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Cuevas a ESPN: "Las 5 horas que teníamos para jugar al tenis no se pueden compensar de ninguna manera"

“No tiene ningún punto de comparación lo que uno puede hacer acá adentro con lo que se puede hacer afuera”, dijo a ESPN Uruguay Pablo Cuevas desde su habitación en el hotel de Melbourne.

El tenista se encuentra realizando la cuarentena obligatoria ordenada por el gobierno australiano luego de que se detectaron dos casos positivos de COVID-19 en el vuelo en el que llegó a ese país junto a otros 47 tenistas para preparar el Abierto de Australia, uno de los cuatro torneos de Grand Slam de la temporada.

Dos días atrás, Cuevas llegó a Australia y recibió un mail que derrumbó todos los planes: “todos los tripulantes del vuelo deben aislarse y confinarse en sus habitaciones por 14 días”. “Cuando recibí el mail, nunca me imaginé que la cuarentena iba a ser tan estricta ni estaba tomando dimensión de que realmente iban a ser 14 días. Tenía ilusión de que en algún momento pasara algo diferente, que nos encontraran una solución para los que les va dando negativo el test, que en algún momento puedan salir y no esperar esos 14 días”, comentó Cuevas al respecto.

La raqueta número 1 del Uruguay mencionó que, por suerte, junto a su equipo habían ido preparados para entrenar de la forma especial que estaba dispuesta en el plan original para esas primeras dos semanas para los que llegaran desde el extranjero: solo se podía salir de la habitación por cinco horas diarias. Debido a esto, en la habitación que comparte con su entrenador, Facundo Savio, tenían algunos materiales para “entrenar” y también para atravesar mejor el encierro. Y ante la falta de otros instrumentos o de la posibilidad de ensayar sus golpes en la cancha, hicieron entrar en juego el ingenio y utilizaron, por ejemplo, el colchón de la pieza para apuntarle y pulir el golpe de revés. En sus redes sociales, Cuevas compartió videos sobre estas astutas medidas y de otras más alocadas, que directamente buscaban matar el aburrimiento. “Eso es algo más divertido que lo que puede asemejarse a un entrenamiento. Así que, aparte del entrenamiento, estamos tratando de divertirnos un poco porque si no se hace muy cuesta arriba”, señaló.

A pesar de las condiciones especiales, la preparación no puede parar ya que está previsto que el Abierto de Australia comience el 8 de febrero. Cuevas dijo que intentan ponerse horarios, dentro de lo posible, y realizar dos entrenamientos por día con lo que el reducido espacio de la habitación permite. “Hacemos algún trabajo muscular, algo de zona media, la movilidad es muy escasa, pero le buscamos la vuelta, corremos las camas, algo hacemos. No tiene comparación con esas cinco horas que teníamos de jugar al tenis, eso no se puede compensar de ninguna manera”, indicó.

El impacto de este corte imprevisto de la preparación para uno de los torneos más importantes de la temporada no es solo en lo físico sino también en lo mental. Cuevas planteó que lo físico, lo técnico y la fortaleza mental van de la mano, aunque la verdadera prueba será cuando le toque saltar a la cancha. “Mentalmente te podés hacer fuerte, pero después cuando tengas todas esas dificultades para volver a agarrar el ritmo, hay que ver cómo uno puede mantener ese estado positivo y ver de qué cosas positivas se puede agarrar”, explicó el tenista.