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Francisco Cerúndolo con ESPN, entre la fina línea de evitar un parate y la búsqueda de un coach

Francisco Cerúndolo: "Esta es la semana indicada". Getty

Una de las máximas históricas en el circuito es que mientras las relaciones jugador-coach puede durar toda la carrera entre los europeos, la situación puede ser más enredada entre sudamericanos.

Los del viejo continente suelen jugar a una hora de sus casas y a cualquier derrota temprana puede seguirle unos días de desconexión en todo sentido, incluyendo la relación con su entrenador.

Para el argentino, auténticamente, es diferente. Cualquier caída en primera ronda lejos de casa implica sentirse un “perdedor” durante una semana y la relación con el entrenador va más allá.

No es la excepción para Francisco Cerúndolo. El flamante N°1 del tenis argentino también vive de vaivenes emocionales en relaciones que son mucho más extensas afuera que dentro de la cancha.

En tiempos de bautismos para él, lideró el equipo de Copa Davis en Finlandia donde una molestia no le permitió jugar su segundo partido, un puñado de días después de haber alcanzado por primera vez la tercera ronda de un Grand Slam, en el Abierto de Australia. Pero hizo lo imposible para no frenar al 100%.

Su periplo, en apenas siete semanas de temporada iniciada a fines de diciembre abarca: Buenos Aires, Santiago de Chile, Sídney, Perth, Auckland, Melbourne, Santiago, Buenos Aires, Madrid, Helsinki, Espoo, Helsinki, Madrid, Asunción, Córdoba y de nuevo Buenos Aires, donde está en cuartos de final del Argentina Open por tercer año consecutivo. “Fue un viaje duro pero con lindas causas, uno siempre soñó con estos torneos”, sentencia ante ESPNTenis.com.

Lo más cercano a esta extensa travesía de arranque de año incluyó los Juegos Olímpicos. “El viaje hasta Tokio fue durísimo, pero estaba en Europa, fue más llevadero que todo esto. Jugar Australia y la Copa Davis vale cualquier esfuerzo”. Seguirá por Brasil, Chile, Estados Unidos. Y luego Europa. Todo esto, generó un pensado distanciamiento temporal en el equipo.

Es especial ser el número uno de Argentina. De más joven, las miradas estaban en tu hermano Juan Manuel, no jugabas a nivel COSAT, tampoco estabas entre los principales juniors y sin embargo hoy sos un referente. ¿Qué significa para vos?

Es un gran premio, un gran logro porque nadie me regaló nada. Fui escalando desde los Futures, los Challengers… pero no me conformo con esto. Obviamente que si soy N°10 del mundo y Diego (Schwartzman) o Seba (Báez) son 9° estaría buenísimo. Pero era otro objetivo de mi carrera que lo cumplí. Ahora quiero ser Top 20.

¿Cómo trabajaste para no empeorar la lesión de Finlandia y ya estar casi al 100%?

Yo quería jugar ese domingo, pero no pude ni trotar. No me podía hacer estudios allá, no sabía que tenía, pero hice rehabilitación. En Córdoba me hice estudios, no era desgarro pero era una distensión y me dijeron que no juegue. Yo quería jugar, seguí probando y me contuve con el vendaje. Sabía que había riesgos. No podía patinar, me costaba correr a los costados. Jugué como pude y al otro día me levanté destrozado. La molestia sigue, no se va de un día para el otro. Sigo vendado, con precauciones pero me siento mejor en la cancha y no me impide jugar.

Esta semana llama la atención que no está Kevin Konfederak en tu box ¿Estás buscando coach?

Esta semana se tomó un descanso. No tengo un segundo coach y como mi papá (Alejandro "Toto" Cerúndolo) no viaja en avión esta es la semana indicada para que esté. Tener un coach es una pareja, son muchas semanas con la misma persona y en algún momento tiene que haber descansos. Ahora se viene Río, Santiago, Estados Unidos y después no sabemos si paramos antes de ir a Europa. Se hace todo muy largo y esta era la semana para tener la ayuda de él. No quiero estar con alguien que todavía no sea mi entrenador entonces sigo con él y el resto de mi equipo.

Estás en búsqueda de un segundo entrenador pero seguís viajando con Kevin, entonces.

Sí, claro. Cuando perdés rápido estando de gira es muy duro. Terminás enojado y eso desgasta. Seguramente para la gira europea de polvo seguramente tenga un segundo entrenador. Era el plan de este año: que cuando él quiera descansar yo esté con otro coach que viajará menos.