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Martina Navratilova, la reina absoluta de Wimbledon que nadie pudo destronar

En 1990, Navratilova alzó su último título en Wimbledon. AP Photo

Martina Navratilova inauguró su palmarés en Majors justamente en Wimbledon, iniciando una historia de amor correspondido que se extendería durante su fructífera carrera al proclamarse en nueve ediciones a lo largo de nueve temporadas para erigirse como la máxima campeona histórica.

Con solo 16 años, la nacida en Praga, República Checa, pisó por primera vez el césped londinense al presentarse en 1973, cuando superó a la local Christine Janes y a la estadounidense Laura Dupont para acceder hacia tercera ronda, cediendo frente a la norteamericana Patricia Hogan.

Luego de un estreno fallido en 1974, la irrepetible zurda volvería por pronta revancha en 1975, oportunidad en que arribaría como segunda favorita, producto de las finales sumadas en el Australian Open y Roland Garros en la misma temporada, imponiéndose contundentemente en sets corridos contra la australiana Wendy Turnbull, la anfitriona Sue Mappin, la sudafricana Greer Stevens y la soviética Natasha Chmyreva, previo a la caída 6-3 y 6-4 versus la emblemática Margaret Court, quinta sembrada.

Pese a caer en cuartos en 1976 y en semifinales en 1977, la ya nacionalizada estadounidense, segunda en el ordenamiento y pisándole los talones a la oceánica Chris Evert (1), aprovecharía la experiencia acumulada en las ediciones anteriores para ir por su primera presea importante, en 1978, deshaciéndose de Julie Anthony, Pam Whytcross, Barbara Jordan, Tracy Austin, Marise Kruger y Evonne Goolagong, tan solo cediendo dos sets, para acceder por tercera ocasión hacia una definición de Grand Slam.

No obstante, la mencionada Evert la esperaba del otro lado de la red para brindar otra contienda, en una de las rivalidades más especiales que ha tenido el tenis en su larga historia, la cual sufriría el talento y la garra de Navratilova, que firmaría un 2-6, 6-4 y 7-5 para estrenarse en la cima del ranking, un puesto que ocuparía a lo largo de 332 semanas.

Al año siguiente, en 1979, defendería exitosamente la corona, sumando nuevamente en la definición ante Evert, esta vez por un doble 6-4 para comenzar un extenso reinado, el cual sufriría una leve interrumpción en las semifinales de 1980 y 1981 al sucumbir frente a Evert y la checa Hana Mandlikova, respectivamente.

Sin embargo, la ya campeona en el Abierto de Australia y Roland Garros ajustaría las tuercas en 1982, brindando otra exhibición al derrotar 6-1, 3-6 y 6-2 a Evert, para iniciar una racha descomunal de seis consagraciones al hilo que se estiraría hasta 1988, cuando la joven alemana Steffi Graf le marcaría la cancha al recuperarse de la derrota decisiva en 1987 y darle forma a su soñada temporada, que culminaría con el Golden Slam, compuesto por los cuatro grandes y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Seúl.

En 1990, Navratilova, de 33 años, se reencontraría con la victoria en La Catedral para concluir la historia de amor con nueve títulos en terreno londinense, estableciéndose como la máxima campeona histórica del certamen, encabezando una lista integrada por Roger Federer (8), Helen Wills (8), Pete Sampras (7), Novak Djokovic (7), Steffi Graf (7), Serena Williams (7), Billie Jean King (6), Venus Williams (5) y Bjorn Borg (5).