Como el ave fénix de las cenizas, Matteo Berrettini volvió a resurgir después de un 2023 para el olvido entre lesiones y bajos rendimientos. El italiano, que inició la temporada fuera del Top 150, la finalizó dentro de los 35 mejores jugadores del planeta y siendo una pieza fundamental para Italia en la consagración de la tercera Copa Davis de su historia. Pero empecemos por el principio.
El oriundo de Roma comenzó el 2024 recién a mediados de marzo. La razón fue que había finalizado el año anterior con un esguince de tobillo con rotura parcial del ligamento talofibular anterior, seguido de un inconveniente físico en uno de sus pies durante la pretemporada. Sin embargo, previo a este problema físico, había estado luchando con problemas abdominales.
El panorama no era el mejor. Su cuerpo le pedía un reposo mientras que su tenis tampoco lo acompañaba. En 2023, preso de los problemas abdominales, solo disputó 23 encuentros y ganó 12, sin títulos y con tres retiros. Y su ranking, que lo había visto posicionarse entre los mejores tenistas del planeta, había descendido tanto que comenzó el 2024 en el puesto 92 y luego cayó hasta el 154 ya que entre enero y febrero no compitió.
Su aparición en la temporada recién se dio a mediados de marzo, en Phoenix. En el Challenger que se disputaba mientras el Masters 1000 de Indian Wells estaba en marcha, Matteo volvía para buscar su mejor versión. Y la fue encontrando. Siete meses después de su último partido oficial, llegó a la final del torneo norteamericano dejando en el camino a cuatro jugadores del Top 100: Hugo Gastón, Arthur Cazaux y Aleksandar Vukic. Sin embargo, en la definición fue superado por Nuno Borges. Pero nadie le quitaba lo conseguido hasta ese momento.
Dos semanas después apareció en Marrakech, con previo paso por Miami y derrota en primera ronda ante Andy Murray, y volvió a mostrar su mejor versión. Perdiendo tan solo dos sets en cinco partidos, Berrettini levantó nuevamente un título ATP. Las víctimas camino al trofeo africano fueron Alexander Shevchenko, Jaume Munar, Lorenzo Sonego, Mariano Navone y Roberto Carballes Baena. Y su ranking volvía, de a poco, a crecer en base a sus logros.
En la gira de césped fue finalista en Stuttgart (perdió contra Jack Draper) y en los últimos torneos sobre polvo de ladrillo, Gstaad y Kitzbuhel, volvió a gritar campeón, dejando en el camino a dos Top 20: Félix Auger-Aliassime y Stefanos Tsitsipas. Matteo estaba de vuelta.
El cierre de la temporada ATP no fue el mejor. Sus resultados en el hard fueron más negativos que positivos: solamente seis victorias y siete derrotas, de 12 que tuvo en todo el 2024. Sin dudas, su punto más flojo en el año pero que no está lejos de sus performances previas en el cemento. Cabe recordar que nunca fue campeón en esta superficie y solo ostenta una final: Nápoles 2022.
Del puesto N°154 al N°35 en tan solo ocho meses. Un ascenso, sin dudas, meteórico. Y Filippo Volandri, capitán del equipo italiano de Copa Davis, volvió a confiar en el romano para la fase final y la búsqueda del bicampeonato. En 2023, Matteo había estado alentando a su país desde las tribunas. Pero, un año después, le tocó participar y ser la segunda guitarra de una Italia liderada por el mejor jugador de su historia: Jannik Sinner.
En la fase de grupos que se disputó en Bolonia dijo presente como singlista N°2 en todas las series. Y no defraudó: victorias ante Botic Van de Zandschulp (Países Bajos), Alexander Blockx (Bélgica) y Joao Fonseca (Brasil) para encaminar las series y el pasaje a los cuartos de final. Sin embargo, para el "Final 8", su lugar no estaba asegurado. Es que el capitán, en la lista preliminar, lo había reemplazado por Flavio Cobolli. De todos modos, sobre el final reemplazó al joven florentino por el experimentado romano. Y la táctica salió de manera espléndida.
En los cuartos de final, Italia inició perdiendo contra Argentina. Francisco Cerúndolo superó a Lorenzo Musetti y los campeones defensores estaban contra las cuerdas. Pero Sinner en primer lugar y luego Matteo junto a Jannik en el dobles, dieron vuelta las acciones. Nuevamente, el finalista de Wimbledon 2021 daba de que hablar con un partido casi perfecto en una modalidad en la que no está acostumbrado a jugar. Pero Volandri lo probó en los días anteriores y Berrettini no falló.
Luego, en las semis y en la final, Matteo se quedó con el singles N°2 frente a Thanasi Kokkinakis (Australia) y otra vez Van de Zandschulp (Países Bajos). Y, como curiosidad, solo el oceánico supo sacarle un set. El resto, tanto en individuales como en dobles, no cedió parciales.
Después de la felicidad por la consagración y las lágrimas de emoción, Berrettini no quiso olvidarse de los agradecimientos y las dedicatorias: "Dedico este éxito a mi familia. A Alessandro Bega, a Umberto Rianna. Y a mí mismo. Por haber logrado superar el sufrimiento". Y vaya si lo superó.