BRISTOL -- En el mes de abril no son todavía parte de la élite de la NFL. En esa categoría se encuentran Seattle, Green Bay, Baltimore y Nueva Inglaterra, cuatro equipos que tienen en común entrenadores en jefe y QBs que han ganado Super Bowls, y que por ende, han podido superar las bajas características de la agencia libre. Aún en un nivel más bajo, Dallas e Indianápolis no pueden ser descartados como contendientes.
Los Vaqueros sorprendieron en 2014. En pretemporada, la defensiva, que al final de cuentas probó ser el punto débil, empezó con bajas importantes debido a la lesión de Sean Lee y las bajas de DeMarcus Ware y Jason Hatcher en la agencia libre. La línea ofensiva prometía ser sólida, pero tendría que consolidarse para proteger a Tony Romo y abrir espacios a DeMarco Murray.
La defensiva excedió las expectativas gracias a la cantidad de balones recuperados, pero en contra de un equipo disciplinado como Green Bay, el que menos entregas tuvo en la NFL, quedaron a deber. En la última serie ofensiva de la ronda divisional, necesitando forzar un despeje para darle una última oportunidad a su ofensiva, Aaron Rodgers y la ofensiva de los Empacadores congelaron el ovoide y cerraron el partido. Y es aquí donde radica la duda principal para Dallas en 2015.
Dallas no fue capaz de presionar a los QBs rivales y tuvo una de las defensivas más flojas dentro de la yarda 20. Falta todavía el draft, y quizás contrataciones o canjes durante el verano, pero todo parece indicar que las deficiencias del año pasado continuarán.
La contratación más importante y controversial de los Vaqueros fue la de Greg Hardy, un jugador que fue encontrado culpable de violencia doméstica, pero que ganó su apelación gracias a que su novia rehusó presentarse a declarar en el juicio. La suspensión de Hardy sigue vigente. Aún si lo restituye el comisionado, tendrá que estar fuera un mínimo de seis semanas como lo estipula la regla instituida por la NFL contra aquellos que incurrieron en violencia doméstica. Su impacto en 2015 queda todavía en duda.
Respecto al significado de esta contratación por Dallas, no me opongo a que personas tengan una segunda oportunidad en la vida SIEMPRE Y CUANDO demuestren remordimiento de conciencia, arrepentimiento de sus acciones y hagan los esfuerzos necesarios para regenerarse. La violencia doméstica es algo serio y deplorable. Hasta el momento no me consta que Hardy haya demostrado un esfuerzo en aprender de sus errores y buscar ser mejor persona a través de terapias o asesorías con gente capacitada en la materia. Fue buen jugador presionando al QB en Carolina y para la directiva de Dallas, eso parece ser suficiente.
Volviendo al equipo, la defensiva pudo retener a Rolando McClain, quien por fin jugó al nivel de la primera selección que una vez fue, pero perdieron a Henry Melton, sublíder de capturas en el equipo con cinco, junto con Bruce Carter, Justin Durant, Sterling Moore y Anthony Spencer. Con la excepción de Spencer quien estuvo lesionado la mayoría de la temporada, fueron jugadores que aunque no fueron espectaculares, contribuyeron.
A la ofensiva Dallas espera que su línea ofensiva, quizás la mejor en la NFL, sea aún mejor en 2015. Una razón importante, quizás la principal razón, del éxito de este grupo fue su ex entrenador Bill Callahan, hoy en día miembro de Washington. Su lugar lo compartirán Steve Loney, quien estuvo en la universidad de Arkansas en 2014, y Frank Pollak, promovido a su nueva posición. El funcionamiento de esta unidad, bajo el nuevo par de entrenadores, será la clave del equipo en 2015.
Dallas no logró renovar el contrato de Murray. La teoría en Dallas es que con su gran línea ofensiva, cualquier corredor puede tener éxito. La otra razón fue la cantidad limitada de recursos económicos por el límite de nómina. Ahora Murray es parte de Filadelfia. Su lugar lo toma Darren McFadden, un jugador con mejores facultades físicas, pero que nunca ha sido titular una temporada completa en la NFL.
