A fines de 2010, Novak Djokovic se daba el lujo de conocer a un tal Diego Maradona. No habían tenido el privilegio de hacerlo anteriormente pero sí la leyenda del fútbol sabía muy bien quién era el inminente crack del tenis. De hecho, era un fiel seguidor suyo. Y 'Nole' poco a poco iría descubriéndolo.
Se jugaba la Copa Masters de Londres y el argentino estaba en la gradas para ver al serbio. Así fue como se conocieron personalmente, aunque antes ya habían estado en contacto. "Estamos trabajando en algunas cosas, por ejemplo cómo jugar con las manos, pelotas altas", bromeó el de Belgrado, por entonces de 23 años.
Y ya desde aquel momento Djokovic no titubeaba al hablar de la carrera del '10': "Es quizás el mejor futbolista en la historia. Es una de las grandes leyendas en la historia del deporte". Ese torneo no lo ganó, de hecho perdió en semifinales contra Roger Federer, luego campeón, pero sí consideró a Diego como un "amuleto de la suerte".
El vínculo se fue consolidando con el paso del tiempo. Al año siguiente se mostraron juntos en algunas ocasiones y compartieron momentos de charlas para conocerse un poco más. De hecho, en Dubai llegaron a pelotear en un entrenamiento y el campeón del mundo en 1986 terminó haciendo jueguitos con la de tenis. "¡La mano de Dios! Leyenda del deporte, Maradona, nos mostró su habilidad con las raquetas", escribió el Djoker en sus redes.
Rest in paradise legend ❤️ #maradona pic.twitter.com/5QPMgKsMXe
— Novak Djokovic (@DjokerNole) November 26, 2020
Siempre mantuvieron una gran relación hasta que llegó uno de los momentos más tristes en la historia del deporte mundial: la muerte de Diego Maradona. Un día tardó el ganador de 24 Grand Slam en digerir la noticia y expresar su dolor públicamente. "Descansa en el paraíso, leyenda", fueron sus breves pero impactantes palabras.
Diego estaría cumpliendo 64 años este miércoles 30 de octubre. Ya no está físicamente y, por más trillado que suene, permanece, de alguna u otra manera, en el rincón de cada corazón alrededor del mundo. Y el Djokovic, por supuesto, no es la excepción.