Seguramente aparecieron los fantasmas para Novak Djokovic en Shanghai. Ese que lo sacó de Roland Garros, lo llevó al quirófano y le impidió jugar unas cuantas semanas del año.
Es cierto que esta semana ya había declarado sobre alguna que otra molestia en su rodilla derecha: "...La verdad que es una sensación extraña. La sentí en un par de puntos pero después estuve bien. Espero que no tenga problemas cuando el cuerpo se enfríe, porque ya tengo inconvenientes con la rodilla derecha...".
Pero, en pleno desarrollo del segundo set de su semi ante Taylor Fritz, un cambio de dirección lo llevó al suelo momentáneamente, a perder el punto y a detenerse con un visible gesto de dolor.
El inmediato pedido de toalla al ballboy y la flexoextesión de rodilla en repetidas ocasiones lo llevaron a un "control express" de la situación.
El pedido del fisio hacia el final del segundo set llamaron la atención bajo la atenta mirada de su equipo.
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