Andy Murray, cinco veces ganador de Queen's, dio la cara tras el abandono y se confesó.
El escocés decidió retirarse tras cinco juegos en su encuentro contra Jordan Thompson por un problema en la espalda que empeoró antes del partido.
"He sentido un dolor en mi pierna derecha. No tenía coordinación. No me podía mover", explicó Murray en rueda de prensa.
Una molestia en la zona baja de la espalda luego de cinco games hizo que Murray abandonara. Notó un dolor en la cadera en el primer punto de partido, cuando se quedó clavado en la superficie y no pudo reaccionar. Desde ese momento, su movilidad quedó muy reducida y apenas pudo aguantar, consiguiendo ganar un juego en sus últimos minutos en Queen's.
Tras ser atendido durante más de diez minutos por un fisioterapeuta, Murray hizo un esfuerzo por seguir compitiendo, pero tras colocarse 5-1 abajo, decidió retirarse.
"Ayer estaba feliz con la victoria, pero mi espalda ha sido un problema durante un tiempo. He sentido dolor en los últimos días, en el partido de ayer, hoy. He podido jugar con ello, pero en el calentamiento estaba muy incómodo, he subido las escaleras en el club antes del partido y no tenía la fuerza normal en la pierna derecha. En las dos primeras bolas que he pegado en el calentamiento mi pierna derecha no estaba funcionando", añadió.
"Si me hubiera sentido así antes del partido no hubiese jugado. Hubiera preferido no salir a la cancha, pero no lo sabía hasta que iba a salir a la cancha", confesó. Sobre su participación en Wimbledon, Murray no quiso aventurarse en nada y dijo que primero tiene que ver a un especialista y someterse a análisis.
Vale recordar que Murray no ha puesto una fecha definitiva para su retiro, pero aseguró que no planea jugar más allá y que un adiós en Wimbledon, donde ganó en 2013 y 2016, o en los Juegos Olímpicos, donde se llevó dos medallas de oro individuales, sería lo lógico.