen mexicoamericanas que elevan el nivel, pero el balompié de mujeres es todavía el patito feo por no decir la cenicienta del cuento que es el futbol azteca.

Hoy muchos piden la cabeza de Cuéllar, dicen que no sabe dirigir, que está atrasado, que su hijo será su heredero en un puesto perpetuo porque nadie más lo ha peleado, porque saben que es como ser el ministro de marina en un país que no tiene costas ni lagos.

No defiendo a Cuéllar, no acuso a Compeán de todo (no se vaya a enojar de nuevo, y le va a hacer daño), pero lo cierto es que las selecciones femeniles en México se atrasan con respecto al resto de América y el mundo en un país lleno de mujeres apasionadas por este juego, con ligas amateurs plagadas de entusiastas niñas y jóvenes, pero como no son negocio, no le importan al órgano futbolero.

Tal vez, en el momento en que la mercadotecnia, que manda en todo, y la comercialización encuentren en México (porque en otros países como Estados Unidos ya se hace) la manera de monetizar el fut femenil, el sucesor de Compeán, es decir Decio de Maria o el sucesor del sucesor, empiecen a apoyarlas en serio, mientras diremos que a “nadie le importa el futbol de mujeres” y eso es una verdadera lástima y hasta una injusticia.