Luego de la memorable consagración en el Australian Open 2017, Serena Williams se apartó del circuito y regresó meses después con un objetivo en mente: alcanzar la cifra de Margaret Court en Majors y, así, convertirse en la tenista con más títulos de Grand Slam en la historia del tenis.
Las oportunidades fueron varias. En 2018, regresando a la actividad luego de dar a luz a Olympia, la primera gran puerta se abrió en la Catedral del Tenis. Arribó al césped británico como la N°181 en los papeles pero sus contundentes actuaciones dejaban una cosa en claro: Serena estaba de vuelta, lista para luchar por ese récord. En el camino, la siete veces campeona en Wimbledon firmó triunfos sobre Kristina Mladenovic, Camila Giorgi y Julia Goerges. Pero en la última instancia, Angelique Kerber, entonces décima raqueta del planeta, anuló la primera chance de Williams con un doble 6-3 aplastante.
La segunda ocasión que se le presentó a la estadounidense para sumar el N°24 fue en el US Open durante esa misma temporada. Unos cuantos escalafones más arriba, la 26ª del ranking se zambulló en un duro cuadro que la hizo toparse con Venus Williams, Kaia Kanepi, Karolina Pliskova y Anastasija Sevastova, entre otras. En la conclusión del certamen se citó con Naomi Osaka en uno de los partidos más polémicos en los años recientes. Luego de recibir una penalización de parte de Carlos Ramos, juez de silla en esa final, debido a las instrucciones que recibía desde su equipo, Serena explotó en furia. Con los aires caldeados en el Arthur Ashe Stadium, finalmente fue Osaka quien tocó la gloria en Nueva York con un 6-2 y 6-4 ante la seis veces ganadora en Flushing Meadows.
En 2019 se presentaron dos oportunidades más. En Wimbledon, repitiendo la actuación de la temporada anterior, accedió a la instancia decisiva con grandes victorias en el trayecto pero la prueba de fuego la terminó ganando Simona Halep con un implacable 6-2 y 6-2. Más adelante, en la gira norteamericana, sufrió otra dolorosa caída en la final del Abierto de Estados Unidos ante Bianca Andreescu. La canadiense se llevó la pulseada en la última cita de tal magnitud que pisó Serena con un 6-3 y 7-5.
Las actuaciones más destacadas en los años recientes remiten a las semifinales que jugó en 2020 y 2021. Con el retorno de la actividad luego del parate que sufrió el circuito debido a la pandemia de COVID-19, Williams se metió entre las mejores cuatro del US Open y cedió en esa ronda frente a la dos veces campeona de Grand Slam y ex N°1 del mundo, Victoria Azarenka. A comienzos de la temporada siguiente, repitió resultado en el Abierto de Australia, despidiéndose frente a Naomi Osaka en la anteúltima fase del certamen oceánico.
Muchas oportunidades que, debido a circunstancias propias y ajenas, no terminaron desembocando en la meta que se había propuesto hace algunos años la múltiple campeona y protagonista indiscutida de una era deportiva.