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Bublik, el talentoso sacador de abajo que odia el tenis

Alexander Bublik (49°) irrumpió en Roland Garros con una victoria sorprendente ante Gael Monfils (9°) y se llevó todos los focos en la primera ronda del Grand Slam parisino. Pero pese a este buen momento del jóven tenista kazajo, su historia con el tenis escapa al gusto por el deporte que suelen tener quienes lo juegan profesionalmente.

Nacido hace 23 años en la ciudad rusa de Gatchina, Bublik comenzó a jugar al tenis desde los cuatro años gracias a la iinsistencia de su padre quien actualmente es su entrenador. Pero a medida que fue creciendo esa pasión por el deporte quedó desplazada por el materialismo que rodea a quienes llegan a los mejores puestos del ranking.

"Solo juego por dinero. Si no hubiera dinero, dejaría de jugar al tenis al instante" declaró públicamente en febrero de 2020 luego de su derrota en el ATP 250 de Marsella ante Stefanos Tsitsipas por 7-5 y 6-3.

Pero pese a su amor por el dinero que lo mantiene en vilo para seguir jugando, también admitió que odia el tenis. "Odio el tenis con todo mi corazón. Para ser honesto, no veo nada positivo en ser tenista" declaró el ruso-kazajo a principios de año. La curiosidad es que pese a expresar esto, el tenis arriesgado y su forma de jugar entretenida (como lo demuestra con sus saques poco ortodoxos) parecerían demostrar otra cosa.

En 2017 tuvo que enfrentarse a Andy Murray por la primera ronda de Wimbledon y el británico lo describió como "Un tenista que tiene una gran personalidad. No es un chico tranquilo. Por lo que he escuchado, es bastante entretenido en la cancha en términos de la forma en que juega. Es muy poco ortodoxo. Juega muchos tiros inesperados, muchos lanzamientos, mezcla mucho su juego, arriesga, intenta algún tipo de tiros que los muchachos pueden hacer en exhibiciones".

Además de su gusto por el dinero, Bublik también expresó que probablemente morirá jugando al tenis ya que "No he ganado suficiente dinero, de lo contrario ya me habría jubilado". Las dificultades del profesionalismo y lo que eso conlleva también son moneda corriente en las quejas de Bublik. "Es difícil ser un profesional, jugar todos los días, siempre con nuevos rivales, aunque tengas dolores por todas partes. Incluso si te divorcias, si te separas de tu novia, tienes que jugar y si pierdes todos te preguntan por qué perdiste. Esta es la parte del tenis que odio" expresó el kazajo.

Esos sentimientos por el tenis, Bublik los tiene reflejados en su piel. De los siete tatuajes que tiene en su cuerpo, solo uno está dedicado al deporte que practica. "El que he asociado al tenis es un esqueleto que tiene una pelota de tenis en la mano. Me refresca la memoria que debo aguantar este deporte todos los días" describió.