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Justine Henin, el faro del tenis belga

AP

Justine Henin es una prolífica ex jugadora de tenis y actualmente dueña y directora de una academia formativa de jugadores. La, por aquel entonces joven promesa de Bélgica nació en 1982 en Lieja y con tan sólo dos años recogió una raqueta por primera vez en su vida.

Creció en Han sur Lesse, en el municipio de Rochefort donde su madre, Françoise Rosière, la acompañaba permanentemente a entrenar. También se daban el lujo de ir, nada más ni nada menos que a Roland Garros, donde pudo ver por primera vez en su vida a su ídola Steffi Graf y a Mónica Seles en la final del 1992.

“Cuando tenía 10 años, estaba viendo ese partido, Graf contra Seles. Estaba a sólo unos metros de la cancha. Le dije a mi mamá: ‘Algún día voy a estar en esta cancha y voy a ganar el torneo’. Me miró como…‘Sí, sí, podés soñar un poco’. Pero estaba tan convencida y decidida. No hubo dudas. Ese fue mi destino”, le contó la belga a Tennis.com.

La madre de Justine murió a los 12 años y, meses después conocería a quien sería su guía dentro del mundo del tenis desde los albores de su carrera hasta su cierre definitivo: el entrenador argentino Carlos Rodríguez.

Juntos plantaron las bases de lo que sería un legado histórico en el tenis femenino. Es que Henin ganaría su primer Roland Garros a nivel junior luego de cumplir 15 años en 1997 y tan sólo cuatro años más tarde, con 21, llegaría a su primera semifinal en París y su primera final en Wimbledon.

En esa semifinal en Roland Garros, Henin batalló con quien sería una gran motivación y compañera a lo largo de su carrera, su compatriota Kim Clijsters. Sería con derrota por 2-6, 7-5 y 6-3. Pero en 2003 llegaría finalmente su primer grande. Quebró el récord de 33 victorias consecutivas de Serena Williams para ganarle en semifinales por 6-2, 4-6 y 7-5 para luego sacarse la espina contra la propia Clijsters por 6-0 6-4: "Fue un partido emocional para mí", dijo Henin sobre la final. "Fui por esa victoria con todo mi corazón".

"Cuando sucedió, mi mamá no estaba ahí, falleció. Pero fue como una promesa que pude lograr. Así que, por supuesto, fue emotivo, pero también un muy buen recuerdo para mí", contó.

La belga se quedaría con el trofeo en tres ocasiones más, con una particularidad: sus resultados avasallantes en sets corridos. Victorias ente Mary Pierce en 2005 por un doble 6-1, contra Svetlana Kuznetsova en 2006 por un doble 6-4 y Ana Ivanovic en 2007 por 6-1, 6-2.

Justine se convirtió en una de las tres mujeres en la Era Abierta en quedarse con Roland Garros en cuatro o más ocasiones junto a Chris Evert y Steffi Graf, y una de las dos únicas mujeres en la Era Abierta en quedarse con el título tres años consecutivos, junto a Mónica Seles.

El idilio entre Henin y Roland Garros se extendió al US Open de 2003 y 2007 y al Australian Open de 2004. ¿Paradoja? En cuatro de estas siete finales chocó con Kim Clijsters. Luego rompió cualquier tipo de pronóstico y descansó en la cima del ranking mundial de la WTA por 117 semanas para poner un stop abrupto en su carrera.

Sí, si hacemos un fast forward en su vida, Henin se retiraría por primera vez en 2008. Pese a ser la número uno del mundo el agotamiento pudo más y con tan sólo 26 años se puso a ella misma en un hiato obligado.

Ver a Roger Federer elevar en el cielo la Copa en Roland Garros motivó a la belga a volver, ya que le sirvió como inspiración. Sin embargo, después de un regreso efímero en 2010 dejaría la raqueta -de manera profesional- para siempre por una lesión en el codo.

Tiempo después reubicaría sus talentos para los más jóvenes y fundaría su academia de tenis, que lleva su nombre, en Limelette, Bélgica. Además, fue comentarista para las televisiones francesa y belga. Para coronar su ilustre carrera la belga también fue incluida en el Salón Internacional de la Fama del Tenis en 2016.