Andy Murray (N°66 del ranking ATP) es una de las grandes figuras del tenis masculino de los últimos tiempos. La solidez que mantuvo en sus años de gloria para imponerse a rivales de la talla de Novak Djokovic, Roger Federer y Rafael Nadal hasta alcanzar el N°1 del mundo y los títulos más prestigiosos del deporte, son una prueba del significado que cobra el nombre del escocés en la disciplina. Pero los números no se quedan sólo en la cantidad de trofeos adquiridos.
En una nueva edición del Abierto de Australia, el nacido en Glasgow celebró una de las actuaciones más relevantes de los últimos meses derribando a uno de los candidatos al título en el certamen y vencedor en el pasado US Open: Matteo Berrettini. Luego de cuatro horas y 49 minutos, Murray firmó un maratónico 6-3, 6-3, 4-6, 6-7 (7) y 7-6 (6) para meterse en la segunda ronda del Slam oceánico.
De esa increíble batalla se desprende una estadística que habla aún más sobre la relevancia del europeo durante sus años como uno de los grandes exponentes del deporte. De un total de 160 partidos en los que Andy Murray lideró dos sets arriba en Grand Slams, sólo en una oportunidad perdió el partido.
En Wimbledon 2005, debutando de manera absoluta en torneos de Grand Slam, el dos veces campeón olímpico se vio sorprendido por el argentino David Nalbandian. El score en aquel momento decantó en su contra por 7-6 (4), 6-1, 0-6, 4-6, 1-6 para despedirse de su primera experiencia en Majors en la tercera ronda del prestigioso certamen que años más tarde lo vería como un importante protagonista en la historia del tenis británico.