En Dallas vemos el cambio de la guardia en la directiva. Stephen Jones cada vez más tiene la última palabra en las decisiones importantes. Lo vimos en el draft del 2014 cuando abogó por Zack Martin en lugar de Johnny Manziel, y lo vimos con la prudencia fiscal que demostrado el equipo en los dos últimos años de la agencia libre. Su participación será vital durante el próximo draft para buscar llenar los huecos que le costaron el pase al Super Bowl y para crear más espacio en el futuro en la nómina.
Con Tony Romo al frente de un equipo con jugadores talentosos y una gran línea, la ofensiva de Dallas deberá ser otra vez de las mejores en la liga. Lo que sí es seguro es que no sorprenderán a nadie como lo hicieron el año pasado. Veremos cómo se desempeñan ahora que las expectativas son de campeonato.
Los Potros de Indianápolis tienen una historia similar. Gracias al talento de Andrew Luck tuvieron la mejor ofensiva de pase de la NFL, y eso los tendrá en la pelea en la mayoría de sus partidos, pero desde la llegada de Chuck Pagano, un entrenador con antecedentes defensivos, la defensiva ha sido cuando mucho mediocre. En años consecutivos han sido eliminados por los Patriotas de Nueva Inglaterra debido a una deficiencia en su defensiva terrestre, algo alarmante porque el juego por tierra no es ni la filosofía ofensiva ni el punto fuerte de los Pats. De no corregir esta deficiencia, y nada parce indicar que lo están haciendo, los Potros se seguirán quedando en el camino.
Perdieron a Cory Redding, que aunque avanzado en años, era el mejor jugador en la línea defensiva. Su lugar lo toma Kendall Langford quien ha sido un jugador sólido, pero no espectacular con Miami y San Luis. También hay dudas en la posición de linebacker externo. Regresa Robert Mathis después de una ruptura del tendón de Aquiles que sufrió en Septiembre, y Trent Cole, quien vino a menos los dos últimos años en Filadelfia. Ambos fueron grandes jugadores en su momento y la apuesta es que recuperen su nivel. Jerrell Freeman y D'Qwell Jackson son los linebackers internos en el esquema 34. Los dos tienen que mejorar en contra del juego por tierra para tener una defensiva eficiente.
Otro punto débil de esta defensiva son los safeties. Mike Adams salió de Denver debido a su bajo rendimiento y aunque cumplió, está muy por debajo del nivel necesario para tener una defensiva si no dominante, por lo menos sólida. Lo mismo su puede decir de Dwight Lowery quien serán la mancuerna de Adams.
A la ofensiva la carencia principal ha sido la línea. Jack Mewhort fue una grata sorpresa, y junto con Anthony Castonzo fortalecen el lado izquierdo. Las otras tres posiciones han dejado mucho que desear. Llega Todd Herremans de Filadelfia, otro jugador que ya vio pasar sus mejores años, pero que tiene la experiencia para ayudar al centro Jonothan Harrison quien estará en su segundo año.
Las dos contrataciones que más resonaron fueron las de Frank Gore y Andre Johnson, dos jugadores en un tiempo que fueron dominantes, pero que al igual que Herremans y Cole, están lejos de su mejor momento. Johnson salió de Houston porque le dijeron que sería la tercera opción como receptor. Ese será su papel en Indy. Gore ha sido un caballito de batalla cada temporada, pero no me sorprendería que terminara compartiendo la posición con Dan Herron.
En este mundo de la NFL, un equipo con buen QB siempre será peligroso y ese es el caso de Indianápolis. Andrew Luck está por entrar a sus mejores años profesionales en los que se conjugan la experiencia adquirida con fuerza física y resistencia que dan la juventud. Ha sido el QB más castigado en los últimos dos años. Estos golpes cobran factura más adelante en la carrera de un jugador. No estoy convencido todavía que la línea ofensiva y el ataque terrestre de los Potros puedan restarle presión a Luck. Sería una pena ver su carrera reducido debido al impacto de los golpes.
Apenas estamos en abril. Mucho puede cambiar de aquí al inicio de la temporada y mucho tiene que cambiar para que estos dos equipos den el salto al grupo élite.