Sucesos como este no pasan todos los días, y en esta ocasión, Australia es la privilegiada. Por primera vez desde 1980, el Australian Open tendrá una final 100% local: Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis se verán las caras ante Max Purcell y Matthew Ebden en busca del primer título Majors de la temporada.
Derrotando en las semifinales a la pareja de habla hispana conformada por Zeballos y Granollers por 7-6 (4) y 6-4 en una hora y 48 minutos de juego, ambos dos llegan a la instancia final como los claros favoritos del público y dentro de la cancha.
Pasando al principio desapercibidos, el bad boy y el reciente campeón del ATP 250 de Adelaida II fueron escalando en el cuadro y dejando en el camino a grandes candidatos: Los pre clasificados número 1, Mektic y Pavic; la pareja sudamericana de Escobar y Behar; Puetz y Venus; y ahora a los recientes mencionados, Zeballos y Granollers.
Apenas perdiendo dos sets, los australianos encontraron la química perfecta para ser una pareja imbatible. Cabe recordar que ambos se conocen hace mucho: Fueron campeones del dobles junior en Wimbledon 2013. No por nada llegaron hasta acá.
Del otro lado de la llave están sus compatriotas Max Purcell y Matthew Ebden. Otra de las parejas que dio una de las grandes sorpresas del certamen tras dejar afuera a los colombianos Cabal y Farah, en cuartos a Koolhof y Skupski; y en las semifinales a los pre clasificados número 2, Ram y Salisbury, luego de llevarse el encuentro por 6-3 y 7-6 (9).
Sin antecedentes entre ellos, los cuatro australianos jugarán una final de Grand Slam, algo que no sucedía desde que Mark Edmondson y Kim Warwick vencieron 7-5 y 6-4 a Paul McNamara y Peter McNamee hace 42 años.